Ante la pregunta de si quisiera ser rico, la mayoría de las personas responde afirmativamente. Todos desean poder proporcionarse una vida cómoda, sin privaciones, con la seguridad de un futuro mejor para sí mismos y sus seres queridos.
Pero, ¿existe realmente una fórmula para hacer dinero?
Antes de saberlo, hay qué definir primero qué significa ser rico. Ese concepto puede ser muy variado y depende de a quién se le consulte. Un millonario, por ejemplo, pudiera responder agregando una cifra de cinco ceros. Un habitante de una zona rural, por el contrario, mediría sus riquezas en bienes materiales (hectáreas de tierra, cabezas de ganado…), en vez de dinero guardado en el banco. Una madre diría que su fortuna está en la salud y felicidad de sus hijos, y un explorador disfrutaría el dinero siempre y cuando le sirviera para llevar una vida de viajes y experiencias.
Ser rico significa todo lo anterior: disponer de suficiente dinero para no tener que preocuparse por temas financieros, adquirir lo que necesita y desea o ser capaz de renunciar a un empleo y usar su tiempo para desarrollar una existencia plena. ¿Quién no querría estas cosas?
Sin embargo, y contrario a lo que sugieren estas descripciones, ser rico no significa ser feliz todo el tiempo. Tanto los muy adinerados como el común de la gente sufren dificultades.
Tampoco significa vivir sin trabajar o dedicarse a una fiesta permanente. Muchos acaudalados, cuando son vistos en una reunión social, en realidad están trabajando (estableciendo relaciones, cerrando tratos…). Y cuando en realidad están festejando, lo hacen luego de arduas jornadas de trabajos que son las que le permiten multiplicar sus ganancias.
No hay que engañarse: no hay manera fácil, ni rápida, de hacerse rico.
Lo que sí permite conseguir el dinero es la libertad de elección: le permite tomar decisiones para su vida persona y familiar que de otro modo se verían restringidas por factores externos (no poder renunciar a un empleo, optar por la universidad más económica y no por la mejor, ser incapaz de visitar sitios de su interés, etc.).
También el dinero compra protección: no compra la salud, pero sí mejores opciones de procedimientos médicos y tratamientos preventivos; un respaldo económico ante emergencias de cualquier tipo o frente a un revés financiero. Igualmente, el dinero protege contra riesgos: con dinero puede renunciar a su trabajo e iniciar un negocio propio, o ver cómo le va con un proyecto innovador, o probar a vivir en otro país, sabiendo que no irá a la quiebra si el plan falla…
Finalmente, el dinero permite obtener productos duros: vivienda, carros, bienes valiosos, etc. En general, se trata de todas esas adquisiciones que implican muchos años de ahorro y endeudamientos para poder ser comprados por una persona con una economía personal regular.
Ser rico implica trabajar duro para conseguirlo. Si fuera sencillo, entonces todas las personas serían adineradas. Para poder lograrlo hay que estar dispuesto a varios sacrificios: primero, trabajar muchas horas; segundo, ser paciente para ver grandes resultados; tercero, crear y plan y averiguar cómo invertir constantemente su dinero para multiplicarlo, y cuarto, y muy especial, tener una gran ética de trabajo.
Las personas que ganan dinero de forma accidental y por golpes de suerte, los que buscan atajos para enriquecerse, sin ahorrar ni invertir, y que por el contrario derrochan sus ganancias tan pronto las tienen en sus manos, están condenadas a fracasar.
Una vez aclarados estos puntos previos, se presentan a continuación ocho secretos básicos de lo que se debe hacer si se quiere ser una persona adinerada:
1. Presupuestar los gastos
Muchas personas no saben adónde van sus ingresos cada mes, lo cual es un grave error: generar dinero es un esfuerzo que debe mantenerse dándole un destino apropiado a esas ganancias.
Los grandes comerciantes dedican mucho de su tiempo a calcular su presupuesto y controlar sus gastos. Establecen un límite y se mantienen dentro de él.
