Formas Efectivas para Concebir tu Emprendimiento Ideal

En estos tiempos, cada día más personas optan por iniciar algún tipo de emprendimiento económico. Las razones son obvias: dejar de trabajar para otros es la manera más probable de lograr independencia económica y mayor calidad de vida… ¡o al menos tener libertad para organizar tu horario personal! Sin embargo, saber que quieres ser emprendedor no resuelve todas las dudas.

Cuando se piensa en cómo emprender, aparecen muchas interrogantes: ¿Cuál es el negocio adecuado para mí? ¿Lo que me gusta puede ser algo productivo? ¿Me dará lo suficiente para vivir e incluso para volverme rico? ¿Me cansaré al poco tiempo? ¿Terminaré siendo esclavo de mí mismo?

Estas preguntas las realizan incluso quienes ya tienen experiencia. Los dueños de negocios también piensan en cómo aumentar la rentabilidad de su marca, producto o servicio, si podrá seguir a la cabeza de sus competidores o si hay otras opciones financieras que se conecten mejor con sus intereses personales, por ejemplo.

Escoger un emprendimiento es una decisión muy importante porque se necesita una idea que resulte rentable, te convenza y motive al 100%, es decir, lo suficiente para seguir enfocado en ella durante un buen tiempo.

Muchos consideran que el concepto de un negocio no es tan importante como arriesgarse y luego adaptarse a las problemáticas que surjan. Ciertamente, no hay que encontrar una idea genial que revolucione el mundo o esperar a que todas las circunstancias te favorezcan, pero sí hay que buscar un emprendimiento que te permita un inicio sólido.

 

¿Por qué es tan importante concebir tu emprendimiento ideal?

Recuerda que tu negocio es una decisión en la que debe valer la pena invertir tu tiempo y energía, por las siguientes razones:

  1. Al inicio mencionamos que todos esperan mejorar su calidad de vida emprendiendo. Y eso no sólo significa ganar más dinero, sino sentirte realizado con tu labor y dedicar tus días a hacer cosas que te gusten.
  2. Elegir bien incrementa tu productividad. Mientras más disfrutas realizando una tarea, y encuentras un propósito en ello, serás naturalmente más productivo.
  3. En consecuencia, elegir el negocio adecuado incrementa las posibilidades de tener éxito. No sólo porque estás volcado hacia tus intereses y trabajas más, sino porque estás aprovechando tus recursos al máximo y esto potencia tus ventajas frente a la competencia.
  4. Al sentir pasión por tu emprendimiento, deja de ser un simple negocio cuyo objetivo es aumentar las ventas, sino que es algo que te genera tanto orgullo que querrás darlo a conocer a tus amigos, seguidores y potenciales clientes.
  5. Y por último, es importante concebir un buen emprendimiento para ti porque estás invirtiendo mucho en él. En la mayoría de los casos, le dedicarás más tiempo y esfuerzo del que cuando trabajabas como empleado, y además es probable que debas hacer inversiones de dinero (en formación, recursos, materiales, asistentes, publicidad). Además, es un proyecto que requiere mucha fuerza emocional para evitar que fracase.

 

¿En dónde se consiguen las ideas para emprender?

Las estadísticas han establecido que las empresas de crecimiento más rápido en países como Estados Unidos han surgido de:

  1. Un conocimiento previo o actividad que ya se desempeñaba en el empleo anterior al emprendimiento.
  2. Un hobby, es decir un interés o pasatiempo personal.
  3. Identificar una necesidad insatisfecha o poco satisfecha en una comunidad de individuos.
  4. Brindar una mejor experiencia a los usuarios en relación con un producto o servicio ya existente.

 

Esto significa que las fuentes de inspiración para los emprendedores están vinculadas con sus experiencias y gustos, además de su observación de la realidad que tienen a su alrededor.

 

¿Cómo empezar  a idear tu emprendimiento?

A la hora de decidir en qué negocio vas a invertir tus recursos, tiempo, energías y dinero, lo primero es identificar los factores clave que entran en el juego. Ya viste que las fuentes de inspiración de los emprendimientos se encuentran en tus pasiones y experiencias previas, así como en resolver problemas de otras personas.

El segundo paso es más complejo, ya que consiste en realizar un ejercicio de conjunto (como los que enseñan en la escuela) donde se harán coincidir los términos de listas de intereses, habilidades, negocios y público potenciales. Para crear esas listas el autoanálisis será un facto determinante.

