La inteligencia financiera no consiste solamente en la cantidad de conocimientos que tengamos sobre el dinero y las finanzas. Incluye también las habilidades y desenvolvimiento que tenemos en esas áreas en relación con nuestro presupuesto y economía personal.
Para apreciar qué tan efectiva es tu inteligencia financiera, evalúa el estado de tus ingresos, gastos, deudas, ganancias y las estrategias financieras que puedas estar implementando como la rentabilidad, el apalancamiento, las técnicas de inversión, etc.
El dinero es importante. Lo notamos cuando llega el momento de pagar las deudas o cuando necesitamos cancelar bienes y servicios. Nos dicen que la abundancia no hace la felicidad, pero nos sentimos bien cuando podemos garantizar nuestro sustento y el de nuestra familia, así como el alojamiento, el vestido, las distracciones…
Existen algunas claves en la inteligencia financiera. Por ejemplo, la misma debe tender a conseguir tu libertad económica. Es decir, que todo lo que realices en materia económica (negocios, trabajo, ahorros) debe llevarte a producir más dinero de manera pasiva.
La inteligencia financiera puesta en práctica aumenta tu productividad pero reduce tu trabajo y esfuerzo presencial. Si no estás logrando que tu dinero trabaje para ti, necesitas revisar lo que estás haciendo. Tal vez requieras más conocimiento en materia de finanzas o cambiar el modo en que lo pones en práctica.
Otra clave de la inteligencia financiera es ser realista. Es decir, cuando hablamos de invertir, diversificar nuestra fuente de ingresos, construir activos, hay que tener cuidado con las expectativas y la toma de riesgos. Ciertamente, son modos de mejorar nuestras finanzas, pero no debemos contar con logros que todavía no existen.
Por ejemplo, muchos inversionistas recomiendan no tener miedo a las deudas y a salir de la zona de confort. Resulta que las deudas, cuando se salen de control, son sinónimo de esclavitud financiera. Y esa esclavitud es lo contrario a la libertad que anhelamos. El dinero debe garantizarnos comodidad, no más estrés y problemas de los que tenemos.
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Un endeudamiento que busque obtener una rentabilidad y no ponga en peligro el patrimonio personal es un modo de aplicar la inteligencia financiera, al contrario de las deudas para adquirir grandes bienes de consumo.
Otra clave de la inteligencia financiera es saber distinguir entre las participaciones en la bolsa, los inversionistas y las instituciones bancarias, financieras o aseguradoras que ofrecen cualquier tipo de ofertas. Aceptarlas o no dependerá de si las mismas te darán beneficios reales.
Precisamente, actuar con cultura financiera y sobre todo mente fría en esos escenarios es demostración de que tu inteligencia funciona. Solemos ver a los pequeños accionistas anotándose en masa en la acción de moda en la bolsa, para luego huir en bandada por una caída repentina.
No existen inversiones que no conlleven ningún tipo de riesgo. Reconocerlo, pero también conocer tus límites en lo que puedes arriesgar y saber que, además de ganar, puedes perder, demuestra que eres inteligente en materia de finanzas.
Desarrollar una conciencia del dinero, para qué lo usas y cuáles son tus fines es un elemento clave de la inteligencia financiera. Muchas personas actúan por codicia, con avaricia, son excesivamente temerosos o flojos en materia de dinero. Esas emociones no te llevan por buen camino si quieres realmente involucrarte en este mundo.
Por ejemplo, crear un imperio no es para todo, pero si estás interesado en ello, debes educarte en esta materia.
Depender de un empleo o de conseguir personas con quiénes trabajar es una forma difícil de conseguir libertad financiera. Por eso, quienes realmente aplican su inteligencia son los que crean como mínimo diversas fuentes de ingresos que les permiten flujos constantes de efectivo.
Diversidad de trabajo y diversidad de fuentes de ingreso no son lo mismo. Los ingresos pasivos y el apalancamiento financiero son los que te permiten multiplicar los efectos de tu esfuerzo y trabajo.
Entonces, recuerda: tu mente es capaz de crear y todo aquello en lo que te enfoques tiene la posibilidad de expandirse. Si te centras en producir riqueza y abundancia, la atraerás a tu vida, y para ello debes formarte y fijarte objetivos. Pero sobre todo, no solo tener teoría, sino ponerla en práctica. Así sabrás si la inteligencia financiera que estás formando de verdad funciona.
