Diferencias (Poderosas) entre Tener un Autoempleo y Ser Dueño de tu Negocio

La independencia laboral, los emprendimientos, la libertad financiera, el autoempleo y los negocios son términos que están impactando en la vida de las personas. Y esto ocurre porque todo el mundo sabe que los modelos tradicionales de trabajo se están desmoronando.

Hoy en día no existe una ocupación que dure “toda la vida”. Menos que un cargo de dependencia para una compañía o negocio le permita a alguien alcanzar la libertad económica, por más beneficios que le ofrezcan.

Esto se debe a que el siglo XXI se ha definido por un cambio y evolución constantes, y los mercados avanzan mediante la irrupción de nuevos productos y servicios que destronan a su competencia.

Frente a esta realidad, las personas están encontrando que es más sabio aprovechar su productividad para sí mismos, bien sea emprendiendo o creando su propia marca o negocio y convirtiéndose en un trabajador independiente. Pero, ¿hay diferencias trascendentales a la hora de escoger alguna de estas actividades económicas?

Definitivamente, sí. Dejar de trabajar como dependiente implica tomar una serie de decisiones sobre el camino a seguir en tu futuro laboral. Renunciar a la modalidad del empleo sin haber analizado el siguiente paso conlleva el riesgo de cambiar la esclavitud de un horario y un salario por una forma de autoesclavitud que incluso puede traer más sacrificios que ventajas.

En publicaciones anteriores hemos comentado distintos aspectos sobre el emprendimiento y la posibilidad de iniciar negocios, incluso algunos sin mucho dinero. Hemos recopilado recomendaciones de desarrolladores de finanzas también. Pero es interesante compararlos con la modalidad de autoempleo.

 

Avenidas paralelas: el autoempleo y el emprendimiento

El autoempleo es la actividad laboral en que la gente busca trabajos para sí misma en vez de hacerlo para alguien más. Gracias a Internet y las redes sociales, hoy es más fácil darse a conocer como un prestador de servicios y contactar clientes potenciales con necesidades que podamos atender mediante un acuerdo económico.

Es una decisión valiente que trae beneficios como el manejo autónomo del propio horario y el mejor aprovechamiento de las habilidades y productividad. Pero también implica riesgos como la fluctuación en los ingresos y la posibilidad de terminar trabajando sin descanso para obtener más o incluso lo mismo que cuando se era dependiente.

El autoempleo difiere de la posibilidad de emprender o tener un negocio propio en que estos últimos son sistemas o estrategias para generar ingresos por medio de la creación y venta de un producto o la prestación de un servicio, incluso con los rendimientos de un capital.

En esos casos, el proceso para ganar dinero es mayor y puede involucrar diversos recursos y personas. Mientras que en el autoempleo sólo están tú y tus capacidades.

Hay quienes dicen que el autoempleo es similar a convertirte en tu propio negocio, pero el riesgo de verte a ti mismo como el empleado a quien puedes explotar hasta la última gota es una forma de autoesclavitud y capitalismo salvaje hacia ti mismo muy destructiva.

Mucha gente ha tomado esta actitud por temor al futuro laboral que nos espera. Ya mencionamos que las formas tradicionales de trabajo están desapareciendo y, reconozcámoslo, no todas las personas tienen lo necesario para llevar adelante un negocio. Si todos fuéramos dueños, ¿quién quedaría para trabajar?

Sin embargo, tenemos que abandonar los conceptos laborales tradicionales como el de los sueldos, los jefes, las prestaciones de jubilación, y no intentar reubicarlos en nuestra vida como independientes: ser nuestros propios patronos, lograr una rentabilidad que cubra lo mismo que un salario, tener ahorros a la manera tradicional y guardar algo para el retiro.

Esta manera de pensar es incorrecta si queremos sobrevivir al futuro que nos espera, en términos económicos.

 

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¿Y cuál es el futuro del trabajo?

En todo el mundo los gobiernos ven como una marca negativa el aumento de índices de desempleo, la dificultad para acceder al mercado laboral por primera vez cuando se es joven o los límites de edad cada vez más cortos para solicitar un trabajo.

