Descubre Cómo Solo 3 Pasos Te Separan de la Vida de tus Sueños. Joe Dispenza en Español.
Se ha calculado que la persona promedio tiene entre 60 y 70 mil pensamientos al día, el 90 % de los cuales son los mismos que tuvo el día anterior.
Ahora bien, si desde un punto de vista teórico consideras que tus pensamientos tienen algo que ver con tu futuro, o que tus pensamientos crean tu destino, habría que concluir que tu vida no va a cambiar mucho mientras sigas pensando de la misma forma.
Lo que ocurre es que esos mismos pensamientos te conducen a elegir siempre lo mismo, los mismos comportamientos que crean exactamente las mismas experiencias en tu vida, de manera que solo puedes anticipar los mismos sentimientos o emociones a partir de esas experiencias. Y esas emociones son el resultado de tener siempre los mismos pensamientos.
[Video] Dr. Joe Dispenza en Español
A la vez, nuestra biología, nuestras redes neurales, nuestra química cerebral, nuestras hormonas e incluso nuestra expresión genética estarán en consonancia con nuestra forma de pensar, actuar y sentir.
Nuestra forma de pensar, actuar y sentir es lo que constituye nuestra personalidad, que es la responsable de crear nuestra realidad personal. De modo que nuestra personalidad actual, la que está leyendo este artículo, ha creado la realidad personal actual, que es nuestra vida.
Mi recomendación es que si puedes te aferres a esta idea: si quieres crear una nueva vida, una nueva realidad personal, tienes que cambiar tu personalidad.
Esto significa que deberías comenzar a reflexionar acerca de lo que has estado pensando, pues eso tienes que cambiarlo. De igual forma tienes que comenzar a tomar consciencia de las acciones, hábitos o comportamientos que ejecutas de manera inconsciente, y debes modificarlos.
Además, debes observar las emociones que experimentas cada día, esas que te mantienen conectado al pasado, y decidir si esas emociones pueden formar parte de tu futuro.
A continuación, te presento tres pautas específicas que te iniciarán en el proceso para lograr estos cambios fundamentales:
1. Cambia tu manera de pensar
La mayoría de las personas tratan de crear una nueva realidad personal mientras mantienen su misma personalidad. Eso no funciona. En realidad, tienes que convertirte en una persona diferente.
Uno de los principios de la neurociencia dice que las células nerviosas que se activan al unísono se conectan entre sí. De manera que si sigues pensando de la misma manera, eligiendo las mismas cosas, mostrando los mismos hábitos y creando las mismas experiencias, lo que haces es potenciar las mismas redes neuronales en los mismos patrones.
Todo debido al sentimiento con el que estás familiarizado, y que se produce de manera automática. Si haces eso durante diez años seguidos vas a comenzar a crear ciertos patrones en tu cerebro que se convertirán en tu identidad y para cuando tengas 35 años estos patrones se habrán consolidado en ti como algo permanente.
En psicología solían decir que eso no se podía cambiar, pero ahora sabemos que sí se puede.
De manera que esa especie de caja en el cerebro es lo que determina cómo somos de manera habitual. En realidad, el 95 % del tiempo estamos ejecutando una serie de programas. Por eso tenemos que sentarnos y hacer el trabajo de deshacernos de ellos.
Así que llega el momento en el que debemos decidir cambiar nuestra forma de pensar, hacer algo diferente u optar por algo nuevo.
Sin embargo, la mayoría de las personas no quieren enfrentar el malestar, la incomodidad, la incertidumbre y la falta de previsibilidad que les produce lo desconocido.
A eso es a lo que las personas le tienen miedo, tanto que prefieren vivir con sentimientos de culpa, porque al menos así pueden predecir lo que les pasará y eso es mejor que arriesgarse a optar por otras posibilidades que desconocen.
Cuando una persona comienza a entender esto y le dices: “Ok, ¿por cuánto tiempo has estado así?” y te responde: “He estado así por 35 años”, la pregunta que surge de inmediato es: “¿Por qué tanto tiempo?”. La respuesta a esto suele ser: “Por un evento que me ocurrió hace 35 años”.
Lo que ocurre es que mientras más fuerte sea la emoción que sientes cuando reaccionas ante un evento, más alterado te sientes en tu interior, y más se concentra tu atención en lo que te afecta.
