Por alejado que parezca, los atletas de alto rendimiento y los negocios exitosos, es decir, aquellos que producen resultados consistentes y están en desarrollo constante, tienen más elementos en común de lo que usted podría pensar. Por ejemplo, ambos deben trabajar sistemáticamente para superar a la competencia en su objetivo de ganar y crecer. Además, necesitan tener suficiente disciplina y productividad para convertir su marca en sinónimo de triunfo.
Por eso, la tenista Serena Williams puede ser un modelo a seguir para ayudarlo a enfocar su empresa.
Como sabemos, Serena Williams, nacida en Michigan, Estados Unidos, en 1981, es una tenista profesional que ha ganado 23 títulos individuales en torneos de Gran Slam y cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos, entre muchísimos otros logros. Es considerada una de las mejores jugadoras del mundo no solo gracias a su gran fuerza física y poderosos golpes, sino también a su destreza mental en los partidos.
Pero no todos han sido éxitos para Williams. También sufrió graves problemas de salud y derrotas en la década de 2000, de los cuales, al igual que algunas compañías que han estado cerca de la quiebra como Apple, logró salir airosa, experimentando mayores y sostenibles mejoras.
Por todo lo anterior, resulta interesante ver cómo, analizando la vida de esta campeona del deporte, podemos encontrar recomendaciones que impacten positivamente su negocio.
Un alto riesgo trae mayores recompensas
Según la cadena especializada ESPN, la marca distintiva de Serena Williams se define por su saque agresivo (el más potente de la historia del tenis femenino), a la par de su colocación de la pelota y su habilidad para dar golpes precisos.
Al medir y desarrollar sus fortalezas naturales, Williams creó una combinación inusual que la ha convertido en un modelo a seguir y estudiar por toda la industria del tenis, habiendo concebido algo mejor con su fuerza unida a los conocimientos y técnicas que ya existían.
Ese alto rendimiento también es lo que separa a las compañías meramente competentes de los negociantes ingeniosos. Cuando se superan las competencias básicas y se desarrollan fortalezas únicas a partir de combinaciones inteligentes, las empresas crean una ventaja y una oportunidad de alcanzar el éxito.
Williams explicó a USA Today que “cuanto más vieja me hago, mejor sirvo”. Esto se debe a que con los años ha logrado mejorar su capacidad para colocar golpes potentes con mayor precisión. En consecuencia, al evolucionar en sus técnicas, define cada vez más su marca personal.
Esta estrategia también funciona para los negociantes, pues la experiencia contribuye a mejorar la precisión en la toma de decisiones y en el conocimiento de las habilidades propias, creando una marca distinguible.
Regresar siendo mejor, más fuerte y más rápido… ¡pero sin ponerle etiquetas!
Ya hemos leído que Williams supo recuperarse de una serie de lesiones y fracasos en la década de 2000. Ella contó cómo debió luchar con la depresión en su proceso de rehabilitación, luego de haber caído desde el puesto número uno del mundo hasta el lugar 172 del ranking. Su recuperación no solo fue física y psicológica. También recibió sesiones de entrenamiento emocional del coach Tony Robbins con las cuales recuperó el apetito por jugar y el hambre de ganar. Eso significa que la tenista no solo dominaba las reglas de su deporte, sino que también aprendió a regresar desde el foso a través de un plan de acción en distintos campos.
En los momentos de fracasos, complicaciones y grandes desafíos, los empresarios que son verdaderos líderes aprenden a regresar al puesto número uno, con estrategias y habilidades renovadas.
Bien se trate de ganar la batalla psicológica sobre la depresión y el miedo al fracaso en la cancha, o de remontarse sobre las pérdidas y hacer que su negocio avance sobre la competencia, establecer un mapa de trabajo que estudie y resuelva los problemas es la única manera de no perderse en la ruta hacia la meta del triunfo.
El colega de Williams, el extenista John McEnroe, analiza el fenómeno de su compañera: «Para mí, ella es la más grande. Nunca he visto a nadie volver desde atrás tanto como ella. Serena parece ser mentalmente más fuerte de lo que nunca ha sido. Y (también) ha sido a veces muy dura con ella misma”. Lo último pareciera sugerir que la batalla de Williams también fue con los altos estándares que ella misma se había fijado.
