Qué Hacer Luego de la Escuela, si la Universidad no es una Opción

Existe una pregunta que intriga a la población joven en muchos países: ¿en verdad, merece la pena en estos tiempos asistir a la universidad? Esta interrogante surge de ver cómo el mundo está siendo signado por el cambio como nunca antes. Ello se aprecia en las innovaciones que modifican constantemente las áreas laborales y de enseñanza y en las disrupciones que afectan nuestro modo de vivir y trabajar.

Bajo esta mirada, el modelo universitario parece anclado en el siglo XX, además de presentar muchas exigencias en lo personal, económico, educativo y lo referente a la gestión del tiempo. Sus detractores afirman además que no ofrece a los jóvenes de hoy herramientas oportunas para insertarse en la vida adulta y el mercado de trabajo.

Sin embargo, quienes han tenido la oportunidad de este tipo de formación, lo consideran una experiencia fantástica que abre puertas a caminos que no podían haber soñado.

Entonces, ¿quién tiene la respuesta correcta? ¿Es recomendable o no obtener un título universitario en la actualidad? ¿Sus sacrificios redundarán en una mejor calidad de vida para ese futuro profesional?

Si no estás seguro de cuál decisión tomar, este artículo te ayudará a comprender por qué la universidad no es para todos, lo que no es algo malo. En realidad, hay muchas alternativas de vida después de la secundaria y la universidad es solo una más de ellas.

 

La universidad

Aquí repasaremos los aspectos positivos y negativos de realizar estudios superiores. También, las preguntas que necesitas hacerte para saber si esta opción es la más conveniente para ti luego de finalizada la secundaria.

Existen países donde algunas de sus universidades son gratuitas ya que el Estado las financia. Podría creerse que en esos países nadie dudaría en acceder a esta educación.

No es así: el que la universidad sea gratuita no significa que el resto de la vida de los estudiantes lo sea. En muchos casos, son jóvenes que están llegando a la mayoría de edad y empezando a perder el apoyo monetario de sus padres. Incluso, si son adultos que quieren seguirse formando, el tema económico también los afecta.

Así como el dinero, las horas diarias y los años que deberán dedicar a la carrera hacen que muchas personas lo piensen dos veces antes de asistir a la universidad, incluso si es gratuita.

Por otra parte, en los países donde la educación superior es privada o para las profesiones que solo se dictan en instituciones pagas, se debe evaluar los desafíos de asumir una deuda a largo plazo.

Más allá del condicionamiento económico, la decisión de los estudiantes de ir a la universidad viene influenciada por la presión que sus padres, profesores o incluso la sociedad les genera.

En el siglo XX, los estudios superiores se ofrecieron como el camino más racional para que los jóvenes (sobre todo, aquellos con alto índice académico) tuvieran garantizada una vida adulta con mejor calidad de vida y perspectivas laborales. Ese aumento de nivel socioeconómico podría incluso beneficiar a su descendencia, ya que ser hijos de profesionales garantizaría mejores oportunidades de las que tuvieron sus ancestros.

 

Tu situación personal

Sin embargo, la juventud del siglo XXI ya no necesita responder a estos criterios. No está buscando un estatus social y sabe por experiencia que los rendimientos y títulos académicos no dan certeza de un futuro próspero.

Por ello, es más conveniente evaluar tu situación de vida actual: tus urgencias de dinero en el grupo familiar, si tienes hijos o no, si tienes el compromiso, tiempo y fuerzas suficientes para estudiar durante varios años, si podrás recibir apoyo familiar y el tipo de carrera que querrías realizar, así como las opciones públicas y privadas a tu alcance.

Por otro lado, existe la posibilidad de que esforzarte ahora te provea de herramientas útiles en el futuro, y así tu estudio en realidad sería una inversión.

Por eso, como alguien que está a las puertas de decidir qué hacer con su vida luego de finalizar la escuela, deberías intentar responder a preguntas personales como las siguientes:

  • ¿Cómo es tu núcleo familiar y cuál es tu participación en él (vives con tu familia, eres independiente, tienes hijos y/o pareja estable…)?
  • ¿Cuáles son tus intereses de vida? ¿Tienes o requieres una formación académica en esa área?
  • ¿Crees que un título universitario te ayudaría a complementar tus metas personales?
  • Si fueras a la universidad, ¿qué cambios con respecto a tu vida actual deberías implementar? ¿Podrías sostener esos cambios a largo plazo
  • ¿Dónde quieres estar dentro de cinco años? ¿Y dentro de diez?