Mientras más se estrecha el foco de atención del cerebro más tiende a congelar la imagen de lo ocurrido. Es como si tomara una fotografía instantánea. Eso es lo que conocemos como memoria.
No te ocupes de ese recuerdo. Lo que debes hacer es superar la emoción, porque eso es lo que te mantiene anclado al pasado.
Todo esto suena muy bien en teoría, pero cuando tratas de hacerlo sales a lo desconocido, a ese vacío en el que nada te es familiar y desafías a tu cuerpo, que ya tiene un hábito bien establecido.
Ese hábito hace que el cuerpo se convierta en la mente. Si piensas en ese evento del pasado, que te genera una emoción, necesitas una imagen y un sentimiento para iniciar el proceso de acondicionamiento.
Así que el cuerpo, o bien se condiciona en ese pasado que le resulta conocido, o bien está conectado con el futuro predecible, porque al despertar todos los días ese futuro predecible se ejecuta a través de la misma serie de acciones rutinarias.
Así que el momento presente se convierte en lo desconocido, y cuando la persona empieza a sentir incomodidad comienza a poner excusas, como llamar a alguien por teléfono, o levantarse y decir: “No puedo hacer esta meditación. Ya sabes, es que tengo mucho que hacer”.
En otras palabras, la persona se disculpa a sí misma para poder regresar a ese sentimiento familiar, porque el cuerpo en realidad está dándole instrucciones al cerebro.
Un hábito se crea cuando el cuerpo se convierte en la mente. Por eso cuando el cuerpo se encuentra en un terreno desconocido dice: “Oh, prefiero sentirme culpable e infeliz, antes que sentir esta incomodidad”.
De manera que cuando regresa a ese sentimiento conocido se siente seguro y confortable, aunque no se sienta bien.
Esto ocurre cada vez que la persona se adentra en terreno desconocido: el cuerpo comienza a ejercer su influencia sobre la mente. También puede hacerlo planteando ideas como: “Puedes empezar mañana”, “Estás demasiado ocupado”, “Es culpa de tu madre”, “Esto se debe a tu cultura”, “No tienes suficiente dinero” o “No va a funcionar”.
Todos esos son los programas instalados en tu interior que se interponen en el camino entre tú y tu futuro.
A nivel fisiológico, cuando te apartas de la rutina, las células nerviosas que ya no se activan al unísono, no se conectan entre sí, por lo que el solo acto de observar esos estados de la mente y el cuerpo significa que ya no eres el programa. Eres la conciencia que observa ese programa.
Al meditar te familiarizas con esos pensamientos, tomas consciencia de tu manera de hablar, estás atento a la forma en que actúas y observas cómo te sientes.
Mientras más consciente seas de esos programas que se ejecutan de manera inconsciente, menos inconsciente serás a lo largo de tu día. ¿Por qué? Porque no es suficiente con tener una buena meditación, levantarte y salir a enfrentarte con el tráfico y el estrés de la vida. Eso es volver a tu ser antiguo.
En lo que hay que trabajar es en mantener ese estado modificado de la mente y el cuerpo a lo largo de todo el día. Cuando lo logres, debes prepararte, porque algo diferente e inusual comenzará a ocurrir en tu vida.
Tendrá la forma de una coincidencia o sincronía, pero será una señal de la divinidad que te estará diciendo: “Estás en el sendero apropiado. Tan solo permanece allí”. Habrá más señales, solo tienes que mantenerte en ese campo de energía.
Es importante enseñar a las personas para que entiendan que hay una fórmula, y que ahora sabemos que si la aplican comenzarán a ver esos cambios. A medida que las personas hacen esto, cada vez de una manera más efectiva, se van acumulando los resultados.
En la universidad de Bond, en Australia, emplearon una gran cantidad de los escáneres cerebrales que utilicé hace más de diez años para realizar un amplio estudio clínico, con una gran cantidad de análisis.
Como resultado, los investigadores han quedado muy impresionados por la velocidad con la que la comunidad puede cambiar la coherencia del cerebro o del corazón. Estas personas ahora saben cómo hacerlo, no es algo de lo que estén separados, sino que lo han practicado lo suficiente como para poder manejarlo.
Pero ¿qué es lo que esto significa? El significado es en verdad muy simple. Si en tu vida vuelves una y otra vez a las mismas reacciones, personas y circunstancias, vuelves a ser tu ser antiguo.