Jim Loehr, un psicólogo que ha trabajado con deportistas, piensa que la tenista desarrolló un patrón de problemas competitivos, donde la competencia más grande era con el ideal de perfección que se había propuesto, y esta fase de fracaso y recuperación debe haber sido muy difícil de superar. Sin embargo, ella se enfocó en mejorar áreas claves (rehabilitación física, mental y emocional) y el trabajo en conjunto dio los resultados esperados.
Esto demuestra que para regresar de un fracaso no hay que ver el triunfo como un objetivo del cual ahora nos hallamos distantes y a cuyo camino no sabemos cómo retornar. Etiquetas como metas, fracaso, regreso, solo producen estados de ánimo negativos y cargas de estrés innecesarias para los miembros del equipo.
Lo importante es estudiar las áreas claves que estén en crisis dentro del negocio y diseñar planes de trabajo que conduzcan a un crecimiento en conjunto.
Una vez observadas estas comparaciones entre la carrera de Serena Williams y las experiencias por las que puede pasar cualquier compañía (el despegue del establecimiento de una marca, la toma de riesgos, los fracasos y la superación de estos), presentamos cuatro claves que pueden enseñarlo a condicionar su negocio como un atleta profesional:
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1. Ejecutar, adaptar y optimizar constantemente sus resultados
Para optimizar su negocio, usted debe estar enfocado y comprometido con los resultados que lo harán crecer. También debe anticipar las áreas de mayor desafío y crear para su equipo un plan claro que sirva de guía en la búsqueda de mejoras y desarrollo.
En casi todas las áreas podrá encontrar oportunidades que fomenten esa maximización: conversión y prospección de ventas, generación de clientes potenciales, cambios tentadores para conseguir precios más altos y aumentar ventas, entre otras.
2. Fomentar una cultura favorable para las personas/empresas de alto rendimiento
Las organizaciones de alto rendimiento alinean fuerzas vitales que son capaces de crear innovaciones exitosas. En las principales empresas del mundo los sistemas de rendimiento y competencia y los equipos eficientes funcionan en perfecta armonía.
Así como un atleta a medida que avanza en su carrera conjuga la destreza mental con la física, la combinación estudiada de los recursos y estrategias lleva a los negocios a permanecer en la cima y a superar constantemente a la competencia.
3. Beneficios del análisis posterior al juego
Sabemos que los grandes atletas evalúan personalmente y en conjunto los resultados de todos sus partidos, a fin de identificar aciertos y errores y tomar medidas para su corrección. No solo analizan su desempeño, sino también el de su oponente, para aprender de la experiencia.
De igual modo, los líderes de una compañía deben sentarse a estudiar sus éxitos y fracasos con miras a futuras situaciones de riesgo o potenciales ganancias.
Si perdieron, ¿cómo impulsarán las correcciones para evitar que ocurra de nuevo? Si, por el contrario, ganaron, ¿qué factores contribuyeron al éxito? ¿Cuáles fueron las decisiones clave que tomaron, para bien o para mal? ¿Cómo mantendrán las fortalezas y repararán las debilidades? Será necesario dar respuestas a preguntas de este tipo en las reuniones de evaluación.
4. Desarrollar la mentalidad de un campeón
Los atletas de alto desempeño tienen como visión prepararse para el juego y atacar sus objetivos. El verdadero campeón estudia las debilidades y fortalezas del oponente y luego establece un plan con sus propias faltas y consistencias para lograr el triunfo.
Así debe actuar un líder empresarial: conocer sus ventajas y carencias para establecer con ellas líneas de trabajo que los lleven a superar a la competencia, a la que también deben conocer en detalle. Pero, por sobre todas las cosas, debe tener en claro su misión y visión y saberla transmitir de manera inspiradora a su equipo.
En resumen, las empresas líderes saben crear una mentalidad ganadora para todos sus miembros.
