No Reconocerás tu Motivación y Energía si Haces Esto

El mejor premio de la vida
es la oportunidad de trabajar duro
en un trabajo que valga la pena.
THEODORE ROOSEVELT

 

En el tema de la motivación, existen días maravillosos en los que nos encontramos entusiasmados y realizamos de manera productiva todas las tareas que tenemos proyectadas, simplemente porque pareciéramos estar poseídos por un torbellino de emociones y energía.

Pero también existen momentos en los no nos provoca actuar, por más que necesitemos estar prestos y activos: aunque queremos mantenernos saludables, no sentimos deseos de entrenar. A pesar de tener una idea genial para una novela, no nos viene a la cabeza esa oración para continuar. A veces hay responsabilidades que no nos apetece manejar.

Esas fluctuaciones de ánimo son parte de la vida, ¿y qué somos sino la suma de pequeñas batallas y decisiones diarias para hacer lo que queremos, debemos o necesitamos, en medio de lo que es posible? Esa lucha entre emoción y circunstancias es lo que nos permite sentirnos exitosos o fracasados.

Cuando dejamos que el desánimo nos ocupe, corremos el riesgo de abandonar nuestros planes y nos limitamos a realizar solo lo más urgente y aquello de lo que no podemos escapar porque nos traerá problemas.

Analicemos la ciencia detrás de la motivación y cómo mantenernos animados incluso en las tareas de largo plazo.

Recuerda que si tu cabeza no está enfocada en desempeñar una tarea, tener mucha energía física no será de gran ayuda. Solo te sentirás distraído y cansado y habiendo perdido un tiempo y esfuerzo valiosos. Y si estás mentalmente orientado, con la claridad y enfoque necesarios, vas a necesitar un mínimo de resistencia física para respaldar esa actividad mental.

Sobre esta dualidad, cabe responder a la pregunta: ¿cómo despertar nuestra motivación y energía? La respuesta es que debemos crear una mentalidad de motivación. A continuación, iremos desglosando los elementos que componen este concepto.

 

¿Qué es la motivación? ¿De dónde surge?

La motivación es la voluntad para hacer algo. Los científicos especifican que es el conjunto de fuerzas psicológicas (y también físicas) que nos obligan a actuar.

Las decisiones tienen su precio. A veces nos encontramos escogiendo entre mantenernos en la comodidad de permanecer inactivos (por flojera, dejadez o sopor) y las consecuencias de no actuar.

Cuando estamos motivados, es más fácil tolerar la incomodidad de pasar a la acción que el dolor de permanecer pasivos. Así cruzamos ese umbral mental, generalmente después de postergar, procrastinar y cuando ya estamos frente a un inminente plazo de entrega; en otras ocasiones, lo hacemos con buena voluntad y entusiasmo.

En otras palabras, cuando estamos desganados y no encontramos suficiente motivación, accionamos solo cuando llegamos al punto en que se vuelve más fácil cambiar que seguir siendo los mismos.

Eso implica un asunto adicional: el cambio hace que dejemos de ser lo que éramos. Y esa puede ser una de las razones por las que a veces no encontramos motivación: en realidad, tenemos temor de cambiar y por eso preferimos refugiamos en la inactividad.

¿Te está ocurriendo eso? ¿En realidad te asusta lo que ocurrirá y cómo estarás luego de completar tus objetivos? ¿Temes que luego de empezar a actuar ya no sepas cómo seguir y termines fracasando?

El mayor riesgo detrás de tu aparente desánimo o falta de motivación es el miedo a cambiar y evolucionar? Para evitar que esto ocurra, te presentamos algunas estrategias para asegurarte de que la motivación no sea solo un rapto de inspiración que llega a veces y de repente a sacarte de la inacción, sino una herramienta de vida que puedes construir.

 

Estrategias para la motivación

Como acabamos de mencionar, hay que dejar de confundir inspiración con motivación. La inspiración es accidental y la motivación puedes construirla y fomentarla a diario. Para ello, implementa las siguientes técnicas:

1. La motivación es a menudo el resultado de la acción, no la causa de ella

Empezar a trabajar, aunque sea a través de pequeños pasos, produce un impulso natural. Podríamos hablar de una especie de física de la productividad, ya que si los objetos que inician movimiento, tienden a permanecer en movimiento, una vez que empieces a trabajar, te será más fácil mantenerte activo y con propósito.

No se necesita de mucha motivación una vez que has empezado un comportamiento. La mayor fricción en realizar una tarea la encontramos en vencer la inercia. Después de comenzar, el progreso ocurre con mayor naturalidad.

En otras palabras, es más fácil terminar una tarea que comenzarla. En consecuencia, una de las claves para motivarse es hacer que sea fácil de comenzar. ¿Cómo lograr eso?

2. Si quieres facilitar los inicios para vencer la inacción, entonces debes automatizar las primeras etapas del movimiento

A veces sentimos desánimo para empezar un negocio, una rutina de ejercicios o un trabajo artístico por dudar sobre si sabremos .

Si esto te ocurre debes, además de facilitar el inicio de la acción, buscar que el avance ocurra de manera constante y natural.

Así no te despertarás cada mañana buscando la motivación para hacer tus ejercicios, continuar escribiendo tu novela, enfrentar las dificultades de tu nueva empresa.

