El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un diagnóstico cada vez más común en niños y adolescentes, a diferencia de épocas anteriores, cuando era una enfermedad extraña en los colegios y casi desconocida para los padres. Tan solo en los Estados Unidos, más de diez millones de jóvenes en edad escolar han sido medicados por esta razón. ¿Se trata entonces de una enfermedad de nuestros tiempos o un reflejo de los problemas y presiones a los que estamos sometidos como sociedad?
El doctor Stephen Cowan es un pediatra con más de treinta años de experiencia que está buscando respuestas, combinando la alopatía con enfoques holísticos y las bases de la medicina tradicional china. En su libro Fire Child Water Child (Niño Fuego Niño Agua: cómo entender los cinco tipos de TDAH puede ayudar a mejorar el autoestima y la atención de su hijo) muestra resultados de sus estudios aplicados a pequeños pacientes con trastornos físicos, emocionales y cognitivos.
En su práctica profesional de varias décadas, el doctor Cowan encontró una profunda necesidad de ayudar tanto a los niños como a sus padres a encontrar una experiencia de vida más satisfactoria, en general, y una visión innovadora de las enfermedades con las que los pequeños habían sido estigmatizados. No olvidemos que los trastornos emocionales y psicológicos suelen provocar el rechazo de la sociedad y el hermetismo del paciente.
Para el especialista, el TDAH “es un síntoma, no una enfermedad”, y explica que la medicina debe preguntarse a qué se debe ese síntoma en vez de simplemente tratarlo con medicación. En su concepción como pediatra holístico considera que debe capacitar a los padres para que ayuden a sus hijos a crecer sanos y resistentes en cuerpo, mente y espíritu. La base de este proceso reside en mejorar el potencial para conectarnos eficazmente con el mundo que nos rodea. Si nos mantenemos desconectados, vemos como negativos los síntomas, en este caso del TDAH, y nos sentimos víctimas de las enfermedades, pero si tenemos una comprensión más profunda de nuestra esencia como individuos, usaremos estas diferencias para adaptarnos al mundo. A esta concepción el especialista la denomina el “poder secreto”.
En materia de salud, hay una tendencia entre la población estadounidense a buscar una solución rápida para eliminar los síntomas tan pronto aparecen, sin esperar siquiera a saber cuál es su origen. Si el paciente tiene dolor de cabeza o de rodilla, espera recibir una pastilla para acabar con el dolor; si pierde el apetito o no puede dormir, querrá que le receten píldoras para recuperar el hambre o el sueño. Los padres de niños con TDAH también quieren una solución inmediata, según recoge el autor en Fire Child Water Child.
El enfoque holístico no provee pastillas mágicas, sino que ayuda a entender a los pacientes en su verdadera naturaleza y a encontrar sus fortalezas. Inspira a los niños a que crezcan descubriendo sus poderes únicos para que puedan compartirlos con el mundo. Esto significa concentrarse en el autoconocimiento o autoconciencia, que es la clave para realizarse en la vida.
Sin embargo, este modo de enseñar a los niños a descubrirse no es fácil de encontrar en la educación formal, y todavía más complicado para los maestros de niños con un diagnóstico de TDAH, que sienten que no pueden hacerlos encajar en el grupo escolar.
El doctor Cowan plantea cambiar esta realidad clasificando a los niños en cinco estilos de adaptación, cinco talentos o cinco predisposiciones que los caracterizan en la manera que aprenden de sus experiencias personales y se enfrentan a los desafíos de la vida. Esta clasificación de estilos adaptativos la tomó de la teoría de los cinco elementos de la filosofía china: madera, fuego, tierra, metal y agua.
Como cada uno de estos elementos contiene talentos y “poderes secretos” para enfrentarse al mundo en la búsqueda de su bienestar, Cowan habla de los niños como “héroes”. Así, con el lenguaje de los cinco poderes, libera a los pequeños de la carga de etiquetas negativas, diagnósticos y juicios escolares y sociales. Quiere que crezcan pensando que tienen un poder secreto capaz de ayudarlos en su camino hacia la libertad personal y la alegría.
