Alerta para Identificar a las Madres Tóxicas

Ninguna persona puede decir que una mujer tiene la intención premeditada de ser una mala madre. Nadie le enseña cómo actuar, pero está en su naturaleza ser protectora, amorosa y educadora. También es cierto que cada una hace lo mejor que puede, pero los resultados no siempre son los mejores.

Las madres tóxicas son aquellas que han ejercido su rol basándose en convencionalismos negativos, actuando como la sociedad sugería que era correcto y sin rectificar sobre sus propias dudas y temores. Así caen en fallas como sobreproteger o asfixiar emocionalmente a sus hijos.

 

¿Eres una madre tóxica o fuiste criado por una? Cómo reconocerlo

Si sospechas que fuiste criado por una de estas madres, existen características que te permitirán confirmarlo. Piensa si:

  • la relación con tu madre no parece normal en comparación con la de otras personas. En tu caso incluso ahora en la adultez sientes ansiedad al contactarla o tus quejas y conflictos con respecto a ella sobrepasan los de tus amigos, familiares o conocidos;
  • mantienes una actitud sumisa y tu vínculo es a través de la codependiencia. Inclusive, puedes haber transferido esa codependencia a tu pareja o hijos porque para ti es importante que te necesiten o necesitar para sentir amor;
  • cuando piensas en tu madre experimentas mayoritariamente ira y malos recuerdos;
  • te cuesta expresar afecto en tus relaciones adultas. Retienes tu cariño o lo utilizas como un arma de manipulación;
  • tienes problemas de autoestima. Te comparas negativamente con los demás y sueles seguir buscando aprobación y aceptación. Eres capaz de sostener relaciones abusivas con la esperanza de que tu pareja cambie.

 

Ahora, muchas mujeres no se dan cuenta o se niegan a aceptar que mantienen conductas negativas hacia sus hijos, provenientes de rasgos tóxicos en su personalidad. Normalmente su carácter es fuerte y necesitan tener todo bajo control. Además provienen de una educación donde las acostumbraron a marcar distancia emocional. Otras están tan volcadas sobre sí mismas que solo desean ser el centro de atención.

Las madres tóxicas dan a sus hijos una visión negativa del mundo. No todas proceden de la misma forma, pero el elemento en común es que su modo de actuar perjudica el crecimiento personal de los hijos y terminan dañando (irremediablemente) su relación con ellos.

Características de una madre tóxica:

  • Ejercen abuso emocional y son destructivas del afecto. Convencen a los hijos de que son malos o indignos de su amor y se lo niegan a modo de castigo.
  • Son controladoras: habitualmente, necesitan dominar los aspectos de la vida de toda la familia. Aparentan que este aspecto es positivo porque expresan amor y se preocupan por todos los pormenores del hogar, pero se nota su verdadera intención cuando se enfadan al ver que los miembros están tomando decisiones distintas a las indicadas por ella.
  • Su forma de educar es autoritaria: como encargadas del hogar, todo debe hacerse bajo su criterio y no admiten que nadie plantee alternativas, mucho menos que tenga opiniones o decisiones propias. Su trato es duro, a veces indolente, inflexivo y para sobrevivir a esta situación, los hijos terminan, o teniendo personalidades sumisas, o abandonándolas tan pronto crecen.
  • En casos menos extremistas, las autoritarias son educadoras exigentes. No esperan menos que las mejores notas, el mejor comportamiento y siempre “ponen la vara” cada vez más alta para el niño. Este termina haciendo un esfuerzo por encima de sus aptitudes y capacidades y pasa su vida adulta sintiendo que no cumple con las expectativas de los demás.

 

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  • Utilizan la manipulación para alcanzar sus objetivos. De manera consciente o inconsciente, son chantajistas emocionales. Cuando los hijos quieren hacer algo en contra de sus deseos, los obligan a cambiar de decisión o a actuar a escondidas porque, si no, alegan que las harán sufrir. Su objetivo es que las perdonen, las quieran, las complazcan, les tengan lástima, se comporten como ellas piden… De esta manera, muchos hijos terminan haciendo cosas que no desean y acumulando una ira oculta hacia ellas.
  • Buscan enfocar la atención sobre sí mismas: estas madres tienen una psicología muy compleja. Por una lado quieren que sus hijos triunfen en sus propósitos (diseñados y aprobados por ellas mismas, por cierto) y sean exitosos, pero por otra parte esperan ser la razón de este logro. Otras lo expresan de manera más literal, sufriendo enfermedades constantes o teniendo que ser atendidas todo el tiempo para mantenerse como el centro de atención. Es común que para mantener este escenario familiar, recurran a la manipulación sentimental o con argumentos irrebatibles.

 

¿Cómo evitar ser una madre tóxica?

Si has leído este artículo y te sientes algo o muy identificada, la buena noticia es que darse cuenta del problema es el primer paso para cambiar. Busca modificar la forma de relacionarte con tus hijos, desarrollando un mejor autocontrol, intentando probar nuevas habilidades sociales tales como la comunicación asertiva. También:

  • deja que tu hijo consiga la independencia física y emocional y su libertad de pensamiento;
  • no lo sobreprotejas: esta recomendación es difícil, pues cada día existen más peligros en el mundo, pero la única manera de enfrentarlos es aprender a defenderse por ellos mismos. La sobreprotección establece una relación dañina entre padres e hijos que les impide a estos crecer;
  • no esperes ser el centro de su vida: los padres suelen ser las figuras más importantes en la vida del bebé y del niño, pues garantizan su sobrevivencia, pero crecer le permitirá cambiar esa relación de dependencia, y la de codependencia que puede haberse formado entre ustedes, por una de amor. No lo críes pendiente de tus necesidades ni tú de las suyas, ni lo acostumbres a hacer las cosas pensando en qué dirías tú. También recuerda que él no debe ser el centro de tu propia vida, aunque ocupe el lugar más especial;
  • edúcalo, pero no le exijas al punto de hacerlo infeliz. No lo compares con los demás, ya que el tiene sus aptitudes y capacidades personales. Cuando le exiges demasiado lo llevas a reprocharse, a tener miedo y hasta a mentir para estar a tu altura;
  • enséñalo a ser una persona segura: las madres tóxicas alimentan la inseguridad de sus hijos para que dependan de ellas, sean sumisos, se consideren incapaces, creyendo que así nunca las abandonarán. Una buena madre forma a su niño como un ser seguro de sí mismo, que confía en sus posibilidades, se arriesga y desarrolla su autonomía. Está en ti apoyarlo en ese proceso de autodescubrimiento.

 

Dejar de ser una madre tóxica te llevará a disfrutar más de la vida y las personas de tu entorno familiar y social se acercarán más a ti.

 

Tips finales

Toma nota y reflexiona sobre estos pequeños consejos, pues en ellos encontrarás las claves para dejar de ser una madre tóxica:

  • No necesitas estar siempre en control de todo.
  • No te vayas por el camino fácil del chantaje emocional para hacer cumplir tus deseos.
  • Piensa si los planes y objetivos que estás defendiendo son de tus hijos o los tuyos propios.
  • No te limites a oír. Escucha con atención.
  • Sé flexible. Permítete reír, llorar, equivocarte y autocriticarte de ser necesario.
  • Eres la madre, no lo amiga de tus hijos.
  • Eres la madre, no la hija de tus hijos.

 

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