 

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¿Qué términos corresponden a cada círculo? Los siguientes:

  • Lo que te encanta hacer: Vale ubicar cualquier actividad que te resulte placentera, desde hornear galletas de Navidad hasta resolver cálculos matemáticos. Aquí podrás descubrir lo que en realidad disfrutas hacer, sin sentirte avergonzado o menospreciado por ello.
  • Lo que haces bien: Enumera aquello en lo que sabes que eres bueno así como en lo que otras personas te han reconocido algún talento. Todo es importante y no es momento para restarte valor ni ser modesto. Igualmente, recuerda que a veces no se trata de lo que más te gusta, pero sí es lo que mejor te sale, y consigues hacer en menos tiempo y con mayor perfección.
  • Por lo que te pagarán: Aquí debes intentar convertir las dos listas anteriores en potenciales productos y servicios. Si sabes dibujar, pudieras pensar en crear videos para enseñar dibujo y pintura.
  • Lo que las personas necesitan: Este es el espacio donde anotarás las necesidades que has detectado, en tu comunidad inmediata o en otra a la que puedas acceder a distancia, por ejemplo a través de redes sociales, teletrabajo, páginas web, etc.

 

Una vez que constituyas las listas, englóbalas en círculos y trata de ubicar espacios donde se formen intersecciones. Puedes tener la suerte de ser bueno en algo que te gusta hacer, o que identifiques una necesidad y algo por lo que te pagarían para resolverla.

Deberás trabajar con los elementos de las intersecciones y desechar las opciones que quedan afuera. Por ejemplo:

  1. Las cosas que amas hacer y eres bueno, pero por las que nadie pagaría. Estos factores pertenecen a la categoría de hobbie y no son monetizables.
  2. Las cosas que el mundo necesita y amas hacer, pero en las que no eres bueno. En caso de que realmente te interesen, deberás evaluar la posibilidad (y el esfuerzo) que requerirías para capacitarte en esta área y empezar desde cero.
  3. Cosas que una comunidad necesita, por las que pagaría, pero que no te gustan. Si el dinero te tentara a seguir por este camino, tu emprendimiento terminaría resultándote frustrante y te llevaría finalmente al fracaso.

 

Tal vez del ejercicio anterior no surja automáticamente la idea para tu emprendimiento, pero sí te pondrá en camino de forjar un proyecto real. Te ayudará a desechar las ideas fantasiosas y a solidificar las que tienen potencial.

 

Consejos finales para concebir tu emprendimiento ideal

A continuación, te ofrecemos una lista de sugerencias que te ayudarán con el autoanálisis que deberás realizar para completar en el ejercicio de conjunto anterior:

  1. Delimita las áreas en que te gustaría emprender. Trata de no tener muchas ideas sueltas, sino agruparlas al menos en grandes sectores de interés.
  2. Escoge áreas en las que tengas conocimiento y experiencia, o que pudieras adquirir rápidamente. Puede haber mucha oportunidad en el campo de aplicaciones para teléfonos celulares, pero si no sabes nada de tecnología, podrías perder mucho tiempo intentando formarte.
  3. Comparte la idea con gente de confianza. Las ideas se enriquecen con la retroalimentación y la discusión. A veces amigos, familiares y conocidos pueden darnos una visión objetiva y creativa.
  4. Juega a someter tu idea a los mejores y peores escenarios, y sé flexible con tus conceptos. Recuerda que el mercado cambia continuamente y es probable que necesites adaptarte y reformular tus premisas a medida que avances con tu emprendimiento.
  5. Piensa en el futuro. Estar atento a los cambios que se producen en la sociedad te permitirá notar que productos y servicios podrían tener una alta demanda en el futuro aunque ahora no sea así.
  6. No te dediques a negocios extremadamente complejos (a menos que te sientas con la capacidad para resolverlos) o en los que debas aprender desde cero. No te arriesgues en un negocio con el que no estés familiarizado y cuyo mercado desconozcas.
  7. Trata de pensar en proyectos con potencial a largo plazo. Evita los productos o necesidades a las que muchos emprendedores estén apostando. Ahí la competencia se basará exclusivamente en el precio y eso limitará tus ganancias y sobrevivencia.
  8. En caso de que pienses fabricar un producto, evalúa las ventajas y desventajas de subcontratar producción y emplear terceros a bajo costo.

 

La mejor recomendación para concebir tu emprendimiento ideal es que tomes el tiempo para evaluar el panorama, tus intereses y habilidades y lo que realmente quieres hacer.

No temas dejar pasar oportunidades ni permitas que la desesperación te lleve a imitar a la mayoría. Seleccionar implica mucha planificación y conocimientos para alcanzar el éxito de manera perdurable.

 

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