¿Sabías que, estadísticamente, para el mes de febrero 80% de las resoluciones de año nuevo ya han fallado?
Aquí estamos, empezando otro ciclo y deseando sinceramente que nuestras vidas cambien para mejor y que por fin perdamos esos kilos de más para vernos y sentirnos bien, que consigamos un trabajo satisfactorio donde desarrollar nuestro verdadero potencial, que encontremos una pareja con quien formar un hogar o hallemos un lugar para vivir solos por primera vez.
La gente se siente un poco más cerca de aspiraciones como estas y tantas otras porque considera que la Nochevieja y el primer día de Año Nuevo es, no solo un momento para celebrar, sino una oportunidad para empezar desde cero, dejando todos los fracasos y equivocaciones en el pasado.
Sin embargo, aunque pasemos a otro período con un espíritu renovado y las mejores intenciones para cumplir con nuestras metas, es común que a los pocos meses vayamos perdiendo ese ímpetu y sigamos atrapados en la rutina que nos aleja de nuestros sueños.
Entonces, ¿por qué fallamos en nuestros propósitos del nuevo año? ¿Por qué terminamos alejados cada vez más de la vida que queremos?
Por qué fracasan los deseos de año nuevo
Analicemos por un momento cómo establecemos nuestros propósitos durante las fiestas: generalmente, pensamos, o incluso escribimos, doce deseos para invocarlos mentalmente entre las campanadas y el brindis de medianoche.
Es decir, que solemos hacer nuestras resoluciones con el espíritu entusiasta de la celebración, pero sin planificar lo que necesitaremos para lograrlo y sin ningún tipo de organización. Nuestros deseos no son planes ni metas, no tienen estructura ni tiempos de ejecución. Son sencillamente oraciones en la que decimos lo que nos gustaría hacer o tener.
Por eso, a las pocas semanas o meses siguientes, empezamos a darnos por vencido. Volvemos a la cotidianidad, en la que no hemos dispuesto un espacio ni un tiempo para empezar a ejecutar lo que necesitamos para alcanzar esas metas. Entonces nos empezamos a sentir mal y decepcionados porque no estamos progresando hacia la vida que queremos.
Pero si en esos propósitos están dibujados los cambios que queremos, ¿por qué se nos hace tan difícil mantenernos enfocados? Porque debemos establecer un proceso de fijación de metas y no solo dibujarnos unos propósitos.
Las metas son convincentes, realistas, factibles y tienen un significado para nosotros. Ellas son la clave para el crecimiento y el éxito a largo plazo.
Entonces, para convertir los propósitos en objetivos debes seguir estas recomendaciones y estos pasos:
Recomendaciones para construir metas
1) Sentir la certeza
Está bien no tener idea en un principio de cómo vas a hacer para alcanzar tus metas. Pero incluso en esta etapa inicial de incertidumbre, debes tener una absoluta confianza en que podrás lograrlo.
La mentalidad de la certeza es la clave del éxito.
Si tienes un objetivo y en tu mente la única opción para él es el triunfo, su logro se convierte en un deber absoluto. Así, nada más importa, harás cualquier sacrificio para llegar allí y no tendrás ninguna excusa para evitar avanzar.
2) Aclarar el motivo
Los objetivos para el nuevo año deben estar justificados por una razón, un porqué que haga de ese cambio algo positivo y deseable para ti.
En el caso de que aspires a un nuevo trabajo o hacer un viaje por Europa, debes preguntarte si el motivo de ese empleo es ganar más dinero o sentirte renovado probando otras habilidades y conocimientos. Si se trata de un viaje, ¿quieres conocer las ciudades con que siempre soñaste? ¿O ver gente y lugares nuevos? ¿Visitar un sitio para saber si querrás mudarte definitivamente ahí? ¿O dejar algo o alguien atrás?
Necesitas comprender no solo los resultados a corto plazo de lo que deseas, sino el propósito verdadero que subyace en tus objetivos. Cuando entiendas por qué lo quieres, sabrás para qué lo deseas, y así encontrarás la manera de lograrlo sin importar que las cosas se pongan difíciles.
3) Comprométete al cambio
Para tener éxito en tus planes debes estar dispuesto a algunos sacrificios y cambios, por ejemplo en tu estilo de vida.
No alcanzarás tus resoluciones a menos que tengas la mentalidad de lograr un verdadero cambio.