Por eso debes permanecer consciente, porque si no te define una visión del futuro te quedarás con los recuerdos del pasado y serás predecible.
Cuando cruzas lo que yo llamo el río del cambio, para pasar del ser antiguo al ser nuevo, se produce la muerte del ser antiguo a nivel neurológico, biológico, químico, hormonal y genético.
Pero, si haces que las personas puedan comprender que en verdad hay algo mejor al otro lado de ese río, no renunciarán y seguirán adelante, pese a los obstáculos que interponga su condicionamiento.
Existe evidencia suficiente para animar a las personas a iniciar este proceso. Las excusas no son válidas, no puedes decirme que no puedes hacer que esto funcione porque eres demasiado viejo, estás demasiado enfermo, has tenido un pasado demasiado turbulento, tienes demasiado peso, tienes muy poco peso, estás fuera de forma o nunca has meditado antes.
De hecho, algunos de los resultados más impactantes en los escáneres cerebrales son de personas que jamás habían meditado antes, y que no estaban tratando de conseguir nada, solo siguiendo las instrucciones.
De manera que nuestra comunidad ahora comienza a entender que es posible producir un cambio, y se incorporan a este proceso de manera masiva. En eventos de una semana de duración hemos tenido 1000 o 1500 participantes, todos muy comprometidos.
Cuando estas personas comienzan a ir más allá de sí mismos, en el primer o segundo día, y comienza a producirse esta magia, ya no puedo predecir lo que ocurrirá luego. En general es algo muy emocionante y conmovedor.
2. Adéntrate en lo desconocido
Tenemos creencias con las que nos sentimos cómodos porque se basan en experiencias pasadas, y esas emociones nos mantienen apegados a las creencias a nivel químico. Ese es un mecanismo que forma parte de nuestra biología.
En relación con las experiencias que están conectadas al pasado, nos inclinamos a pensar a nivel neurológico y a sentir a nivel químico. De modo que, cuando sentimos que algo desafía nuestras creencias, nos aferramos a la emoción.
Por ejemplo, si a algunas personas les dicen: “Jesús tenía un hermano”, exclamarán: “¡¿Qué?!”, porque eso no se siente bien. Estas cosas llegan a asustar a las personas, porque han sido condicionadas y quieren seguir afianzando sus creencias, pues esto les asegura un futuro en el que pueden confiar.
Cuando te apartas de tu sistema de creencias y te adentras en lo desconocido, dejas atrás tu pasado y la pregunta es: ¿tienes las condiciones y la habilidad para crear? Porque para pasar de esas creencias viejas a creencias nuevas debes tener un plan y lo mejor es que estés dispuesto a tener experiencias nuevas.
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Ya no serán creencias insulsas, sino que deberán producir una impresión muy fuerte en tu biología, lo que viene asociado a una experiencia que producirá cambios a nivel biológico, que te permitirán entender y asumir que crees en algo distinto.
Pero eso tampoco es el final del proceso, porque desde ese punto surge la pregunta: ¿cuál es la próxima creencia que te ayudará a comprender lo que sigue?
Como ejemplo, comentemos el caso de una compañera de trabajo que tenía muchas dificultades en su matrimonio, que se vino abajo debido a una pareja abusiva. Esa persona estuvo viviendo bajo el efecto de las hormonas del estrés por un largo período de tiempo.
Dado que sus energías se dirigían hacia una amenaza en su entorno, ella no tenía energía en su interior para dedicarla al crecimiento y a la restauración. Tampoco tenía energía que aportar a proyectos a largo plazo.
Todo su cuerpo estaba en un estado de vigilancia permanente, siempre ansioso y anticipando que algo malo iba a ocurrir. Había desarrollado alergias a muchos alimentos, en general su entorno le producía alergia.
Esta mujer asistió a uno de nuestros eventos, hizo el trabajo que se le indicó, lo que le tomó tres meses, y de repente en una ocasión se produjo una ruptura con su pasado, e incluso sus alergias desaparecieron y ahora puede comer lo que quiera.
Ahora bien, ella cambió sus creencias acerca de su pasado porque dejó de decir: “Soy así debido a la relación con mi esposo”.