Cuando sea capaz de controlar sus finanzas personales: saber cuánto entra, cuáles egresos son necesarios, en qué momento realizar ajustes y tomar medidas, estará dando un paso hacia el mundo de la riqueza económica.
Desde hace mucho tiempo es popularmente conocida la fórmula 50-30-20 (destinar 50% de sus ingresos al pago de obligaciones y necesidades, 30% a los deseos o aspiraciones y 20% al ahorro). Además de ese existen muchos otros esquemas para cuadrar su presupuesto. Incluso hay métodos tecnológicos como aplicaciones y programas administrativos que lo ayudan a establecer estas metas. Cualquiera que se ajuste a su modo de vida es un buen modo de empezar. Lo importante es integrarlo a su forma de pensar para ir dando pasos más grandes en el mundo de las finanzas.
2. Estudiar y aprender sobre finanzas
En la escuela enseñan muchas cosas, conocimientos necesarios para muchos aspectos de la vida, pero ciertamente ahí no preparan a los jóvenes para convertirse en millonarios.
Raramente la formación escolar encamina a los estudiantes a llevar una vida económicamente independiente. Más bien les enseñan profesiones o labores que forman parte de un engranaje mayor, en las que es mejor emplearse bajo las órdenes de un patrono que se encargue de la parte económica, para sentir que pueden dedicarse a trabajar a plenitud.
Por fortuna, actualmente hay muchas maneras de educarse en herramientas financieras que le permitan saber lo que necesita para poder desarrollar su profesión u oficio de modo independiente, y así generar riquezas para sí mismo, sin tener que vender su tiempo y esfuerzo a otros.
Hacerse rico no es una lotería, ni una cosa que sucede espontáneamente. Hay que planearlo. La planificación desarrollada con la ayuda del estudio es esencial para enriquecerse.
Dependiendo de sus metas, podría ser necesario buscar asesoría financiera. Incluso en ese ámbito es conveniente tener conocimientos financieros para juzgar las recomendaciones de su asesor y saber si él está actuando siempre a favor de sus planes e intereses.
3. Cambiar de mentalidad y arriesgarse
Existe una mentalidad de pobreza y una mentalidad de riqueza. Sus características son totalmente opuestas, igual que los resultados a los que conducen.
La gente pobre tiene ciertos patrones que alejan su vida de la riqueza: tratan de retener lo poco que ganan creyendo ahorrar, son precavidos en sus gastos, tanto que nunca toman riesgos que podría beneficiarlos; consideran que la calidad de vida está en acumular bienes, pero aquellos del tipo que nunca genera ganancias (ropa, vehículos, tecnología de moda…).
Los ricos, en cambio, hacen lo contrario: toman riesgos, dejan ir su dinero con inteligencia, es decir, haciendo inversiones que buscan ponerlo a trabajar para su beneficio. Aunque pueden darse lujos, saben vivir con frugalidad porque tienen objetivos a mayor plazo. Se enriquecen porque piensan sobre el dinero, su uso y valor con criterio de inversión y ahorro.
4. Hacer inversiones con su dinero para multiplicarlo
Este es uno de los grandes secretos de los millonarios. Adquirir dinero con trabajo es bueno. Los grandes empresarios trabajan mucho, incluso más que un empleado promedio. Pero el dinero que consiguen con ese esfuerzo lo multiplican para convertirlo en riqueza.
Los corredores de bolsa y los inversores en bienes raíces son ejemplo de personas que utilizan su dinero de este modo. Las acciones y los inmuebles rinden más que cualquier otro tipo de inversión.
Eso no quiere decir que no haya riesgos. Pero precisamente por eso, junto con la recomendación de invertir, también se les sugiere a las personas que aspiran ser ricos que estudien sobre inversiones y se preparen en el área en la que quieran empezar a invertir. Tomar un riesgo calculado con base en el conocimiento ofrece mayores posibilidades de éxito.
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5. Hacer inversión en uno mismo para multiplicarse
Una manera de hacerse rico es invertir en uno mismo. Lo explicó el inversor y accionista Warren Buffett: “La inversión más importante que puedes hacer es en ti mismo”.
