Cómo Cerrar Ciclos con Ayuda del Agradecimiento

La gratitud es un medio que permite sanar tu pasado, aunque pocas personas la practiquen de esa forma. La mayoría ve el agradecimiento como un simple gesto social o incluso como una negociación donde se intercambian favores, y estas ideas son erróneas.

La gratitud funciona cuando se puede dar gracias por cada experiencia y persona de nuestra vida, incluso aquellas que nos han hecho sufrir.

Nadie puede cambiar el pasado, pero sí reprogramar su mente para dejar de sufrir o sentirse culpable por lo vivido. La clave está en cerrar esos ciclos, y más cuando se han vuelto tóxicos, por medio de la gratitud.

Cuando hemos vivido problemas de salud, crisis económicas, períodos en los que la esperanza y la fe nos abandonan, separaciones complicadas y dolorosas o reveses en nuestros planes, nos sentimos agredidos, heridos y molestos.

Pero si logramos cambiar esos sentimientos con una perspectiva positiva, entenderemos que esos momentos y personas vinieron, no para dañarnos, sino para enseñarnos y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.

No es fácil aceptarlo, pero es obvio que aprendemos poco de los momentos de felicidad. No son retadores para hacer crecer nuestro espíritu. Los grandes aprendizajes sólo se consiguen en las experiencias más difíciles y son las que nos enseñan a reconocer y valorar las buenas épocas.

 

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Abrir y cerrar ciclos

Cuando iniciamos períodos nuevos y relaciones interpersonales, estamos abriendo ciclos energéticos, que pueden ser tanto positivos como negativos. Es natural que no queramos separarnos de los seres queridos ni que finalicen los buenos momentos; pero también ocurre que nos quedamos atados a gente y situaciones que nos hacen sufrir.

Las razones para ese encadenamiento son múltiples: fueron personas importantes para nosotros (padres, parejas, amigos); nos ofendieron y queremos ser resarcidos; esperamos que los demás entiendan nuestro punto de vista o nos negamos a aceptar que “perdimos”.

Detrás de esos sentimientos se esconde el deseo de haber querido controlar personas y situaciones en nuestro pasado. Como eso no ocurrió, debemos conseguir otra manera de cerrar ese ciclo, y una positiva es  a través del amor y el agradecimiento.

La gratitud es una herramienta para despedir y soltar personas y experiencias. Veamos entonces cómo purificar y cerrar ciclos a través de ese poder.

 

La gratitud y el cierre de ciclos

Las personas abren y cierran ciclos todo el tiempo. Cambian de trabajo, se mudan, empiezan y culminan estudios, se casan y divorcian, dejan un trabajo para empezar un negocio, tienen hijos y los crían hasta pueden dejar el hogar. Así la vida transcurre en una constante evolución.

Sin embargo, nadie enseña a cerrar períodos, aunque creamos que no es tan complicado empezar uno. Nos inscriben en la escuela, conquistamos a una pareja, alquilamos o compramos una vivienda, buscamos trabajo, nos volvemos padres. Pero nos cuesta terminar en paz una relación, dar por concluida una empresa, renunciar o ser despedidos de un trabajo o mudarnos sin sentirnos afectados.

 

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Por ejemplo, al conocer a una potencial pareja abres un ciclo energético, físico, emocional y espiritual. Cuando esa interacción romántica termina, por cualquier motivo, desearías una fórmula mágica para no experimentar tristeza o rabia. Pero eso no es posible.

Esa persona tuvo un fuerte impacto en tu vida y ahora eres alguien distinto gracias a ella. Entonces, la clave está en purificar ese ciclo para no intentar retener a esa persona con sentimientos tóxicos.

¿Cómo se pueden purificar los ciclos para concluirlos, y cuál es la relación de esa purificación con la gratitud?

Al agradecer por esa experiencia, estamos reconociendo el valor de esa persona, la importancia y la huella que dejó en nosotros, sus impactos positivos y negativos. La parte positiva nos trajo felicidad y la recordaremos siempre, mientras que la negativa fue un llamado de atención para ayudarnos a crecer y a convertirnos en lo que hoy somos.

De esta manera, al agradecer por esta relación que ha terminado, no sólo respetas el libre albedrío de la otra persona, y el hecho de que no puedes cambiar lo que ocurrió, sino que también te estás reconociendo a ti y tus sentimientos como parte valiosa del proceso.

Para purificar estos ciclos, puedes hacer rituales de visualización o meditación, repitiendo frases que te ayuden a reconocer y a agradecer.

Ricardo Perret ofrece un mantra con las siguientes afirmaciones: “Por todo lo que fui contigo, gracias. Por todo lo que fuiste conmigo, gracias. Por todo lo que sentí y experimenté contigo, gracias. Por todo lo que sentiste y experimentaste conmigo, gracias. Por todo lo que pensé e hice contigo, gracias. Por todo lo que pensaste e hiciste conmigo, gracias. De ti para mí, así todo tuvo que ser. De mí para ti, así todo tuvo que ser”.

En el área profesional, muchas personas complican y dañan sus procesos de separación de un empleo o empresa. Retirarse de un puesto de trabajo o concluir un negocio implica devolver un espacio laboral y bienes muebles como computadoras, escritorios y oficinas; también significa no ver más a los colegas, delegar responsabilidades, entregar información y documentos y acordar una liquidación económica.

Cuando ese despido o renuncia han sido conflictivos, surge la tentación de provocar problemas laborales, como llevarse datos privilegiados, no cumplir con actividades pendientes, irse sin despedirse de los compañeros o llevarse clientes consigo.

Este deseo de venganza es tentador cuando nos hemos sentido agredidos profesionalmente. Pero es poco sano, no sólo para los demás, sino en especial para uno mismo.

Lo mejor es repasar todo lo aprendido y agradecer de modo verbal y escrito a todas las personas que merezcan un reconocimiento. Si sientes que no puedes negociar justamente tu liquidación, acude a la mediación del ministerio del trabajo o ente encargado de lidiar en estos casos y cumple hasta el último día con tus obligaciones. Sé sincero al dar las razones por las que este ciclo termina e independientemente de la actitud de las personas, despídete apropiadamente.

En ambos casos, el laboral y el sentimental, vemos que a través del agradecimiento puedes cerrar ciclos quedando en paz con el pasado y con las personas que formaron parte de él. Así podrás iniciar un nuevo camino sin sentir que algo ha quedado pendiente o te ata a la experiencia anterior.

 

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