Muchos podrán concordar con que les resulta prácticamente imposible vivir el aquí y el ahora con total convicción. Tendemos a pensar que algo falta, que en el futuro tendremos lo que queremos ahora, que fuimos más felices antes (aunque entonces no lo notáramos), que preferiríamos estar en otro sitio o con otras personas (o solos si estamos acompañados), que todo podría ser mejor… en fin, no vivimos en el presente porque revivimos constantemente el pasado o proyectamos lo que deseamos en un futuro. Mientras, el presente transcurre sin estar física ni emocionalmente conectados con él.
Así, las personas solo logran experimentar ansiedad, preocupación e inundar su mente de pensamientos negativos al desear que sus vidas sean diferentes. La mayoría sueña con un estado de paz y felicidad que no puede alcanzar debido a la incapacidad de aceptar algo: el presente es lo único que realmente existe y, por lo tanto, el único momento y el único lugar donde podemos estar. Nada más es real.
Alcanzar ese nivel de aceptación es muy difícil porque en general no nos involucramos totalmente con el presente si no tenemos en él todo lo que deseamos. Pensemos un instante cuántos han sido los momentos en que se ha sentido de ese modo. Seguramente han sido pocos.
¿Qué puede hacerse entonces para revertir esa situación y lograr que la totalidad de los momentos sean de plena satisfacción en el aquí y el ahora? Reflexionar sobre este mal hábito que genera sufrimiento es importante y para ello resultan de ayuda los conocimientos que los sabios han aportado al mundo al respecto.
Miyamoto Mushashi fue un budista japonés cuyos pensamientos podemos tomar como enseñanzas. Conocido como un gran espadachín de la antigüedad, escribió 21 reglas de vida apenas dos semanas antes de su muerte.
Cada una de sus reflexiones enseña a cultivar la aceptación mediante el cambio de acciones y de actitud frente a las circunstancias que se presentan: existen fuerzas externas que resultan incontrolables y lo que podemos dominar son las acciones que anteponemos a ellas. También podemos manejar los sentimientos ante esa realidad que no se puede cambiar.
Las 21 reglas de Mushashi dan pautas para lograr esa aceptación. Resultarán difíciles de asimilar, pero con el tiempo resultarán de gran ayuda.
1. No temer a la muerte
Era de imaginarse que un guerrero tuviera esta premisa como indispensable en su vida. Ciertamente tanto nosotros como quienes están a nuestro alrededor vamos a morir, pero vivir con ansiedad y tristeza por ese hecho no es saludable. Vivir el aquí y el ahora ayuda a dejar de preocuparse por esa realidad futura e inevitable. Eventualmente llegará porque el cuerpo es falible y debemos aprender a vivir con ello.
2. Aceptar todo tal cual es
Este es el pensamiento más importante que se debe tener para superar los desafíos de la vida. Resistirse a lo que no podemos cambiar solo genera sufrimiento, así que se debe ejercitar la mente para aprender a ser tolerantes ante la realidad. Así se logrará un estado mental saludable.
3. Respetar a la divinidad pero sin contar con su ayuda
Mushashi asumía por sus creencias que debía respetar a los dioses y a Buda sin pedirles nada, pero no es necesario ser religioso para entender que se debe aceptar la responsabilidad personal. Se debe hacer lo correcto hasta donde alcancen las propias capacidades sin esperar que la suerte o Dios nos ayuden a salir triunfantes, y culparlos si el resultado es opuesto a nosotros.
4. Pensar levemente en ti e intensamente en los demás
Si quieres felicidad durante una hora, duerme una siesta. Si quieres felicidad por un día, ve a pescar. Si quieres ser feliz durante un año, hereda una fortuna. Si quieres felicidad para toda la vida, ayuda a alguien.
PROVERBIO CHINO
A medida que se abandona el interés egoísta por sí mismo y se despierta la preocupación desinteresada por el otro, los problemas personales lucen cada vez más pequeños. Trabajar la humildad y la ayuda al prójimo permite tener una vida más plena.
5. No actuar de acuerdo a creencias aprendidas
Las enseñanzas adquiridas a lo largo de la vida pueden haber sido dadas con las mejores intenciones, y muchas de ellas serán valiosas siempre, pero no siempre funcionan como una ley infalible. Puede que hayan perdido su vigencia o que realmente sirvieran para la persona que la enseñó, pero no para uno. Por eso siempre se debe actuar con base en el sentido común y los propios valores, no en lo que otras personas piensen o practiquen.
6. Desprenderse del deseo para siempre
El budismo predica que el deseo conduce al sufrimiento por una sencilla razón: cuando se desea algo es porque no se tiene en ese momento, lo que conduce a la insatisfacción antes que sí se tiene. Además, cuando se alcanza un deseo, otro nuevo lo va reemplazar, creando una espiral de insatisfacción cada vez mayor.
