La pereza es un malestar del espíritu que afecta la forma en que somos percibidos. Socialmente, consideramos despreciable a una persona perezosa porque retrasa el trabajo en equipo, no atiende las pautas establecidas y contagia de desánimo a los que lo rodean.
Sin embargo, el mal llamado holgazán en realidad es prisionero de una aflicción que se propaga en su alma. Empezar por no querer cumplir con las responsabilidades se extiende hasta el punto de no poder hacer ni siquiera lo que más le gusta a causa de la “flojera”.
De este modo, el perezoso se impide trabajar a su máximo potencial, no alcanza metas de ningún tipo y se queda estancado en su zona de confort. Esto no solo causa una mala impresión, sino que también va socavando su espíritu, y culmina en posibles episodios de tristeza y depresión.
En términos generales, los individuos exitosos se contraponen a los flojos, pues se considera que los primeros tienen el deseo y la voluntad de alcanzar objetivos y vencer las adversidades.
Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos tenido episodios de dejadez, producto de algún malestar espiritual o de las estresantes situaciones cotidianas que nos impulsan a querer evadir los problemas. Pero no siempre es negativo tener un poco de modorra. Puede tratarse de un llamado del organismo a bajar la velocidad para reponer energías.
Aun así, necesitamos estar atentos a que la pereza no se instale en nuestra personalidad, pues corremos el riesgo de padecer las afecciones sociales y anímicas arriba explicadas.
Recordemos que la gente exitosa es la que resuelve, de manera rápida, eficaz e indolora, actividades, en especial actividades pequeñas, que los perezosos postergan durante demasiado tiempo.
La clave para vencer la flojera se encuentra en darle importancia a ejecutar esas pequeñas rutinas. Esto tiene un efecto multiplicador en la energía y nos permite conseguir el ánimo para resolver problemas más grandes.
De hecho, muchos creen que el éxito radica en tomar grandes decisiones, cuando en verdad parte de ser exitoso proviene de los pequeños comportamientos diarios.
Entonces, se puede decir que la forma de evitar y vencer la pereza es mantener hábitos y comportamientos que te alejen de ella. Por eso te presentamos ocho trucos rápidos que te enseñarán a escapar de la pereza fácilmente y así alcanzar tus metas personales y profesionales.
1. Pon en práctica la técnica de los dos minutos
Dicha técnica tiene su base en los principios de la física de Isaac Newton y es la premisa detrás del método Kaisen. Para el físico inglés, los objetos estáticos se mantienen quietos mientras los que inician movimiento tienden a seguir así. Por su parte, el sistema japonés plantea que, cuando se comienza algo, es más fácil continuarlo.
Por lo tanto, si evaluamos las actividades diarias que tardan menos de dos minutos en realizarse, veremos que podemos terminar rápidamente muchas de ellas: lavar los platos, sacar la basura, meter la ropa a la secadora, responder un email o un mensaje de texto, tomar una ducha o vestirnos para salir.
Cuando empieces a salir de estas pequeñas tareas, te sentirás menos cargado y con más energía para resolver labores más complicadas. ¡Así, habrás iniciado y continuado el movimiento!
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2. Practica nuevos hábitos empezando con rutinas de dos minutos
Generalmente, abandonamos nuevas costumbres en nuestra vida porque somos inconstantes. Pero si quisiéramos meditar y tuviésemos la fortaleza de concentrarnos tan solo dos minutos, pero todos los días, veríamos que al poco tiempo los dos minutos no serían tediosos y nos sentiríamos capaces de practicar la meditación durante más minutos y con mayor entusiasmo.
Esta técnica funciona para iniciar cualquier proyecto que tengamos. Si quieres pintar tu casa, toma dos minutos diarios para, por ejemplo, sacar las brochas, entrar a una ferretería y preguntar por los precios de las pinturas, arrimar los muebles, cubrir el piso con periódicos, etc. A los pocos días, no tendrás más opción que empezar.
3. Haz una lista rápida de pendientes para el siguiente día
Tener una guía es similar a que alguien nos indique lo que debemos hacer y eso facilita mucho las tareas. Por eso, sentarte dos minutos antes de ir a dormir y planificar las actividades del día siguiente te ayudará a no dejarte atrapar por la pereza.
Hacer una lista es útil, pero la única manera de que funcione es atenerte a ella. Asegúrate de incluir actividades rápidas de resolver que te estimulen y ayuden a sentir que estás avanzando.
4. Administra tu tiempo
Para cumplir con tu lista de tareas debes cuidarte de no incluir más de lo que puedas realizar. Postergar asuntos pendientes alimenta la pereza.
En consecuencia, haz una lista racional de actividades diarias, está pendiente del tiempo y anímate con todo lo que puedes resolver en dos minutos.
5. Planifica momentos de ocio
Llenarte de responsabilidades también debilita el ánimo y contribuye a sentirte desmotivado. Por eso, recuerda incluir pequeños premios durante tu día o tu semana como apartar 15 minutos para disfrutar de una taza de café, ver un capítulo de tu serie preferida o escuchar música en un horario que hayas dispuesto para ello.
¡En esta recomendación, de seguro te gustará excederte más de dos minutos!
6. Delega las tareas que te desagradan
Las actividades desagradables son como una pared contra la que nos tropezamos durante el día y que terminamos postergando. Si las tareas que no son de tu gusto pueden ser realizadas por otra persona, delega de inmediato esa responsabilidad en ella y dedícate a las que te estimulen y sientas que puedes realizar más rápidamente.
7. Vístete para la ocasión
Aunque no lo creas, la forma en que te vistes influye para vencer la pereza. Estar en pijama te anima a dormir y no a enfrentar el día.
Además, vestirte según la ocasión sirve para sentirte productivo, querer asumir compromisos y cumplir con tus objetivos.
Además, no puedes negar que según cómo te perciban es cómo serás tratado.
8. Mantén un sistema de apuntes
Mantener cualquier método de apuntes, físico o digital, pero que siempre tengas a la mano, te permitirá registrar ideas que te interesen o motiven, así como recordar compromisos y administrar mejor tu tiempo.
Anotar algo lleva menos de dos minutos y dejará a tu mente con espacio para pensar en otras actividades, pues estarás libre de la preocupación de tener que recordar algo.
La diferencia existente entre la pereza y el éxito es la decisión de cambiar tu mentalidad y tomar acción en aquello que parece insignificante para todo el mundo.
