Experimentar sorpresas en cualquier ámbito de nuestra vida puede ser motivo de alegría, pero también de incomodidad, dependiendo de cómo la dejamos incidir en nuestra cotidianidad y de si estamos dispuestos a aceptarla de verdad.
En las actividades y sectores más rutinarios y estables, como el trabajo o los negocios, la sorpresa es percibida de forma negativa. No se recibe con gusto el llamado a una evaluación imprevista, una asignación de emergencia o una caída repentina de la bolsa.
Sin embargo, el mundo en que vivimos sí se caracteriza por la inconstancia y el cambio. Por eso deberíamos, no solo a lidiar con las variables, sino aprender a prosperar en medio de situaciones impredecibles.
Manejar el factor sorpresa en pro de nuestros intereses es una habilidad que tanto trabajadores como empresas necesitan adquirir. Hay que entender que en la actualidad, la disrupción es la única constancia, es decir, que lo normal es no saber lo que va a pasar al día siguiente. Por eso no debería ser una amenaza para la estructura de nuestro negocio o nuestra vida.
La autora del libro Surprise: Embrace the Unpredictable and Engineer the Unexpected, Tania Luna, explica en una entrevista que la sorpresa nos hace sentir vulnerables y entrar en el modo de pelear o huir, que constituye una de las respuestas del organismo frente a situaciones de peligro o amenaza. Pero, por otro lado, al cerebro le hace falta una dosis de asombro para mantenerse activo.
Esto demuestra que la sorpresa, cuando es entendida como novedad y espontaneidad, es positiva. Nos ayuda a sentirnos entusiasmados, desafiados y comprometidos y esas son características beneficiosas para los negocios y para nuestro desempeño laboral en general.
El factor sorpresa para líderes y empleados
El término disrupción ha entrado en la industria luego de abandonar sus connotaciones de fractura, destrucción o problema. Ahora, los líderes de empresas buscan tener éxito rompiendo con viejos patrones y apostando a la interrupción en su área de mercado con nuevas habilidades y mentalidades. Ya se ha vuelto un lugar común decir que Netflix vino a “interrumpir” la industria del alquiler de video.
Las empresas tradicionales están entendiendo que su nueva competencia está en los pequeños y desestabilizadores emprendedores. Para evitar que estos últimos tomen la delantera y los saquen del juego, las compañías reconocidas se ven obligadas a “crear más sorpresas” para sus consumidores, a comprender que el cambio forma parte del medio ambiente actual y que las cosas ya no volverán a ser estables sino que avanzarán con un constante dinamismo.
Recomendaciones para aprender a vivir con la sorpresa
Sin embargo, al trabajador promedio le agrada la estabilidad y la rutina. Cuando sabemos lo que tenemos que hacer y conocemos por repetición las asignaciones a desarrollar, nos sentimos seguros. Pero el mundo laboral ya no tiene estas características.
Por eso, Luna ofrece las siguientes seis recomendaciones para aceptar la sorpresa y el cambio como factores aliados de nuestro entorno laboral, y de vida en general:
- Ver la sorpresa como una oportunidad. Cuando nos encontremos frente a un evento inesperado o novedoso, no lo recibamos como un problema. Reformulemos su interrupción en nuestro entorno preguntando: ¿qué me enseña esto?, ¿cómo puedo conectarme con ese cambio?, ¿qué tiene de positivo para mí la innovación que se presenta?
- Generar interrogantes. Precisamente, la sugerencia de reformular que aparece en la recomendación anterior es una forma de acercarse al factor sorpresa mediante preguntas. De igual modo, acostumbrémonos a interrogarnos constantemente sobre todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Así estaremos buscando información sobre lo nuevo que viene en vez de dejar que esta nos ataque por la espalda.
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- Escuchar. En vez de enfocarnos en el desagrado que nos causa una disrupción en nuestra rutina, convirtámonos en buenos oyentes de esa notificación de cambio. Así podremos entender lo que en verdad está sucediendo y no quedarnos con lo que suponemos o esperamos oír de la situación. Dejar de lado las nociones preconcebidas nos lleva a estar abiertos a nuevas perspectivas que harán menos traumática la experiencia de cambiar.
- Comunicarse claramente. Las sorpresas a veces producen caos en el entorno. Cuando hay un cambio de personal, asignaciones de emergencia, requerimientos urgentes, la mayoría de los trabajadores entra en crisis. Tanto si eres un líder como si formas parte del equipo, desarrolla habilidades de comunicación y transmite información o tus propias dudas con objetividad, sin exageraciones o temores infundados y siempre enfocando tu discurso hacia la búsqueda de una solución.
- Tolerar la incertidumbre. Todos queremos respuestas durante la crisis. Es natural y forma parte del sentido de preservación humana. En el cambio nuestro yo interno se pregunta: ¿cómo saldré bien librado de esto? Pero no en todos los casos se sabe qué hacer.
Por eso hay que estar dispuestos a considerar elementos, probar alternativas, discutir opciones o pasar de una opción a la siguiente. Debemos probar a hacer cosas con lo que está a nuestra disposición y sin tener el 100% de la información.
Precisamente, los líderes que intentan ser innovadores toleran la incertidumbre. Arriesgarse implica no tener garantías y cambiar de plan en el camino. Se busca una solución que no existía antes; por eso, no todas las herramientas e información de la que dispones van a funcionar.
También sucede que para llegar a una meta disruptiva te podrás quedar estancado por períodos de tiempo, probarás con alternativas que no funcionarán, aceptarás la diversidad de enfoques y opiniones mientras avanzas, y eventualmente todo eso generará la información útil que deseabas desde el principio.
- Sé sincero. Tanto para empresas como para los trabajadores, la transparencia en momentos de cambio, sorpresa o ambigüedad es importante. Ya se mencionó que a la gente le agrada la seguridad y ser sinceros sobre el panorama es una forma de informar e informarse. La transparencia permite que las personas tomen decisiones por sí mismas a partir de lo que saben.
Cuando los líderes son transparentes, ayudan a todos a conocer las prioridades de la compañía, a evaluar sus fortalezas frente a los desafíos que están enfrentando y a sentirse más tranquilos y confiados porque están siendo notificados de los resultados en las reuniones de directiva.
La sorpresa como factor lúdico
Finalmente, otro modo de hacer funcionar la sorpresa en un entorno laboral, y más allá, es utilizar el elemento lúdico de ella. Grandes corporaciones como Google estimulan la creatividad de su equipo con un ambiente de trabajo extravagante, similar al patio de juegos escolar.
Otras compañías contratan servicios de empresas dedicadas al manejo de personal para desarrollar actividades de distracción inesperadas en el lugar de trabajo como espectáculos de talentos, juegos, decoraciones temáticas, invitaciones durante la hora de almuerzo, grupos secretos que van por la oficina haciendo algo bueno por los compañeros (Etsy tiene un “Ministerio de Negocios Inusuales”), y sesiones de descanso no programadas, como las de la empresa Quirky.
Si quieres involucrar el factor sorpresa a tu vida para acostumbrarte a verla como un elemento positivo, establece como lema la frase “Un día sin sorpresa es un día perdido”.
Acostúmbrate a hacer algo inusual o nuevo siempre. Sé atrevido. Ten alguna aventura con frecuencia. Deja ir el control e involúcrate con más actividades diarias. De esta manera estarás aumentando tu productividad, no solo laboral, sino la de tus proyectos personales.
De seguro, este nuevo modo de ver la vida, practicando la incertidumbre, te hará sentirte más alegre, conectado y vivo, al abrazar las cosas que no puedes controlar o predecir.