Porque cuando dices que eres de cierta manera debido a alguna situación que ocurrió en tu vida, lo que estás diciendo es que no has cambiado a nivel emocional desde que ocurrió esa situación, por lo que ves tu futuro a través de las lentes del pasado.
Cuando logras superar ese estado emocional, tendrás un recuerdo, pero sin la carga emocional. Eso se llama sabiduría. En ese momento estarás listo para crear un nuevo futuro.
Pero mientras sigas apegado a la emoción, seguirás también atado al pasado y no podrás crear un futuro.
Así que de manera súbita, esta mujer sufrió una transformación, un cambio. Ella sabe que está liberada de esa ansiedad, lo siente.
Nuestra biología puede reorganizarse ante una nueva mentalidad en cuestión de momentos. Así que ella ahora come todo tipo de alimentos y ríe feliz. Es un cambio sostenido en el tiempo.
Pero ese no es el final. Porque si ella se sanó a sí misma, entonces lo siguiente será que se diga: “Entiendo la física y la biología de lo que he hecho. ¿Es posible que así como me pude sanar a mí misma pueda sanar a otra persona?”.
Ahora sus creencias están siendo desafiadas de nuevo y puede que se diga: “No sé si será posible, no he tenido esa experiencia. Pero si estoy pensando en ello y entiendo la información desde un punto de vista semántico, filosófico, teórico e intelectual, ¿puedo iniciar ese proceso? ¿Puedo aplicarlo, personalizarlo y demostrarlo? ¿Puedo modificar mi comportamiento de alguna manera, basándome en mi última experiencia, para tener una experiencia más evolucionada?”.
Esa experiencia más evolucionada ya no se corresponderá con sus creencias actuales, pero si ella comprende la ciencia y si puede hacer que su comportamiento concuerde con sus intenciones, como hizo consigo misma, lo que dice la física cuántica acerca de que la consciencia es no local será de ayuda. De manera que si puede crear un rasgo coherente aquí debería poder influir en otra persona.
Lo que pasa es que cuando ocurre la experiencia del cambio, el cerebro se enriquece con una mayor cantidad de circuitos, y la persona experimenta una nueva sensación en su cuerpo. Se siente como una sanadora, porque ya ha podido sanarse a sí misma.
De manera que a esta persona se le ocurrió intentar sanar a otra persona. Por lo que se dijo a sí misma: “Voy a sacar a relucir esa emoción, y puede que requiera varios intentos”.
Esta mujer participó en un caso en el que estábamos haciendo una sanación por coherencia a una mujer de Londres, que había estado expuesta a una bacteria en la India hacía veinte años. Esto la hacía alérgica a diversos alimentos y no podía superar esa bacteria.
Pude observar cómo esta persona, de manera sincrónica, sin que la mujer que estaba siendo sanada lo supiera, impuso una energía coherente en el cuerpo de la paciente, que estaba tendida, y la curó.
Tuve la oportunidad de cenar con la mujer ya recuperada en Londres y constaté que ella ya podía comer sin problemas toda clase de alimentos y decía: “No sé qué ha pasado, pero me he curado”.
Ahora bien, las creencias de la persona que efectuó la sanación fueron confrontadas y, debido a la experiencia que ella había tenido, pudo hacerse preguntas más profundas que la condujeron a su próxima experiencia.
Sin embargo, para convertirse en sanador no es suficiente hacerlo una sola vez, se debe ser capaz de repetir la experiencia para poder validarla a nivel científico y poder desarrollar la habilidad.
Algunas personas se detienen después de hacer una sanación y afirman que son sanadores. No es así. El hecho de que hayan tenido la experiencia significa que deberían poder reproducirla.
La idea es que de manera continua estás expandiendo las fronteras de tus creencias y eso es lo que llamamos evolución. Pero, en general, las personas alcanzan un cierto punto en sus sistemas de creencias y se detienen.
Pienso que el problema de muchas personas en la comunidad espiritual es que confunden los conocimientos con las creencias. Estas personas dicen cosas como: “Tengo ansiedad. Mi doctor me dijo que la razón es que tengo un desequilibrio químico en mi cerebro. Tengo ataques de pánico cuando estoy en un avión, porque tengo temor de los aviones y de los lugares llenos de gente”.
Ahora bien, ¿saber que tienen un desequilibrio químico en su cerebro les cura su ansiedad? No.