Veamos cómo son estas clasificaciones:
- El Héroe de Madera: describe a los niños exploradores y aventureros, que siempre están en movimiento y búsqueda, pero que se frustran fácilmente. Los desafíos los motivan.
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- El Héroe de Fuego: representa a los niños extrovertidos, divertidos, optimistas y alegres, pero que tienden con facilidad a los cambios de humor y las acciones impulsivas. Son creativos y miran el lado positivo de las cosas.
- El Héroe de Tierra: es el empático, que trabaja en equipo, cooperativo y pacificador por naturaleza, promueve la concordia y se encuentra bien en comunidad, pero puede sentirse preocupado o indeciso cuando está en situaciones estresantes.El Héroe de Metal: se refiere a los que gustan del orden, la estética, se siente reconfortados en la rutina, por lo que les resulta difícil cambiar la atención de una tarea a otra.
- El Héroe de Agua: es el que personifica a los soñadores, que desarrollan la imaginación y su mundo interior. Son básicamente introspectivos y por su ritmo personal les cuesta responder a tiempos impuestos desde afuera.
El enfoque personalizado del doctor Cowan, con la imagen positiva de héroes y sus poderes secretos, ayuda a los padres e hijos con TDAH a trabajar con base en estas características. De esta forma reduce el comportamiento impulsivo, regula la atención y maneja más efectivamente las rutinas de la escuela, la familia y la comunidad. Cuando los padres entienden el poder secreto de sus hijos y se concentran en su héroe interior, pueden resolver sus dificultades de comportamiento de manera más efectiva. Esta es la base de la empatía que transforma la relación con sus hijos y de estos con el mundo.
Cowan relata algunas experiencias concretas con sus pacientes: Adam, un niño de 12 años, tenía diagnóstico de enfermedad mental, rabia, TDAH e insomnio. Estaba muy medicado. Junto a sus padres, reformularon sus “síntomas” bajo el contexto del “poder secreto” y progresivamente pudo abandonar la medicación para encontrar, ya de adulto, su pasión como ejecutivo en el industria musical.
Este método también es beneficioso para que las personas se entiendan a sí mismas en cualquier momento de su vida. Cowan dice que “los niños no son adultos pequeños, pero los adultos son niños grandes”. A través de adultos famosos da algunos ejemplos: Michael Jordan es un héroe de Madera que equilibra su competitividad desafiando los poderes del Metal (la práctica) y la Tierra (el trabajo en equipo). La multifacética Oprah Winphrey es una heroína de Fuego que equilibra su optimismo por la vida desafiando el poder del Agua (la instrospección) con el del Metal (la elegancia). Finalmente, Bill Gates es un héroe de Metal que equilibra su perfeccionismo con la Madera (el impulso visionario) y la Tierra (la humanidad).
Las combinaciones de elementos mencionadas en estos personajes se refieren a la búsqueda de equilibrio que las personas deben procurar en su vida. Cuando se trata de los niños, las padres deben liberarse del deseo de que sus hijos sean como ellos o que respondan a ciertos patrones sociales, y empezar a comprender las relaciones de equilibrio entre los cinco poderes. Cowan los llama sencillamente “ayudantes de héroes” o “desafiadores de héroes”. Por ejemplo, la Madera alimenta el Fuego: esto significa que un niño con poder de Fuego es alimentado por la Madera (planificar con anticipación). El Agua apaga el Fuego, lo que significa que el Agua (paciencia) es un desafío importante para que un niño se convierta en un héroe del Fuego.
Podemos ver en el exitoso trabajo del doctor Cowan cómo aplicar una visión distinta a lo que se considera un problema o enfermedad puede generar resultados positivos. Además, estas ideas hacen que la crianza sea un proceso mucho más divertido y gratificante, porque cuando los padres capacitan a sus hijos para la vida, los propios progenitores pueden sentirse héroes, exitosos en su trabajo de formación.