Para ayudarte a aclarar el panorama, también te ofrecemos una lista de aspectos positivos y negativos en relación con la universidad.

 

Pros y contras de la universidad

Ventajas:
  • Podrás optar por un área que te apasione y sentirte muy motivado e involucrado con tus estudios, incluso más que en la secundaria. Esto te dará las posibilidades de ser un buen profesional.
  • Tendrás un mayor potencial de ingresos económicos. La gente con títulos académicos suele percibir mejores salarios cuando son contratados para un trabajo relacionado con su área de formación.
  • Te abrirás a posibilidades académicas y laborales como los estudios de cuarto nivel (maestrías, doctorados, PhD), además de los campos de investigación, análisis y gestión.
  • Conocerás un estilo de vida que te preparará para la edad adulta.
  • En muchos países, tener un estudio superior facilita créditos en bancos, compras de vivienda y da prestigio social.
  • Obtendrás formación y conocimientos sólidos.

 

Desventajas:
  • Siempre requiere una inversión económica fuerte. El préstamo de mantenimiento asociado a las deudas universitarias no siempre es suficiente para cubrir el alquiler y otros costos de vida. En caso de ser gratuito, las presiones económicas de la vida adulta son igual de exigentes.
  • Implica un compromiso de tiempo. Requiere varios años conseguir un título, además de tomarte buena parte del día para dedicarlo a las clases, los estudios y las actividades académicas, tiempo que limita tu vida personal y laboral, en caso de que necesites trabajar para mantenerte.
  • A pesar de la existencia en algunos países de la llamada beca-trabajo, trabajar y estudiar requiere de un alto nivel de compromiso y exigencias personales.
  • Tener un título no te garantiza un trabajo bien pagado, incluso puede limitar tus posibilidades (hay empresas que limitan los trabajos básicos, que son más abundantes, para personas con educación media). Por otro lado, algunas industrias son muy competitivas y los graduados deben luchar por escasos puestos.
  • La deuda estudiantil está calculada a largo plazo.
  • Los empleadores quieren más que un título. Muchas veces exigen también pasantías, actividades extracurriculares, cursos y, sobre todo, experiencia.
  • La universidad te da formación sólida, pero que se estanca en el tiempo. Deberás mantenerte actualizado.

 

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La temida historia de las finanzas estudiantiles

El costo de la universidad es un tema rodeado de muchos mitos. Por ejemplo, que solo los millonarios pueden pagar por ella o que la deuda del préstamo será una carga que arrastraremos durante nuestra vida adulta y que se unirá a otros problemas como el pago de la hipoteca o el vehículo.

Sin embargo, no hay como la realidad para saber nuestras verdaderas posibilidades. Evalúa a cuáles universidades podrías asistir y tus áreas de interés, los costos de la inscripción, matrícula, gastos y las opciones de pago y financiamiento que ofrece cada institución. Podrían sorprenderte de manera favorable.

 

Alternativas a la universidad

Recuerda que hoy en día los conocimientos, las tecnologías y las empresas son disruptores, es decir, llegan para cambiar por completo el modo de actuar y entender que se tenía hasta el momento.

Mientras estés en la universidad, los profesores y los cursos intentan estar a la cabeza de estos conocimientos, aunque su función sea enseñarte lo más importante sobre esa área. Pero cuando salgas de la universidad, dependerá de ti mantenerte al día en las últimas innovaciones.

Por eso muchas personas consideran más útil irse formando con la práctica y la experiencia en la calle y no es los salones de la academia.

Si decides que la universidad no es para ti, ¡no te asustes! Hay muchas más opciones. Veamos algunas de las alternativas más comunes:

Aprendizajes de grado o carreras cortas

Hay opciones de estudio más económicas y breves que las carreras universitarias. En algunos países incluso hay opciones gratuitas. Los beneficios son que te permiten entrar al mercado laboral más rápido y de manera más fácil (incluso mientras estás estudiando).

Por ejemplo, en Inglaterra hay los llamados aprendizajes de grado, que son mejores para aquellos que quieren un título, al mismo tiempo que adquieren habilidades en el lugar de trabajo, y se gradúan sin deudas.