Si piensa que ya llegó al tope de su profesión en desarrollo y sueldo, considere volver a estudiar o moverse a otro campo que tenga buenas expectativas. El conocimiento nunca sobra y la mejor manera de conseguir dinero es no quedarse estancado sino dar un giro en otra dirección.
Los ricos tienen múltiples fuentes de ingresos, provenientes de distintas actividades. Entonces, tener distintos conocimientos que generen varias opciones de trabajo será un modo de igualar esa costumbre. Es importante diversificar los ingresos. Recuerde que tener un solo trabajo y perderlo es un riesgo que cualquier puede correr, igual que enfermarse demasiado para seguir trabajando. Así que saber hacer varias cosas y trabajar en ellas lo ayudará a evitar estos riesgos.
6. Crear ingresos pasivos
La gente con mucho dinero logra hacerlo con diversas fuentes de ingreso. La mejor de ellas es el ingreso pasivo. Se trata del dinero que se puede ganar sin gastar activamente tiempo en él. Un ejemplo son las ganancias por asociaciones de negocios donde usted participó previamente como inversionista. También los videos de Youtube con seguidores generan ingresos pasivos por las visitas posteriores. El alquiler de propiedades es otro modo de obtener dinero tiempo después de haber invertido su esfuerzo y ahorros en él.
El ingreso pasivo es el que separa a los ricos de los pobres. Los pobres venden su tiempo por dinero. Los ricos hacen trabajar el dinero para ellos sin tener que vender su tiempo.
7. Establecer metas específicas y grandes
Otro de los secretos de la gente rica es que nunca van por la vida “a la deriva”, sin objetivos financieros específicos. El autor Michael Hyatt lo define así en su libro Living Forward: ir “a la deriva” es lo que lleva a muchas personas a despertar un día a preguntarse cómo diablos llegaron al foso económico donde se encuentran.
Para evitarlo, hay que empezar a establecer metas muy específicas. Existen metas a corto plazo (de uno a seis meses), mediano plazo (uno a cinco años) y a largo plazo (cinco a veinte años).
Con los objetivos a corto plazo se puede poner en prácticas técnicas como comentárselas a alguien que se vuelva testigo del triunfo o fracaso de ese proyecto personal. Saber que alguien está viendo nos hace sentirnos más responsables.
Las metas a mediano y a largo plazo pueden ser tan grandes como se lo permita su mente. Recuerde que la mentalidad de la pobreza es tímida, la que se limita a metas alcanzables. La mentalidad de la riqueza es al contrario: lo hará soñar en grande… pero debe comprometerse con su sueño.
Desee objetivos fuera de su alcance. Si ya puede alcanzarlos es porque están dentro de sus límites, y significa que no tendrá que esforzarse para llegar a ellos.
8. Empezar joven
No es una limitante absoluta, pero mientras más joven se empiece, más riesgos puede tomar, aceptará mejor el fracaso y tendrá tiempo de rectificar. Además, empezar con tiempo permite tener paciencia para ver los resultados. Mientras más tarde empiece, la capacidad de maniobrar es menor.
Para un hombre de 45 años, el tiempo es su mayor enemigo. En este momento, tiene poco espacio para tomar grandes riesgos, como invertir en el mercado de valores y abrir su propio negocio. Pero si ya tiene esa edad, no le queda otra opción más que rendir al máximo las oportunidades y el tiempo que tiene. También puede aprovechar su experiencia para enseñar a sus hijos a poner en práctica una mentalidad de riqueza desde temprana edad.
Son pocas las personas dispuestas a hacer el trabajo de volverse ricos, que estén comprometidas a triunfar, que son pacientes y no recortan esfuerzos ni gastos para salir adelante, asumen riesgos e invierten su dinero con inteligencia financiera. Esta es una de las razones por las que hay tan pocos que se convierten en millonarios exitosos.
Ahora que lo sabe, se puede preguntar con sinceridad: ¿es usted una de esas personas dispuestas a volverse ricas?