Enseña a tus Hijos sobre Finanzas para que Nunca Sufran por Ellas

Educar a los hijos y prepararlos para una vida plena es una de las actividades más gratificantes que puede haber. Sin embargo, se cae a veces en el error de pensar que hay ciertos temas “del mundo de los adultos” que no deberían entrar en contacto con las “tiernas mentes” infantiles, suponiendo que son demasiado abstractos, insensibles o de los que ellos deberían estar alejados hasta que fuera estrictamente necesario.

Uno de esos asuntos difíciles de plantear a los niños por los adultos es el dinero. Como padres, pueden sentirse poco calificados para enseñar sobre las finanzas, en especial si no han logrado a la fecha una sana economía personal. No es así: los expertos dicen que la alfabetización financiera comienza con sencillas lecciones que cualquier adulto puede impartir, sin necesidad de tener un título académico en economía o ser particularmente próspero.

Mucha gente mayor, y dependiendo del estatus económico de sus padres, tendrá recuerdos de su primera relación con el dinero parecidos a los siguientes: cuando perdían un dinero encomendado para hacer un pago recibían un fuerte regaño o castigo (en consecuencia, debieron pensar que el dinero era algo que producía sufrimiento); muchos habrán oído, cuando pedían algo, las frases: “No tengo dinero para eso” o “Eso no es necesario. No se puede gastar dinero en eso”… Por otro lado, estarán los que recuerden la época feliz donde les daban todo aquello que pedían, pero sin saber cómo llegaba a sus manos… En cualquiera de esos casos, el concepto del dinero no fue enseñado en su totalidad.

Sin las enseñanzas financieras adecuadas, los niños pueden volverse adultos vulnerables. Por ejemplo, pueden recibir de otras personas mensajes equivocados, como que la gente rica tiene suerte (es decir, que las riquezas son producto del azar y no de aplicar estrategias económicas. Recuerde que los niños son influenciables por su entorno social: aprenden comportamientos observando y procesando la información que reciben activa o pasivamente.

A menudo, la falta de habilidades financieras adquiridas en la infancia tiene como consecuencia el retraso de las responsabilidades económicas. Si a los niños no se les enseña el concepto del gasto, los beneficios del ahorro, las inversiones y otras habilidades para manejar su dinero, como adultos no serán capaces de planificar, derrocharán y acumularán deudas con más facilidad que quienes obtuvieron una enseñanza apropiada.

Por lo tanto, no hay que retrasar la inserción del concepto del dinero en la mente infantil. Todo lo contrario: es el mejor momento para iniciar una relación sana con la prosperidad y la abundancia. Los profesionales de la psicología infantil indican que estos conocimientos tempranos también son positivos porque mejoran la adquisición de los valores relacionados con la riqueza (por ejemplo, el compartir y la caridad), así como nociones de ciudadanía relacionadas con transacciones monetarias comunes tales como la importancia y justificación de las propinas o los impuestos.

Los padres y, por supuesto, los educadores deben tomar un papel protagónico en la enseñanza de lecciones apropiadas y efectivas sobre el dinero, de acuerdo con la edad del infante. Eso va a requerir dedicación y destinar un tiempo para ello. Pero si usted quiere que sus hijos sepan manejar su economía exitosamente durante la vida adulta, vale la pena empezar lo más pronto posible. Recuerde que las generaciones posteriores siempre se enfrentarán a decisiones y retos financieros más complicados que los de sus ancestros.

Entonces, ¿cómo adecuar el conocimiento económico con la edad del niño? Eso es un elemento clave.

Por ejemplo, ya hacia los tres o cuatro años, los niños pueden entender que el dinero se cambia por algo que ellos desean. Usted saca dinero de su billetera para darle la comida o juguete que quieren. Ya que los niños observan ese intercambio constante de dinero por cosas, aprenderán pronto que eso es comprar. ¡Más difícil será explicar, sin embargo, qué es dinero y que usted no lo tiene en cantidades ilimitadas!…

Primero preocúpese de explicar qué es el trueque, cómo desde que los seres humanos conviven se cambian unas cosas por otras, según sus necesidades o deseos. A medida que el niño entienda este concepto, pasará a decirle que no siempre se tiene lo que la otra persona quiere, por lo que se debe entregar “un bien común a todos” que le permitirá al receptor del dinero ir a buscar con él lo que quiere o le hace falta.

Hubo muchas formas de dinero hasta que se inventaron las monedas, que resolvieron muchos de los problemas del trueque: eran fáciles de transportar, había de distintas denominación y no se dañaban al guardarlas… Así pasará a enseñar las diferencias entre los valores de las monedas. Será el momento de hacer juegos muy divertidos como comprar y pagar, poniéndole precios a las cosas y diciéndole al niño que saque cuentas con las monedas que le haya dado.

Pase de los juegos de ficción al dinero y las compras reales. Enséñele a ganar dinero con tareas básicas y apropiadas para su edad: ordenar el cuarto, hacer la cama, colaborar en la limpieza. Que vea cómo el dinero acumulado con sus pagos puede comprarle un dulce o que puede ahorrar para obtener intereses que usted le dará por mantener esa disciplina.

En Internet y en muchos libros especializados encontrará estos y más ejemplos de cómo ir instruyendo al niño en economía. Pero a continuación, se le darán una lista de ítems que debe lograr con estos ejercicios financieros y, más allá, lo que debe lograr en ese período crítico que es la adolescencia.