Puede que alguna de estas personas consulte con algún psicólogo o con un amigo que le diga: “El problema es que tu padre era muy autoritario y perfeccionista, y lo que te afecta es un programa de tu pasado”.
La persona ahora tiene el conocimiento de que debido a la personalidad de su padre siente ansiedad. Así que verá esto como una creencia y se convencerá de que su condición se debe a su experiencia pasada.
Luego puede que acuda a un psíquico, que le hablará del terrible final que tuvo en una vida anterior varios siglos atrás. Y le dirá que esas memorias están grabadas en su alma. Pero ese nuevo conocimiento tampoco le ayudará a curar su ansiedad.
A continuación consultará con una astróloga que le dirá que Mercurio está retrógrado y que no debe salir de su casa en seis meses, y que esa es la razón por la que es así.
De manera que las personas desarrollan creencias que se encuentran dentro de su rango de aceptación emocional, y a partir de esas emociones elaboran más creencias, lo que significa que todavía no quieren cambiar.
Los conocimientos no cambian nada, porque las personas solo aceptarán creer y rendirse ante creencias o pensamientos que se adecúen a su estado emocional y programarán su sistema nervioso autónomo para ese destino.
Por ejemplo, cuando alguien recibe un diagnóstico nefasto de parte de un médico, eso crea las emociones de miedo y desesperación. Así que la persona solo aceptará creer y rendirse ante pensamientos que concuerden con esos estados emocionales.
Mientras no cambies tu estado emocional no será posible que comiences a aceptar creencias nuevas y a rendirte ante pensamientos que armonicen con tu nuevo estado emocional, y que saques a relucir la emoción nueva antes de la experiencia. Esto significa ir en contra del condicionamiento.
3. Crea tu realidad
Cuando las personas aprenden a conectarse con la energía de un sueño futuro, a ser definidas por una visión del futuro, y no por las memorias del pasado, a creer en su futuro más de lo que creen en su pasado, a enamorarse de su futuro más que de su pasado y a ser capaces de combinar la intención clara de ese futuro y comenzar a sentir las emociones que ese futuro produciría, antes de que se manifieste, están transmitiendo una señal por completo nueva en el campo de energía.
La belleza detrás de esto está en que mientras mayor sea el tiempo durante el cual tienes consciencia de esa energía, más estarás atrayendo a tu futuro hacia ti.
Esto también significa que en el momento en que entras en tu auto y comienzas a sentirte molesto y frustrado por el tráfico, te desconectas de la energía de tu futuro y vuelves a conectarte con la energía de tu pasado.
Todas las emociones de supervivencia asociadas a esa energía tienen poco efecto en la naturaleza de la realidad, de manera que ahora te sientes como materia, que trata de cambiar materia.
Estás separado de tu fuente creadora, de manera que tratas de forzar la situación, de controlarla y cada vez tienes que esforzarte más. Deseas, rezas y esperas como un mendigo.
En ese estado hacemos cualquier cosa, competimos y tratamos de manipular a otros para lograr lo que deseamos, porque nuestros recursos son limitados.
Así que lo deseable es que una persona pueda mantener ese estado modificado de su mente y de su ser, pues es entonces cuando comienza la diversión, porque comienzan a ocurrir sincronías, se producen coincidencias y surgen oportunidades.
Todo lo que la persona necesita para crear su futuro le llega desde lugares desconocidos, porque está conectada al campo de información, pero además comienza a ejercer influencia sobre ese campo.
Cada vez son más las personas que están creando su realidad y cada vez son menos las que experimentan el estado de ser víctimas de sus circunstancias.
Las víctimas dicen: “Estaba molesto debido al tráfico”. A eso les digo: “Quieres decir que tu mundo exterior estaba controlando cómo piensas y sientes. Alguna circunstancia, alguna persona o alguna otra cosa en tu entorno estaban controlando tus pensamientos y sentimientos. Eso significa que eres una víctima de tu entorno”.
Pero cuando cambias tu forma de pensar y sentir, se produce un efecto en tu mundo exterior, y comienzas a entender que eres el creador de tu vida.
Cuando comiences a recibir esa retroalimentación en tu vida, prestarás más atención a lo que hiciste y lo harás de nuevo.
Creerás que eres más un creador que una víctima de tu vida.
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