Estudios online y a distancia

Los MOOC (Massive Open Online Course) son cursos a distancia, donde se puede apuntar cualquier persona, sin restricciones ni pruebas de acceso.
Estos cursos están difundiéndose con rapidez. Hasta las universidades más prestigiosas valoran su importancia, y están poniendo sus contenidos de aprendizaje en MOOC.

Por ejemplo, puedes aprender sobre cálculo aplicado o un seminario de ortografía y gramática en un programa de una universidad reconocida, desde cualquier sitio y con libertad de horario.

En general, los cursos a distancia vía electrónica libran al estudiante de la asistencia al aula y presentación de exámenes, creando un método de aprendizaje más dinámico y ajustado a las necesidades del mundo laboral.

Pero estos cursos no se limitan a la enseñanza, sino que permiten crear comunidades virtuales donde cada alumno puede colaborar aportando contenido o comentarios.

Hoy en día, la formación online te puede mostrar videos de un experto de ecommerce o un ensayo sobre blockchain publicado en el otro lado del mundo. Las distancias y el tiempo ya no son problemas en estos tipos de estudio.

Los cursos online responden a las necesidades del mercado laboral actual de manera exitosa.

Aprende un idioma

El esperanto nunca logró imponerse como un idioma internacional, así que la traducción entre los diferentes idiomas seguirá siendo importante durante largo tiempo, así como una fuente de trabajo.

Para estudiar en la universidad se necesita tiempo y compromiso. Aprender un idioma es una forma perfecta de obtener un conocimiento útil para el mercado de trabajo o aprovechar el tiempo mientras decides tu futuro. También conocerás gente nueva y adquirirás disciplina y la posibilidad de relacionarte con una nueva cultura a través de su lengua.

Seguir el oficio o negocio familiar

Si en tu grupo familiar, tu padre u otros miembros desempeña un oficio o administra un negocio que no ha sido de tu interés hasta ahora o te resultaba indiferente, puedes empezar a cambiar de opinión con respecto a esto. Tu familia tiene un conocimiento y una experiencia por la que otras personas pagarían y reservarían tiempo para aprender.

Tú tienes a esos maestros en tu casa, y te demuestran en la práctica que se puede vivir de ello. Entonces, conviértete en un buen aprendiz. Además, es probable que heredes el negocio familiar o te dejen encargado cuando demuestres que lo puedes desempeñar.

Aprende un oficio

Si no tienes la suerte de que en tu familia haya un negocio u oficio, puedes entrar como principiante en algún lugar. No hablamos solo de un oficio. Los corredores de seguro y de bolsa en general tienen poca formación en el área (a veces, ninguna) cuando entran a trabajar.

¿Recuerdas la película En busca de la felicidad, basada en la vida real, donde el protagonista aspira al puesto de corredor de bolsa, como pasante sin paga, con la única promesa de ser seleccionado si pasaba la prueba de aprendizaje?

Piensa en salir a buscar trabajo con la intención de que te faciliten experiencia y conocimiento. Ganar dinero es importante, pero el objetivo es construir un camino y adquirir herramientas que te sirvan en el futuro. El dinero la mayoría de las veces se gasta en el sustento diario y los ahorros no te protegerán toda la vida.

Empezar tu propio negocio

Si sientes deseos de trabajar de forma independiente y estás lleno de ideas creativas para ganar dinero, entonces establecer tu propio negocio podría ser una alternativa a la universidad.

El universo empresarial está lleno de posibilidades. Sin embargo, además de la intuición, es importante conocer sobre el ramo del negocio, riesgos y herramientas que puedas necesitar.

Pero ni siquiera necesitas montar un negocio para trabajar por cuenta propia. Hoy en día hay mucho trabajo independiente a distancia y vía digital, como, por ejemplo, comenzar un blog.

Se necesita voluntad y resistencia para hacer dinero de esta forma, pero las posibilidades son múltiples y, quién sabe: ¡podrías terminar millonario!

Año sabático

Finalmente, si sigues sin saber qué hacer y tus posibilidades económicas lo permiten, tómate un año sabático, no para ver series en Netflix toda la noche y dormir todo el día, sino para ver hacia dónde te guían tus pasiones.

Puedes viajar o conocer o darte la oportunidad de vincularte con tus áreas de interés. Podrías terminar trabajando en ello o conocer gente y opciones que jamás habrías soñado.

Un año sabático a veces puede lucir mal en un currículum, pero si conviertes ese tiempo en algo productivo, tendrá un efecto positivo en tus planes laborales y en tu vida.

 

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