En la actualidad, la gente en la mayoría de los países están viviendo una situación hasta ahora desconocida: la solicitud de confinamiento o cuarentena social por un problema de salud global como es el coronavirus o virus Covid-19.
Si bien quien está resguardado en el hogar no experimenta un estado de emergencia como los que se viven en los hospitales, sí puede llegar a presentar los síntomas emocionales característicos de estar viviendo un siniestro o una catástrofe.
Atenderlos no resulta sencillo para aquellos sin conocimientos médicos psicológicos, pero tú puedes ser el único disponible en este contexto para iniciar una asistencia o intervención.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto a la disposición del público desde el año 2012 un documento que enseña “de un modo práctico y humano” a los trabajadores de campo y a la población en general a “apoyar a nuestros semejantes en graves situaciones de crisis”. Este protocolo puede ser descargado en español aquí.
A pesar de que las personas en aislamiento social no son víctimas directas de la pandemia, pueden estar manifestando una variedad de reacciones y sentimientos similares a los de los afectados. Su forma de responder ante esta situación proviene de sus características personales y experiencias previas con enfermedades, su cultura, edad y salud física y emocional.
El documento de la OMS para asistencia a los afectados por siniestros y desastres puede resultar también de provecho para las personas aisladas que en estos momentos les cuesta adaptarse a los eventos que los rodean.
Si estás conviviendo con un familiar, compañero de habitación, amigo o vecino que esté padeciendo de ansiedad, depresión, tristeza o duelo a causa del aislamiento y la pandemia, te explicamos cómo brindarles Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) a partir de los protocolos de la OMS.
Los Primeros Auxilios Psicológicos son técnicas destinadas ayudar en las primeras etapas del impacto a la población afectada por un incidente crítico. Su objetivo es reducir los niveles de estrés, permitir la adaptación a la nueva realidad y afrontar lo que ocurrirá en adelante.
El objetivo es auxiliar a la persona para afrontar la crisis, incluyendo el manejo adecuado de los sentimientos, el control de los elementos subjetivos de la situación y comenzar a solucionar problemas. La meta es restablecer el equilibrio emocional de la persona.
En primer lugar, debes identificar quién necesita asistencia. Si en el grupo con quien estás en cuarentena o confinamiento hay niños, adultos y personas mayores, observa quiénes de ellos están manifestando ansiedad u otro trastorno emocional. También puedes realizar esto con los familiares, amigos y conocidos a los que contactes a través del teléfono y medios de comunicación digitales (videollamadas, sesiones de chat, etc.).
Los Primeros Auxilios Psicológicos se organizan en torno a los siguientes principios básicos:
– Proteger: El primer objetivo debe ser el de conseguir que la víctima se sienta segura. En medio de esta contingencia por el Covid-19, quienes están aislados en sus viviendas ya están en un ambiente protegido, pero puede que no se sientan así. Por eso hay que recalcarles que ya se encuentran en el refugio y que no deben sentir temor al estar ahí.
De igual modo, mientras tomen todas las medidas de protección e higiene al salir por necesidades extremas, seguirán manteniendo la seguridad dentro del hogar.
En las recomendaciones de los PAP se pide que se aleje en esta etapa a las víctimas de las entrevistas con los medios de comunicación. En el caso de los afectados por el aislamiento, es recomendable también no exponerlos a las informaciones preocupantes de los noticieros y redes sociales, al menos mientras tengan episodios de ansiedad o depresión.
– Dirigir: Es posible que las personas se encuentren en un estado de confusión que les impida manejarse a sí mismos. Así que tú puedes funcionar como su guía para que empiecen a crear una rutina para su nueva cotidianidad, haciendo énfasis en las medidas de autocuidado.
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– Conectar: El tercer principio será relacionar al afectado con los recursos útiles disponibles. Dentro del confinamiento se puede ayudar, por ejemplo, a restablecer las relaciones a distancia con familiares y amigos. Recordemos que muchas personas mayores no dominan la tecnología y eso aumenta su aislamiento emocional.
– Tratar: Si notas que tu atención y asistencia al afectado es insuficiente, ponlo en contacto con los centros de asistencia psicológica a distancia del área. Hay casos donde pueden presentarse reacciones de estrés agudo o duelo que superan las capacidades de una persona sin conocimientos médicos en PAP.
Finalmente, te ofrecemos las siguientes medidas que debe trasmitir y hacer entender al afectado:
• Hablar es la medicina más curativa. Es necesario comunicar nuestras preocupaciones, pensamientos, necesidades y sentimientos a quienes nos rodean.
• Estamos separados, pero no solos. Manten diariamente el contacto con los seres queridos por los medios disponibles.
• Escuchar también es importante. Así descubriremos que no somos los únicos en sentirnos afectados, además de que podemos conseguir palabras sanadoras en una conversación.
• Recuerda que somos personas normales con reacciones normales, pero viviendo un evento anormal.
•Date el derecho a sentirte mal por lo que está ocurriendo. No ocultes ni intentes disminuir tu dolor.
•No abandones las medidas de autocuidado.
• Mantente ocupado y crea una nueva rutina, con horarios, responsabilidades y ratos de ocio.
• Come y duerme bien dentro de lo posible.
• Trata de corregir el insomnio y las pesadillas con algunas de estas ideas.
Si necesitas cuidar a personas afectadas por el confinamiento, recuerda las siguientes recomendaciones:
• Ofréceles toda tu compañía y ayuda, el tiempo que sea necesario.
• Conversa con ellas, pero también escúchalas. A veces no buscan consejos; solo necesitan expresar sus pensamientos y sentimientos.
• Permíteles llorar o estar molestos, más si hay una situación de duelo.
• Si tienen reacciones negativas hacia ti, no lo tomes como algo personal. Es normal en los contextos con mucho estrés.
• Sirve de guía en la cotidianidad, ayudando con las rutinas y tareas que resulten complicadas.
• Si quieren estar solos, aléjate pero recordándoles que sigues disponible.