Al abandonar el anhelo se puede aprender a estar complacido y agradecido con lo que se tiene en el momento actual (siendo este también un modo de aprender a vivir en el presente). Esta es una de las claves de la paz interior.
7. No buscar placer por el propio placer
Continuando con la idea interior: no se trata de que las personas dejen de divertirse y disfrutar de los momentos placenteros cuando estos ocurran. Solo que no debe aspirarse a sentir placer todo el tiempo y por el placer mismo. La satisfacción por el placer alcanzado es temporal. Somos infelices cuando no estamos satisfechos con lo que tenemos, por lo que siempre queremos más. Así que siempre se estará deseando algo, no por el algo en sí, sino por la satisfacción temporal del placer alcanzado.
Hay que aprender a apreciar lo que se tiene en cada momento, y a veces se experimentarán emociones placenteras. Pero no siempre. Entenderlo nos llevará a no ser infelices cuando no se esté experimentando algún placer.
8. No dejarse guiar por la lujuria o el amor
La mayoría estará de acuerdo con no querer que su vida esté guiada por la lujuria. Se trata de otra emoción que solo provee una satisfacción temporal. Pero el amor también puede ser mal entendido si se asume de una manera egoísta y posesiva que conduce al sufrimiento. El amor en cualquiera de sus fases siempre debe ser desinteresado y estar dispuesto a la renuncia.
9. No ser celoso
Esta regla completa la idea anterior. El amor dominado por los celos es un sentimiento inútil. Significa que estás insatisfecho contigo mismo y tienes envidia de alguien más.
10. No arrepentirse de los actos
Arrepentirse de lo que ya pasó no conlleva a ningún resultado. A veces no se puede evitar lamentar algo que ocurrió en el pasado, pero lo importante es aprender de ello y superarlo. La meta debe ser vivir siempre en el presente.
11. No abandonar la honra
Para evitar arrepentimientos inútiles, no hagas nada con lo que no puedas vivir después. Recuerda que serás definido por tus acciones.
12. No entristecerse por la separación
Cuando la separación sea inevitable, no sufras por ella. Aprende a endurecerte apreciando de verdad a quien tienes cerca cuando esté y dejándolo ir cuando llegue el momento. Es una de las lecciones más importantes de vivir en el presente.
13. No tener resentimientos ni quejas
El resentimiento y la queja son energías tóxicas e inútiles. No son apropiadas ni para uno mismo ni para los demás. No te quejes pero tampoco dejes que las quejas de los otros te afecten. Recuerda que tienes la capacidad de controlar sus propias reacciones ante lo que los otros hacen.
14. No tener preferencias
Tener preferencias equivale a la búsqueda del placer. Preferir algo a lo que se tiene en el momento es causa de insatisfacción y no permite disfrutar el presente. Por ello, si no hay posibilidad de escoger, trata de no tener preferencias.
15. No aferrarse a las posesiones
Las posesiones materiales, si no son útiles, se vuelven una carga innecesaria. Ocupan físicamente el espacio de cosas más importantes y dificultan la posibilidad de cambiar y moverse con facilidad cuando se requiera.
16. No buscar poseer bienes para tu vejez
Si te has aferrado a las posesiones a lo largo de la vida, en la vejez tendrás una gran carga de bienes inútiles a tu alrededor que no te acompañarán a la otra vida. Debes aprender que lo necesario es tener espacio y una mente clara.
17. No escoger la comida por su buen sabor
La comida debe nutrir el cuerpo para que esté saludable, por encima de brindar satisfacción al sentido del gusto. Escoger la comida por su sabor solo llevará a la adicción (lo que en la actualidad también aplica al alcohol y las drogas).
18. No depender de las emociones
Las emociones son una sensación pasajera. Muchas veces podrán conducir a tomar decisiones equivocadas. Si se busca ser feliz (así como se busca sentir placer o escoger algo) todo el tiempo, solo se logrará ser infeliz.
19. Que resulte indiferente el lugar donde se viva
Apegarse a un lugar es igual que todos los apegos: un sentimiento inútil que genera sufrimiento. Pero si lo que deseas es cambiar de lugar de residencia, entonces sigue adelante si puedes hacerlo; si no, aprecia el lugar donde te encuentras sin esperar estar en otra parte.
20. No apartarse del camino
Es necesario mantenerse humilde, hacer lo correcto, aprender y crecer hasta el último día, con la atención plena en el presente. Así se aliviará el sufrimiento, la ansiedad y el miedo.
21. No tomar ni emplear armas más allá de lo que sea útil
Es una regla acorde para la vida guerrera de Mushashi, pero puede aplicarse en la actualidad: es mejor ser experto en una cosa que conocer poco de muchas.
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