En Esta Cuarentena, Aprende a Escribir… como Terapia Emocional

La pandemia por el Covid-19 ha hecho del 2020 uno de los años más difíciles para todos. Hemos pasado muchos meses en confinamiento y seguramente los encargados de la salud nos indiquen volver a nuestras casas por la aparición de rebrotes en los casos.

Algunos tienen la oportunidad de trabajar desde casa y otros no, pero en general las personas se han quejado de aburrimiento durante la cuarentena, al tener mucho tiempo de ocio que no saben cómo aprovechar.

Aprender a escribir como terapia emocional en estos tiempos resulta una práctica interesante y enriquecedora, tanto si te consideras alguien sano como si el coronavirus te está produciendo ansiedad. También es un ejercicio saludable para quienes padecen otros trastornos anímicos.

 

¿Qué es la escritura terapéutica?

El arte puede tener un componente curativo. Las actividades placenteras, a la vez que alejan a la mente de las preocupaciones, tienen un impacto positivo en la salud psicológica de las personas.

Hay quienes tienen un talento artístico que les permite fomentar su bienestar psicológico y trabajar en su desarrollo emocional bien sea pintando, bailando, tocando un instrumento o cantando. Otros, en cambio, se consideran poco dotados en esas habilidades. Sin embargo, para expresarse creativamente y manifestar las emociones de forma saludable no se requieren talentos excepcionales.

La escritura terapéutica es un buen recurso para ser más creativos y practicar ejercicios emocionales. No exige ser poeta ni académico, ya que el objetivo no es demostrar habilidades literarias.

Se trata de una herramienta terapéutica que permite el desahogo, así como aclarar los pensamientos y sentimientos inexplorados, las dudas, los temores y los conflictos, conocernos mejor y hasta tomar alguna decisión.

El orden y la linealidad son dos de las principales características de la escritura. Es decir, que las palabras van una detrás de la otra y necesitan una organización mínima para ser comprensibles. Esto  contribuye de la siguiente manera con nuestros pensamientos:

  • Ayuda a sistematizar los pensamientos y ver la coherencia (o incoherencia) entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.
  • Permite descubrir conflictos internos y motivaciones.
  • Desarrolla el autoconocimiento y la autoconciencia.
  • Sirve para ver nuestra vida desde una perspectiva externa y, en consecuencia, más objetiva.

 

En cuanto a los beneficios observados de este ejercicio, las personas que han pasado por procesos traumáticos o estresantes han encontrado sanación en realizar un registro de ellos.

Consiguen dar más sentido a sus experiencias, obtienen una mejor perspectiva al tener que controlar sus emociones para poder escribir y finalmente llegan a una comprensión más profunda de sí mismos y de sus situaciones.

En general, la escritura terapéutica ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de trastornos emocionales como la depresión, baja autoestima, ansiedad, estrés postraumático, adicciones, duelos o pérdidas y mejora de las relaciones interpersonales.

La salud física también recibe las ventajas de la escritura. Estudios recientes sugieren que escribir de manera constante sobre temas emocionales y personales mejora el sistema inmune.

Incluso, se ha observado también recuperación en pacientes de asma y artritis cuando empiezan a registrar las vivencias más difíciles que han experimentado.

 

¿Cómo liberar las emociones a través de la escritura?

Verse expuesto al proceso de la escritura puede resultar desalentador e incluso angustiante. Hasta los escritores profesionales suelen padecer del llamado «terror a la hoja en blanco». Para ello, lo más importante es recordar lo siguiente:

  • No hay forma de hacerlo mal, porque
  • Nadie mas que nosotros va a leerlo (a menos que queramos lo contrario).

 

En cuanto a la metodología de la escritura, existen distintas técnicas para crear una rutina efectiva (sobre todo si tienes pocas habilidades gramaticales o sencillamente te parece aburrido escribir).También hay algunos tips importantes que te ayudarán a facilitar tu entrada en el mundo de la escritura terapéutica:

  • Trata de establecer un lugar y horario fijos para trabajar en tus escritos. Lo importante es que no tengas interrupciones de ningún tipo. Mantente alejado de tu teléfono y de las redes sociales.
  • Deja de creer que necesitas inspiración para escribir. La mejor manera de cambiar esa mentalidad es la constancia. Para ello, toma en consideración el siguiente paso:
  • No te agotes escribiendo durante mucho tiempo el primer día para luego no hacerlo más. Puedes dedicar, por ejemplo, veinte minutos y dejar anotadas algunas ideas para la próxima sesión. Así sentirás interés en continuar.
  • Escribe espontáneamente. No censures ningún tema u opinión ni te preocupes por la gramática o las faltas de ortografía. Si no se te ocurre nada para la primera oración, podrías empezar con algo como: «No sé sobre qué escribir, pero me entusiasma la posibilidad de descubrirme con este ejercicio». Seguramente vendrán otras ideas luego de esa.
  • Recuerda que eres libre de compartir tus escritos con alguien o no. Esta actividad es para ti, así que la puedes guardar, borrar, quemar, reutilizar o mostrar. Sin embargo, consérvala sólo para ti al menos un día para evaluar el contenido y las emociones que te generan tus palabras desde una perspectiva distinta a la del momento en que te dejabas fluir.
  • Cualquier soporte físico o electrónico es bueno para escribir. Puedes utilizar un programa o aplicación que sea intuitivo o irte por la vieja escuela de comprar un hermoso cuaderno o diario con llave. Todo depende de ti.
  • Escribe en primera persona para canalizar tu energía interna.