Cuando analices y vayas construyendo tus metas, identifica si tendrás que tomar decisiones que cambien algún aspecto de tu vida. Prepárate para ellas y comprométete a cumplirlas a favor de tus objetivos.
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4) Expresa por escrito o verbalmente lo que deseas
Colocar tus metas en palabras y fijarlas sobre un papel o decírselas a alguien importante para ti te ayudará a despejar dudas y aclarar lo que quieres realmente, establecer un compromiso y recordar el sentimiento que te impulsó al momento de escribirlo o decirlo.
Esta es la mejor manera de colocarte en el estado correcto para lograr tus metas. Así serás de capaz de perfeccionar tus objetivos a partir de lo que has escrito o has dicho.
Además, el que alguien conozca tus sueños o escribirlos te obligará constantemente a avanzar en esa dirección. ¿Cómo podrías ver a esa persona a la cara y decirle cada vez que no has hecho nada desde la última vez para alcanzar tu objetivo? ¿Cómo podrás leer el compromiso presente en tus propias palabras y traicionarlas si optas por rendirte?
5) Mide tu progreso
Especificar, cuantificar y medir tu progreso es la clave del éxito. Hay que responder qué quieres, cuánto y cómo estás avanzando.
Por ejemplo, si tu plan es viajar por Europa, ¿cuánto has ahorrado hasta la fecha? ¿Estás obteniendo la documentación necesaria? ¿Has averiguando precios de hoteles y lugares para visitar? ¿Cómo vas a diseñar tu ruta de viaje y qué formas de transporte emplearás?
Definir esas preguntas e irlas respondiendo de formas concretas te permitirá avanzar en tu proyecto.
6) No dejes de avanzar
Cuando te enfrentes a un contratiempo o si sientes que estás fracasando y quieres rendirte, no lo permitas.
Pregúntate: ¿cómo puedo volver al camino luego de este fallo? ¿En verdad este fracaso acabará con todos los planes o solo es cuestión de reformular? ¿Necesito tomarme un tiempo fuera para recuperarme antes de seguir o soy de los que necesita “montarse de nuevo en el caballo después de caerse”?
Por otra parte, recuerda que no todos los avances son en línea recta. Existen muchas maneras de seguir, que a veces implican retroceder, detenerse o ir por otro rumbo distinto al trazado originalmente. Lo que no debes perder nunca es el impulso.
Si todavía sientes que las recomendaciones anteriores son un poco genéricas, aquí tienes cuatro pasos específicos para alcanzar cualquiera de tus metas en el nuevo año:
Pasos para alcanzar tus metas:
– Diseña tus metas recordando que deben ser específicas, realistas, medibles y con un plazo de tiempo. “Quiero adelgazar” no es igual a “voy a perder ocho kilos en el plazo de un año yendo al gimnasio después del trabajo y comiendo alimentos sanos con la guía de un nutricionista”.
– Luego de conceptualizar tu meta, debes dividirla en pasos más pequeños que te ayuden a subir la escalera. La creación de esos pequeños pasos en el camino hacia los resultados masivos te ayudará a enfocar tu energía. ¡Seguro podrás bajar un kilo cada mes o mes y medio en ese gran plan de perder ocho kilos durante el plazo límite de un año! Recuerda que cada objetivo necesita su hoja de ruta y aquí la estás construyendo.
– Las metas empiezan en la mente y debes programarte para obtenerlas. Un modo de ponerte en el estado correcto para alcanzar tus metas son los ejercicios de visualización, donde le des fuerza a lo que sientes que te hará feliz, estudies tus temores y te ayudes a enfocarte. Así aprenderás a comportarte como si ya hubieras alcanzado tus propósitos y te familiarizarás con tu éxito.
– Celebra las pequeñas victorias, sin esperar llegar hasta el final para obtener tu recompensa. Así adoptarás una actitud de agradecimiento y tu camino hacia la meta se simplificará.
Finalmente, el mejor consejo para cumplir con tus propósitos de año nuevo es hacer de ellas un trabajo personal. Consigue todo lo que quieras este año, y todos los años, decidiendo y estableciendo objetivos que verdaderamente te importen y dándoles la importancia que merecen en tu vida. Recuerda que aprender a establecer y alcanzar metas es un gran hábito que pocos dominan en sus vidas.