Así que el empleo sigue siendo importante, en teoría. Pero en la realidad, si vemos la calidad, la paga y la duración y estabilidad de los trabajos, muchos no merecerían ni siquiera ese nombre.

En materia de emprendimiento e independencia, varios Estados han creado una gran cantidad de legislaciones laborales para los trabajadores independientes. Además están los requisitos y normativas legales para el establecimiento de pequeñas empresas y emprendimientos.

Entonces, en algunos casos pareciera que al entrar en este mundo no sólo estás perdiendo los beneficios de ser empleado sino que también estás asumiendo las obligaciones de un empleador.

Y no son esas las únicas dificultades de este panorama. También muchas actividades tradicionales están desapareciendo a causa de la tecnificación y al aumento de la productividad gracias a la tecnología.

Eso quiere decir que los robots no están sustituyendo y las empresas se las están arreglando para producir más con ayuda de menos gente.

Entonces, ¿qué vale más la pena? ¿Seguir trabajando como dependiente? ¿Crear una marca, producto o servicio? ¿Montar una compañía? ¿O trabajar como autoempleado? Existen dificultades en todas y el futuro no parece darle más posibilidades de éxito a ninguna…

 

¿Cuál es la mejor decisión que podemos tomar en materia laboral?

Esta pregunta tiene una sola respuesta, y está en cada uno de nosotros. Cada uno conocemos cuál es nuestra realidad personal y familiar; el panorama que se vislumbra en nuestras ciudades y países; si estamos interesados en viajar o tenemos una vida establecida; si tenemos habilidades y conocimientos que podemos practicar a distancia o sólo de manera presencial. Y sobre todo, para qué somos buenos.

Ya hemos tratado en mayor detalle en otras publicaciones qué debemos tomar en cuenta a la hora de gestar una idea para llevar a cabo un emprendimiento y algunas sugerencias de negocios, pero mencionaremos algunos aspectos que son importantes a la hora de comparar estas opciones con la posibilidad de escoger el autoempleo como forma de ingresos:

– Aunque muchas personas sugieren “el salto al vacío” o una época de desempleo para iniciarse en el trabajo independiente, no es buena idea dejar un empleo remunerado hasta que comprobemos que podemos obtener estabilidad económica y cierta calidad de vida mediante el autoempleo o una actividad propia.

– Como hemos mencionado, los mercados están cambiando repentinamente, igual que los intereses y gustos de la gente, que son nuestros potenciales clientes. Así que a la hora de emprender o pensar en buscar trabajo por cuenta propia, hay que analizar las posibilidades del sector que escojamos para el futuro.

– Casi todos en nuestra vida adulta ya hemos adquirido conocimientos y habilidades específicas que nos han permitido producir dinero. Sin embargo, la evolución y los cambios nos obligan hoy a estar en constante aprendizaje para evitar volvernos obsoletos.

– De todos modos, hasta el momento los robots no han podido realizar ciertos trabajos basados en la creatividad y la inteligencia emocional del ser humano, así que este es un campo de trabajo que seguirá teniendo opciones para nosotros. Del mismo modo ocurre con los puestos que requieren de contacto físico entre personas, como es el caso de la enfermería, la fisioterapia, el cuidado de niños y adultos mayores y otras áreas de la salud.

Casi todas las profesiones tendrán en algún momento una vinculación con la tecnología y las finanzas, por lo que debemos estar en permanente actualización al respecto aun cuando no sean estrictamente nuestra área de desempeño.

– Cuando pensemos en ser independientes, establezcamos bien las diferencias entre un emprendimiento que ofrezca un servicio y trabajar en la modalidad del autoempleo.

 

El emprendimiento implica activar un sistema más complejo pero también crear una mejor plataforma para captar clientes. Mientras, el autoempleo puede ser una solución más inmediata a una urgencia económica, amén de que Internet facilita el encuentro y trato directo con esos clientes potenciales. Y, si la necesidad o la tentación de generar más ingresos aceptando más proyectos no se apodera de ti, el autoempleo puede ser un área que permita un mejor balance en la relación trabajo/tiempo personal.

 

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