 

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Ejercicios de escritura

Los escritos terapéuticos no son iguales al estilo que encontramos en un cuento, ensayo, en una noticia del periódico o en una novela. La profesora de escritura creativa Diana P. Morales considera que algunas de estas escrituras «… pueden ser muy animosas; otras pueden traernos recuerdos y hacernos llorar. Todas se convierten en buenos ejercicios para sacar cosas a la luz y aclarar sentimientos«.

Veamos de qué trata cada uno de estos ejercicios de redacción:

 

Escritura automática

La escritora vanguardista Dorothea Brande diseñó esta técnica a inicios del siglo XX, consistente en escribir lo primero que pasa por la cabeza, sin detenerse a pensar ni corregir o tachar nada. El objetivo es dejar fluir las ideas libremente sin restricciones lógicas, morales o de otro tipo.

Para su aplicación terapéutica debemos tener escogido un tema o problema que deseemos resolver. En estos casos, escribir a lápiz o bolígrafo resulta más orgánico.

Puede que ideas distintas al propósito inicial se interpongan, pero hay que dar paso a la libre asociación de ideas, ya que es ahí donde se puede encontrar la solución que nuestro subconsciente desea proponer al respecto.

 

Estilo epistolar

Las cartas a nosotros mismos o para alguien más son una gran herramienta para curar heridas del alma. Es un ejercicio útil para alcanzar objetividad y distancia emocional sobre un problema o crisis personal.

Ya sea con nosotros mismos o con alguien cercano como la pareja, los padres, los compañeros de trabajo o personas que ya no vemos o que ni siquiera viven, podemos tener un conflicto no resuelto que nos impide avanzar. En este caso, la idea no es conseguir una solución, sino traer a flote los sentimientos de ira, tristeza, duda que podamos tener.

Dejar salir esos sentimientos puede ser una vía a la comprensión de lo que ocurrió, al análisis de lo que hicimos y nos hicieron, e incluso llegar hasta la fase del perdón a uno mismo y/o a los demás.

Con la técnica de las cartas no sólo es posible escribir a uno mismo y a los demás, sino también cambiar la perspectiva y jugar con la temporalidad en que vivimos.

Puedes escribir cartas al niño que fuiste para decirle cómo te sientes sobre lo que vivió y perdonarlo, trasmitirle el afecto que no tuvo o el orgullo que merecía. Cuantas más anécdotas y detalles emplees, el resultado será mejor. Por supuesto, se removerán recuerdos y emociones que podrán llevarte hasta las lágrimas. Debes permitirte llorar ya que no se trata de algo fácil.

También se puede invertir la temporalidad. Puedes jugar a escribir a tu yo adulto desde el niño que fuiste. Recordar tus sueños, miedos y deseos y admirar al adulto que superó muchas dificultades con las herramientas que encontró en el camino.

 

Lista de agradecimientos

La gratitud es uno de los sentimientos más enriquecedores que puede haber. En este blog podrás encontrar varios artículos que tratan el temay entender que no es un estado fácil de alcanzar, pero sí uno muy enriquecedor para la persona.

La idea de un ejercicio consistente en escribir listas de agradecimiento o escoger una experiencia de tu vida y decir por qué te sientes agradecido por ella te llevará a enfocarte en lo positivo que tienes en tu cotidianidad. Puedes probar desde enumerar motivos de agradecimiento cada noche hasta reflexionar sobre una experiencia difícil encontrando los elementos positivos que ha traído a tu vida actual.

 

La vida que quieres

Este ejercicio, extraído de la programación neurolingüística (PNL), consiste en describir la vida que te haría feliz en un futuro concreto, con lujo de detalles y con todos los elementos que te harían sentir exitoso y feliz. Puedes concentrarte en un aspecto (el laboral, el amoroso, el familiar, el país o la casa en la que deseas estar) o en una imagen general de ese mundo feliz.

Sin embargo, mientras más palabras uses para narrar la realidad que quieres, tu mente se acostumbrará para aceptar lo bueno y programarse para luchar por esos objetivos.

 

Carta para los días difíciles

Este ejercicio debes dejarlo para los días en que te sientas empoderado, con ánimo y energía para enfrentar los problemas y cuando te sientas amable y compasivo. Estará destinada para apoyarte a ti mismo en las ocasiones de debilidad y vulnerabilidad.

En esta carta podrías recordarte tus fortalezas y todo aquello que te ayuda a sentirte mejor; lo que te funcionó en momentos malos del pasado; las cosas que te hacen sentir mejor; consejos y recursos que puedes emplear para salir adelante de esos días.

Y lo mejor, estos consejos no provendrán de alguien que habla tonterías, sino de la persona que mejor te conoce: tú mismo.

 

Conclusión

El hecho de escribir implica una toma de conciencia sobre aquello de lo que se trata. Es un análisis más profundo porque con la escritura somos más detallistas, discernimos mejor las cosas y estamos más concentrados en el asunto. Seguir una estructura gramatical, por básica que sea, brinda orden y enfoque.

Escribir te obliga en cierto modo a ver desde afuera e incluso pensar en lo sucedido desde otros ángulos. Quizás comprenderás mejor las reacciones de otras personas o te ayudará a comprenderte más a ti y tu forma de actuar, con lo que podrás perdonarte o sentirte orgulloso.

La comprensión emocional de nuestras preocupaciones es clave para entenderlas y aceptarlas o resolverlas.

 

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