Todos provenimos de una formación que nos ha llevado hasta el punto donde nos encontramos actualmente. Si somos personas económicamente dependientes de un sueldo, con ingresos que no nos permiten sino vivir del trabajo y con mucha dificultad tener unas vacaciones cada tanto, significa que en nuestra educación nadie nos enseñó a hacer dinero.
Generalmente los trabajadores dependientes (o los independientes que difícilmente cubren sus gastos) son hijos de otras buenas personas trabajadoras que también aprendieron a ganar dinero vendiendo su tiempo y su esfuerzo, lo cual no es un buen plan para hacerse rico,
Entonces, cabe preguntarse, si la gente acaudalada ha aprendido algo distinto gracias a su experiencia económica personal, y si esos conocimientos son transmitidos exitosamente a sus hijos. Al parecer, eso es cierto.
El empresario, inversionista y conferencista Robert Kiyosaki dice que es millonario actualmente gracias a las enseñanzas de un hombre a quien llama “su padre rico”. Él suele tratar el tema del poder de la educación financiera, basándose en su propia historia.
Cuenta que de niño tuvo el privilegio de aprender con dos hombres sobre el dinero: su padre biológico, a quien llama su “padre pobre”, fue un hombre honesto y maravilloso quien luchó por balancear sus finanzas la mayor parte de la vida a pesar de haber tenido un empleo bien remunerado en la administración pública. Su “padre rico” fue el progenitor de su amigo Mike, quien se hizo millonario construyendo un imperio hotelero en Hawái. Él había aprendido de forma autodidacta cómo funciona el dinero trabajando desde pequeño en la tienda de su familia, y aplicó exitosamente esas lecciones en sus negocios.
Es interesante ver la relación entre la forma de actuar de los Millennials (la generación de personas nacidas entre 1980 y 1995) con respecto al trabajo y al dinero por la influencia de sus padres Baby Boomers (aquellos nacidos entre los años 1946 y 1964). Los estudios revelan que al preguntarle a los Millennials si habían invertido en la bolsa de valores, 80% de ellos respondió negativamente, de ellos la mitad porque no tenía suficiente dinero, mientras que un porcentaje alto de los restantes no sabía cómo y una cantidad menor estaba afectada por la deuda estudiantil. Hacer un seguimiento a cómo la gente invierte en los mercados financieros es un buen indicador de si se interesarán en ser inversores. En este caso, el estudio de los Millennials demuestra que tienen falta de educación financiera y viejas creencias acerca del dinero heredada por sus padres trabajadores, pero pobres.
Si en este momento de su vida, usted no sabe cómo invertir probablemente se deba a que no le enseñaron cómo funciona el dinero, si se endeudó por ir a la universidad, es porque le enseñaron que ir a una buena escuela era garantía de éxito, y si no tiene suficiente dinero es porque no le enseñaron a hacerlo más allá de un salario percibido gracias a un empleo.
Como antídoto a este problema generacional Kiyosaki sugiere tres medidas básicas:
– Invertir en educación financiera;
– Dejar de ahorrar para la jubilación (y destinar esos ahorros para sus inversiones) y
– Aprender a retrasar las gratificaciones (¡a los Millennials sienten que darse buena vida es sinónimo de prosperidad!).
Sin embargo, hay una recomendación más de Kiyosaki sobre las reglas que los ricos han aprendido y enseñado a sus hijos para que los anteriores antídotos surtan el efecto deseado: los ricos consideran que deben cambiar con quién pasan su tiempo para empezar a cambiar sus vidas.
Elegir cuidadosamente a tus amigos
Suena bastante cruel e interesado recomendarle a alguien que escoja con cuidado a sus amigos si quiere ser rico.
Si usted decide emprender un viaje financiero, un camino que lo llevará a volverse alguien adinerado, los amigos que no tengan dinero o que no estén interesados en realizar este viaje no podrán ayudarlo. No significa que usted sea malvado, sino que de manera natural sus antiguos amigos se irán alejando por no compartir esta búsqueda.
También, en la medida en que vaya alcanzando sus objetivos, puede que sus antiguos amigos sientan celos o la relación cambie. Por ejemplo, ellos podrían regresar a usted para pedirle, o un préstamo, o un trabajo en sus negocios… pero extrañamente nunca vendrán a preguntarle qué hicieron para llegar a donde están actualmente. Eso es debido a que no están en la misma página.
Si usted llega a ser rico, es más difícil ser amigo de personas que se oponen o desprecian los negocios y las inversiones. Su enfoque de la vida será distinto y sus intereses en común pocos.
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No ser amigos de los “gallinas”
No escuche a la gente temerosa de correr riesgos, no solo porque no los toma para sí mismos, sino porque lo va a instar a usted a no hacerlo. Por ejemplo, si usted le consulta a ese amigo sobre la posibilidad de una inversión, este le planteará el peor escenario debido a su propio temor de arriesgarse a invertir.
El temeroso utiliza su mentalidad de pobreza y restricciones para evaluar el mundo, y solo puede ofrecer ese punto de vista. Si usted busca tener la mente abierta de los ricos y empresarios exitosos, no puede dejarse influir por este tipo de personas. Ellos son asesinos de la motivación.
Por ejemplo, si empieza a pasar tiempo con personas cuya mentalidad es la de ahorrar para la jubilación, le sugerirán que debe guardar su dinero también. Así, estas amistades lo desviarán de su camino de abundancia.
Escoger amistades en función de lo que puede aprender de ellas
Con esto no significa que esté solicitando los estados financieros de las personas para ver si conviene que sean sus amigos o no. Se trata de encontrar personas que sean fuente de sabiduría para usted, que evidencien conocimientos de los que quiera aprender.
No debe ir detrás del dinero de las personas, sino de su conocimiento.
Kiyosaki menciona que a sus amigos les gusta hablar de dinero, no por alardear de cuánto tienen, sino que discuten sobre estrategias de negocios, inversiones, proyectos, leyes e impuestos… asuntos que a él le interesa aprender. Siente así que tienen intereses en común y que sus conversaciones son enriquecedoras. Pero Kiyosaki también tiene una hermana que es monje budista, y en sus visitas no hablan de dinero (ninguno de los dos tiene nada que enseñarle al otro al respecto porque no comparten la misma visión sobre la riqueza), pero sí aprenden sobre muchas otras cosas valiosas.
Luego de este análisis sobre la importancia de las relaciones amistosas en su búsqueda de riqueza, pregúntese cómo son sus amigos hoy en día y cómo lo afectan en esa ruta que se ha propuesto. Las respuestas serán interesantes.
Recuerde que si desea ser rico, debe ser amigo de personas con mentalidad similar a la suya, o que al menos no traten de cambiar su mente abierta a los negocios; también recuerde la importancia de ver la amistad como fuente de conocimiento y experiencias vitales provechosas, lo que lo llevará a seleccionar mejor a las personas con quienes comparte tiempo preciado… porque la vida es muy corta para pasarla con quienes no nos ayudan a salir adelante en nuestros proyectos.
