Hasta hace pocas décadas, las jornadas laborales de ocho horas eran parte rutinaria y poco problemática para la gran mayoría de la población. Debemos pensar que entonces existían menos fuentes de distracción, la presencia humana para desempeñar el trabajo era más necesaria y la sensación del tiempo así como su distribución eran diferentes.
Sin embargo, en la actualidad a mucha gente le resulta improductivo, además de poco rentable, pasar todo el día en una oficina. Mucho menos hacerlo para un empleador.
La exauxiliar de vuelo, de origen australiano, Yannick James, sentía como nadie el peso de esta realidad.
La dinámica tan exigente de su puesto le impedía cuidar y educar apropiadamente a sus dos hijos. Necesitaba la flexibilidad horaria y económica que no le daba ese modo de vida.
No podrán creerlo, pero Yannick cambió por completo, y para mejor, las finanzas de su hogar y la vida que estaba llevando, ¡gracias a un vestido! He aquí la explicación.
El vestido que le dio un nuevo oficio, y uno muy rentable, a Yannick James.
Su experiencia en el mundo del alquiler de trajes empezó con un vestido de la casa Zimmerman. Había notado que esta pieza, que había comprado para sí misma pero que ya no sentía tan acorde a su edad, seguía siendo muy solicitada, así que decidió rentarla vía online.
Pronto se dio cuenta de que organizar el pedido no te tomaba más de diez minutos, e incluso lo hacía después de llevar a los niños a dormir. Las ganancias se tornaron muy atractivas y esta auxiliar de vuelo, con ojo para los negocios, decidió convertir esta ocupación eventual en su trabajo principal.
Con ganancias que el alquiler del vestido Zimmerman le proporcionaba encontró los ingresos necesarios para ampliar su stock de prendas de alquiler online.
Finanzas y moda en el negocio del alquiler de trajes
Yannick descubrió que al diversificar su incipiente negocio, debía organizar sus finanzas y ser un poco más seria con este asunto de la moda.
Por un lado, estableció una fórmula económica consistente en rentar los vestidos en un precio que resultara una sexta parte de su precio de compra, incluyendo los gastos de envío y lavado. Si lo alquilaba al menos a seis personas, había recuperado el costo y lo que obtuviera en adelante serían sus ganancias.
“Obviamente hay altibajos, pero de media gano unos 350 dólares a la semana, lo que es mucho dinero para un trabajo al que dedico entre 20 y 40 minutos”. Este monto se puede cuadruplicar en temporadas festivas como Navidad.
“Ahora tengo 39 [vestidos]. Autofinanciar este proceso con los beneficios fue genial”.
Sobre su criterio para seleccionar nuevas piezas, Yannick ha encontrado que tiene un talento inusual para elegir con antelación las piezas que tendrán gran demanda en su país.
“He comenzado a comprar cosas que puedo ver que se alquilarán fácilmente”, por ejemplo, las prendas que utilizan las famosas o ropa que aparece en Instagram y se vuelve popular en mercados como los de las adolescentes.
Esta dedicación a buscar ropa para su negocio no solo ha cambiado la vida familiar de Yannick, ya que ahora puede ser una madre a tiempo completo, pero ganando un salario como si estuviera en un empleo de cuarenta horas semanales.
También le ha abierto nuevas perspectivas personales, ya que decidió hacer un máster en diseño de Modas en el Australian Style Institute.
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Un trabajo a distancia cada día más popular: el alquiler de ropa
A principios de 2020 un crítico de moda invitado a un programa de radio analizaba las nuevas costumbres y gustos de la población joven, partiendo de los xennials hasta la generación Z.
Él comentaba que todos seguían interesados en los que marcaba tendencia, pero, a diferencia de las generaciones anteriores, los menores de cuarenta años no quieren ni pueden acumular ropa.
Los motivos por los que los jóvenes de las grandes urbes no están comprando nueva vestimenta son tres:
– La preocupación por el medioambiente.
– La carencia de espacio.
– La falta de interés en poseer.
Los millenials y las otras generaciones mencionadas entienden que la industria textil es una de las que más agua consume, procesa más químicos y genera mayores desechos.
Luego ellos no quieren ser copartícipes de este problema y tampoco quieren acumular ropa que usarán pocas temporadas, menos sabiendo que habitan en viviendas de muy pocos metros cuadrados.
El crítico concluía diciendo que las nuevas costumbres en la moda consisten en comprar básicos costosos pero de buena calidad, y aprovechar la variedad y conveniencia económica de alquilar la ropa que está en tendencia.
Yannick entendió de forma intuitiva esta realidad: “Suelo comprar vestidos que se agotan muy rápido. La gente quiere usarlos, pero no puede adquirirlos, por lo que optan por alquilar”.
Los diseñadores están adaptándose a este cambio de mentalidad y se están uniendo al negocio para captar nuevos consumidores.
Así como Uber y airnob fueron empresas disrruptoras en el estilo de traslado y estadía temporal, los negocios de alquiler de ropa están marcando pauta en el mundo textil.
Lo que hace atractivo el negocio para los clientes es que les permite probar algo nuevo, que está en buen estado (existen sofisticados sistema de limpieza de tintorería), sin grandes gastos y sin ocupar espacio en el clóset.
Para quienes decidan emprender en el alquiler de ropa, como Yannick, el proceso es bastante sencillo, y más si se trabaja vía online. La orden debe incluir el precio de envío y lavado y se debe estructurar un sistema de reserva lo más intuitivo posible para el consumidor.
Incluso, hay quieres ofrecen registrarse en programas ilimitados de renta y compras con descuento si alguien se enamora de una pieza. Las opciones son cada vez más variadas, desde las prendas y accesorios para eventos especiales, hasta la ropa de moda de diseñador.
Entonces, ya sabes, si tienes un sueldo fijo pero necesitas ganar algo de dinero extra, el alquiler de ropa vía online es un negocio con muchos beneficios.
Puedes utilizar páginas establecidas como Mercado Libre, Ebay o tus redes sociales para iniciarte y crear un sistema que te permita empezar a ganar dinero por tus prendas de vestir con solo unos minutos de dedicación al día.