 

1. Establecer la diferencia entre lo que el niño desea y lo que en verdad necesita

Estas dos nociones son importantes para tomar buenas decisiones financieras a lo largo de la vida. Los niños aprenden a querer y obtener muy rápidamente y no toleran bien cuando algo que desean es negado, así que vale la pena enseñarles cuándo algo que quieren es necesario y cuándo no. Así irán aprendiendo a disminuir los antojos y caprichos.

 

2. Dar el ejemplo

La primera experiencia de los niños con la economía ocurrirá en casa. Ver a sus padres discutiendo por dinero, oír hablar sobre deudas impagables se establecerá en sus mentes con más fuerza que una clase sobre el uso de las monedas y el salario en la antigua Roma. Un estudio de la Universidad de Cambridge encontró que los hábitos en relación con el dinero se fijan en los niños hacia los siete años. Aproveche entonces esos primeros años para dar buenos ejemplos financieros.
Un buen modo de mostrarles a los niños de dónde sale su dinero es llevarlo a su trabajo, que vea por qué le pagan un salario y cómo ese esfuerzo se convierte en dinero.

 

3. Enseñar a ganarse el dinero y no a recibirlo

Sus hijos pueden aprender desde pequeños que el dinero no es algo que deban pedirle cada vez que necesiten. Como se mencionó líneas más arriba, pueden ganar sus mesadas por trabajos caseros acordes a su desarrollo y aprender a gastarlo distinguiendo entre sus necesidades y deseos.

 

4. Enseñar a no comprar por impulso

Los niños acuden a sus padres para solventar sus necesidades y deseos, sin entender muy bien el esfuerzo que hay tras el pago del juguete o los zapatos que piden. Enseñarlo a esperar por lo menos un día para hacer una comprar es un buen modo de acabar desde el inicio con las compras impulsivas. La gratificación retrasada ayuda a crear autodisciplina para otras prácticas como el ahorro y el control de gastos en la vida adulta.

 

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5. Enseñar el valor de las cosas

A medida que los niños maduren serán capaces de ir comprendiendo por qué las cosas tienen distintos precios (calidad, utilidad, demanda del público) y cuándo esos precios son excesivos. Conversar con ellos al respecto y oír sus opiniones sobre por qué algo debiera valer menos o si ellos serían capaces de pagar más será un ejercicio interesante de crecimiento.

 

6. Mostrar el costo de las oportunidades

El profesor y director del Departamento de Finanzas de la Universidad de Bryant en los Estados Unidos, Peter Nigro, recomienda hacer a los niños conscientes de las ventajas y desventajas de tomar decisiones en cuanto a sus gastos. Entender que si compran unos zapatos ya no tendrán para ir al parque de videojuegos, pero que los zapatos durarán más tiempo, los hará reflexionar y sopesar los resultados de sus escogencias.

Puede ir enseñando a sus hijos en las actividades diarias, como durante las compras del mercado; por ejemplo, optando entre unas galletas más costosas o unas menos elaboradas y el cereal del desayuno, explicándole que solo una de las opciones entra en el presupuesto de la comida.

 

7. La importancia de dar

Una vez que su hijo empiece a ganar dinero, enséñele también a dar. Si ama a los animales, puede comprar de su dinero alimento para llevar a los perros de la calle, aportar para ayudar a un vecino con necesidades o dar una colaboración para una sociedad benéfica o la iglesia.

 

8. Enseñar conformidad

Ciertamente, no todo lo relacionado con el dinero siempre es justo, ni podemos tener todo cuanto queremos o necesitamos aunque nos esforcemos. Por eso, hay que enseñarlos a no frustrarse cuando estas realidades ocurran.

 

Cuando pasen a la adolescencia, sus hijos pueden relacionarse con experiencias financieras más complejas como las siguientes:

 

9. La responsabilidad de una cuenta

Muchos bancos ofrecen cuentas bancarias para menores de edad sabiendo que es el mejor modo de ir enseñando a los jóvenes a integrarse al mundo financiero. Esto lleva la administración de su dinero al siguiente nivel. Acompáñelos durante este interesante proceso.

 

10. El difícil mundo del crédito

Las tarjetas de crédito pueden ser mágicas si los jóvenes no han aprendido los beneficios y obligaciones de las deudas. Pedir préstamos tiene un costo, pero el crédito también puede ser una herramienta valiosa cuando es utilizada para cubrir necesidades de largo plazo.

 

11. Cómo conseguir los primeros trabajos

Los adolescentes suelen tener mucho tiempo libre en sus vacaciones. Ayudarlos a conseguir un trabajo temporal es una buena forma de conseguir un dinero extra. Incluso, más allá de trabajar como dependiente de alguien más, pueden investigar juntos las posibilidades de empezar un pequeño negocio o cómo obtener ganancias de ingresos pasivos.

 

12. Cómo funciona el dinero hoy en día

A diferencia de los tiempos de nuestros padres y abuelos, la mayoría del dinero que se maneja en la actualidad es plástico, virtual y cibernético (como el caso de las cibermonedas). Los adolescentes están muy relacionados con este mundo, pero su inexperiencia los puede hacer vulnerables a estafas y trampas de cualquier tipo. Acompáñelos también en el manejo de esta nueva forma de economía.

 

En conclusión, recuerde que su hijo siempre está observándolo y aprendiendo de usted. Por ello, es oportuno que se evalúe usted mismo en cuanto a sus creencias y prácticas sobre las finanzas, y cuán útiles le han resultado. Sus propias finanzas serán el modelo para que, en el futuro, su hijo no tenga por qué preocuparse por ellas.

Existe un sabio proverbio latino a este respecto: Docendo discimus, que se traduce como: “Enseñando, aprendemos”.

 

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