La empresaria Kim Kiyosaki comenta que casi todos los inversionistas de bienes raíces exitosos han empezado con proyectos que parecían muy pequeños. Sin embargo, resulta irónico el consejo de “empezar de a poco” cuando se está realizando una primera inversión, porque en ese momento todo luce muy grande y arriesgado, como si se estuviera renunciando a mucho para probar suerte en una negociación.
La misma Kiyosaki experimentó esta realidad. Su primera casa, pequeña y de dos habitaciones en Oregon, Estados Unidos, fue una inversión de apenas unos pocos miles de dólares, pero en su momento le generaron mucha inquietud.
Años después de esa primera experiencia, sabe que lleva algún tiempo sentirse cómodo para tomar esos saltos de fe en materia de negocios y arriesgar dinero, pero reconoce que hacer una buena investigación previa e ir acumulando cada vez más experiencias corporativas aumentan las posibilidades de éxito para los inversionistas.
Precisamente, Kiyosaki hace tres sugerencias simples pero esclarecedoras sobre cómo empezar “de a poco” en el mundo de los negocios:
1. Prepárese
Uno de los peores sentimientos que se puede experimentar es encontrarse frente a un examen sin haber estudiado. En ese momento ya no hay cómo volver atrás para revisar los libros. Solo queda responder las preguntas con lo poco o nada que se recuerde.
Igual le ocurre a los inversionistas: no sentirse seguros del terreno financiero que están pisando por falta de conocimientos y datos genera mucha incertidumbre. Una vez que se haya firmado el contrato, no queda mucho por hacer.
Por eso es conveniente recabar con anterioridad toda la información necesaria, tanto teórica como la referente a la negociación en sí, que le permitan evaluar los riesgos de la inversión y realizar la mejor oferta. Así disminuirán las posibilidades de ser estafado o caer en una posición desventajosa.
Siga la recomendación de Warren Buffett sobre la formación en materia financiera: “La mejor inversión que puedes hacer es en tus propias habilidades. Cualquier cosa que puedas hacer para desarrollar tus propias habilidades o negocios es probable que sea más productiva”.
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2. Respire hondo
Lo que debe hacer antes de realizar la firma de un contrato, aunque suene simplista, es respirar profundo y enfocarse. Mejor que dejarse llevar por los nervios es revaluar el panorama.
Si ha realizado el paso anterior minuciosamente, se ha armado de todos los conocimientos en el área en la cual va a invertir, ha conocido todas las cifras y características de su negociación y entiende todos los aspectos del acuerdo que está por realizar, podrá responderse también la siguiente pregunta:
¿Cuál es el peor escenario si la inversión fracasa?
Seguramente usted no ha escogido la propuesta más riesgosa para inaugurarse como inversionista y ha buscado una opción lo más sólida posible en términos económicos; sin embargo, siempre puede ocurrir algo inesperado.
Por lo tanto, debe saber que lo peor que puede ocurrir es que pierda el dinero invertido. Saldrá dolido y tendrá una lección que aprender sobre el error que cometió o el riesgo que no vio venir. Pero de eso, nadie se muere…
Ahora pregúntese, ¿cómo se compara el riesgo al fracaso con el riesgo a no haberlo intentado? No avanzar implica no crecer nunca, no aprender ni acercarse un paso más hacia la libertad financiera que desea.
Entonces, ¿qué es peor?, ¿arriesgar su dinero con la opción de dar un paso adelante en el mundo de las inversiones o no arriesgarlo pero estar seguro de que nunca lo va a multiplicar? La respuesta es clara.
3. Piense en grande… aunque actúe en pequeño
Hacer una primera inversión arriesgando una cantidad modesta de dinero o realizando una negociación de bajo perfil no significa que usted deba mantenerse pensando en pequeño ni apostando exclusivamente a lo seguro. Todo lo contrario: piense en grande con respecto a dónde quiere llegar y lo que planea lograr.
Pensar sin restricciones es propio de la mentalidad de la riqueza. Una vez que defina su meta, fuera de su área de confort (no hay nada más motivador que una meta que nos saque de nuestros límites), subdivídala en pequeñas inversiones. A medida que acumule experiencia y éxitos, crecerá su confianza, y de los reveses aprenderá cómo superarlos, así que con el tiempo encontrará que puede dar pasos cada vez más grandes hacia su objetivo.
Lo importante en el mundo de las inversiones es vencer la resistencia inicial del miedo al fracaso. Una vez puesta en movimiento la rueda, sabrá seguir adelante.