 

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Escoger un momento y método para hacer algo de forma constante no parece tan difícil, pero la clave está en poner tu toma de decisiones en piloto automático, para que no dependa de cosas esporádicas como tus deseos o ganas.

Establece un programa para tus hábitos. Fija un horario y apégate a él.

Un artículo en The Guardian resumió la situación diciendo: «Si desperdicias recursos tratando de decidir cuándo o dónde trabajar, obstaculizarás tu capacidad de hacer el trabajo».

3. Crea rituales para no tener que pensar en lo que deberías hacer

Los niños que son buenos estudiantes en general aceptan una rutina impuesta por sus padres y maestros y se apegan a ella, obteniendo buenos resultados.

Algo similar nos ocurre en la edad adulta: cuando no tenemos instrucciones sobre lo que debemos hacer, corremos el riesgo de perder el rumbo. Por eso, establecer rituales es una manera simple de darnos órdenes para aprovechar el tiempo y nuestras capacidades.

Las rutinas vuelven la vida monótona, pero también más predecible y, en consecuencia, más fácil de cumplir. Otro aspecto fundamental es que te libra de la necesidad de pensar y tomar decisiones.

Mucha gente se paraliza porque es incapaz de determinar cómo empezar. Con el ritual solo debes iniciar el proceso del mismo modo cada día. Así conseguirás el ritmo para continuar cuando la tarea se vuelva más desafiante.

El trabajo de la gente más disciplinada, así como el de los artistas más creativos no depende de un rapto de inspiración, sino de un comienzo rutinario y un patrón de trabajo constante.

Si tú también estableces rutinas de calentamiento en el gimnasio, disminuirás la sensación de flojera y la vacilación sobre cuál es el mejor momento para hacerlo. Si quieres iniciar tus mañanas sin perder tiempo y logrando el enfoque para el resto de la jornada, crea una rutina que incluya unos minutos de meditación. Por otro lado, ¿qué mejor forma de inducir el sueño que mantener un ritual de dejar de ver televisión, acostarte y apagar la luz a la misma hora?

Ahora, ¿qué elementos se necesitan para que tu rutina sea efectiva? Necesitas al menos los cuatro aspectos siguientes:

Fijar un horario: Saber que “llegó la hora de” evitará que reprogrames esa actividad para la que no tienes motivación. Tu mente querrá engañarte diciendo que no tienes tiempo para ella, pero en realidad son justificaciones que te das a ti mismo para poder postergar.

Crear un comienzo fácil: No deberías necesitar una motivación extra para empezar tu rutina. Si estás estudiando  un instrumento, déjalo siempre junto con las partituras en la misma habitación, de modo que solo necesites cerrar la puerta, sentarte, abrir el libro y comenzar a tocar.

Diseña tu rutina para que avance hacia el final: Si bien debes comenzar de manera tan fácil que no puedas decir que no, también es importante planificarte de forma tal que tengas la resistencia para continuar y conseguir más energía.

Si es una actividad deportiva, luego del calentamiento, ve añadiendo ejercicios de fuerza o resistencia. Si eres escritor, que nada te interrumpa o distraiga para que las ideas continúen fluyendo. El objetivo de tu ritual es aumentar tu energía.

Seguir el mismo patrón: El propósito de la rutina es darte la motivación para trabajar es poner a tu mente “en modo de”. El ritual le dirá a tu cerebro que ha llegado la hora y que ya sabe lo que va a pasar, antes de empezar con la verdadera acción. Así eliminarás los factores distractores y estresantes que te hacen perder la voluntad y la concentración.

 

Ahora que conoces la motivación, cómo se diferencia de la inspiración y las estrategias para ponerla a funcionar, seguramente te preguntarás si podrás poner en práctica estas recomendaciones por largo tiempo. Si dudas de que ello vaya a ser posible, te daremos algunos datos extras para mantener una mentalidad de motivación en las actividades de largo aliento.

 

Motivación a largo plazo

A los seres humanos nos encantan los desafíos, pero solo aquellos que nos retan dentro de nuestras capacidades y dan la posibilidad de triunfar.

Los niños son estimulados por aquellos juegos que los desafían pero que comprenden y sienten que podrían ganar. Cuando son demasiado difíciles para ellos, tienden a frustrarse y renunciar, y cuando son demasiado sencillos, se fastidian y también terminan abandonando.

Por eso, los retos deben estar dentro de nuestra zona óptima de dificultad. Las tareas que están significativamente por debajo de nuestras habilidades actuales son aburridas. Las tareas que superan nuestras capacidades son desalentadoras. Pero las acciones que están justo en la frontera del éxito y el fracaso son tentadoras para nuestro cerebro.

La ciencia ha descubierto que este tipo de actividades son las que más probabilidades tienen de mantenernos motivados a largo plazo. Por tal motivo, evalúa si la meta que te has propuesto está dentro de tus capacidades y es manejable, que el triunfo no esté garantizado pero sea posible. Así tu motivación no empezará a disminuir.

Necesitas encontrar la manera de llevar tus proyectos al límite de tus habilidades, que te reten pero seas capaz de lograrlas. Si estás trabajando en desafíos de dificultad óptima, estarás motivado y también experimentarás un aumento de tu orgullo y felicidad.

Si alcanzas la meta, te sentirás realizado y contento, pero si no, estarás orgulloso por haber dado tu máximo esfuerzo.

 

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