Descubre Cómo Tus Pensamientos Pueden Transformar Tu Cuerpo y MentePARA SIEMPRE.
Bruce Lipton plantea que un cambio en tus pensamientos genera un cambio en las células de tu cuerpo. De acuerdo con Wayne Dyer, al cambiar tus pensamientos cambias tu vida.
Pienso que ambas nociones se integran a la perfección.
Bruce, en tu libro has afirmado que un cambio en los pensamientos es lo que en esencia elimina la enfermedad. Pero ¿cómo provocas ese cambio? Es decir, ¿cómo haces para instruir a tu mente en lo que tiene que hacer? ¿Tan solo le indicas lo que debe hacer y le pides que lo haga de inmediato? ¿Es así de simple?
BL: Es simple, pero también hay un poco de misterio. Así que aclararé cuál es el misterio.
[Video] Wayne Dyer en Español
Existen dos partes en la mente. Están la mente consciente y la mente subconsciente. Son dos partes que se diferencian en profundidad, no son lo mismo.
La conexión espiritual con la parte consciente de la mente, es tu mente pensante. Pero lo importante es que esta parte consciente es la parte que contiene tus deseos, tus aspiraciones y, en general, lo que quieres en la vida.
Por otra parte, la mente subconsciente es una máquina, es un dispositivo para reproducir registros. Cuando por el hábito y la repetición te programas para realizar una cierta actividad, esto se graba en la mente subconsciente, y se reproduce de manera automática cuando la situación lo requiere.
Puedes seguir reproduciendo los mismos comportamientos por el resto de tu vida, a menos que reescribas el programa. En este punto puedo conectarme con el área de Wayne Dyer, lo que es maravilloso, porque él se involucra con la manifestación de los deseos, que se produce al cambiar la forma de pensar.
Lo que me gustaría mencionar es que hemos tenido la tendencia a pensar que manejamos nuestras vidas con nuestras mentes conscientes.
Al pensar que queremos algo en la vida, en nuestra mente ese es nuestro deseo. Así desarrollamos la percepción de que lo que nos gobierna es la mente consciente.
Sin embargo, en la actualidad la neurociencia ha comprobado que esto es por completo incorrecto. La mente consciente a lo sumo opera durante un 5 % del día, y en general solo durante el 1 % del tiempo. Esto significa que es la mente subconsciente la que dirige nuestra vida.
La desconexión se produce porque los programas principales de la mente subconsciente los hemos adquirido de otras personas: los padres, la familia, la comunidad, el sistema educativo, etc.
¿Por qué es esto relevante? Porque la mayoría de las creencias depositadas en nuestra mente no sustentan nuestros propios deseos.
La mayoría de esas creencias son limitantes. De hecho, en Nueva Zelanda y Australia hablan de algo llamado “cortar la amapola alta” que aplican a la educación de los niños.
La frase se deriva de una práctica en el cultivo de amapolas. Cuando se cultivan las amapolas, todas crecen a la misma altura, pero de vez en cuando alguna amapola crece más alto que las demás y el jardinero corta la parte de esa amapola más alta que sobresale de entre las otras.
Esto lo aplican de la siguiente manera. Cuando un niño comienza a superar al resto y se destaca por encima del promedio, se le debe limitar, para que se desarrolle de acuerdo con el promedio.
Esto significa que existe una tendencia a quitarnos poder y confianza en nosotros mismos. En eso consiste la programación de la mente subconsciente.
Algunos padres les dicen a sus hijos: “¿Quién te crees que eres?”, “No mereces esto”, “No eres lo bastante inteligente”, “Eres un niño enclenque”.
Si un niño menor de seis años escucha estas prédicas, las graba de manera directa en su mente subconsciente y se transforman en parte de la programación interna del niño.
Si al crecer ese individuo se pregunta: “¿Por qué es mi vida tan difícil?”, la respuesta es, porque solo un 5 % de su vida proviene de lo que desea. El otro 95 % fue programado por otros, desde su mente subconsciente. Casi toda esa programación consiste en aspectos que limitan sus habilidades.
En consecuencia, el 95 % del día la persona no está viviendo de acuerdo con lo que quiere, sino de acuerdo con la programación inducida en su mente por otros.
Siempre ha existido la idea de que, si me hago consciente de mi problema, lo podré resolver. No es así, la mente subconsciente solo reproduce lo que está grabado en ella, no hay nadie allí.
Por eso cuando persistes en hablarte a ti mismo acerca de mejorar tu vida no le hablas a tu mente subconsciente, pues allí no hay nadie que te escuche. Eso hace que para muchos sea muy frustrante que mientras se dicen a sí mismos que pueden hacer las cosas mejor, en realidad siguen repitiendo aquello para lo que están programados.
Por eso, debemos tener en cuenta que, en general, no es suficiente estar conscientes de lo que nos impide tener una vida plena, tenemos que acceder a la mente subconsciente y cambiar el programa.
WD: Yo trabajo en esto todo el tiempo. Pienso que para entender la necesidad de reprogramar tu subconsciente no tienes que padecer de una enfermedad terminal o alguna dolencia muy grave. Si eres una persona que se cansa mucho, alguien que se deprime con facilidad o una persona que se deja manipular por otros debes reconsiderar lo que te hace reincidir en los mismos patrones de comportamiento.
Yo vivo sometido a muchas presiones, tengo fechas de entrega para mis escritos, tengo ocho hijos, realizo muchas actividades diversas, tengo que viajar con frecuencia y cosas así.
En algunas ocasiones, siento en mi interior que estas presiones me ocasionan algunos síntomas físicos, como sensaciones en mi pecho o algún malestar de estómago.
Cuando esto pasa, decido, y esto es importante, que no seguiré siendo una víctima de un sistema de pensamientos que establece que cuando tienes muchas cosas de qué ocuparte tienes que estar ansioso, exaltado y tenso.
Aquí no me refiero a una enfermedad grave, de lo que hablo es de cómo puedo hacer para sentirme mejor en los próximos 30 minutos, mientras me ocupo del plazo de entrega y de todas las otras cosas.
Algunas prácticas útiles son, como mencionas en tu libro, la meditación y la búsqueda de la tranquilidad. Pero más allá de eso, debemos preguntarnos en qué clase de campo de energía nos encontramos.
Es curiosa esta idea de dirigirte a tu comunidad médica y tener una evaluación física integral cada año. ¿Cómo es la experiencia de una persona que acude a un lugar en el que todos están buscando algo que no funciona en su cuerpo, y si encuentran algo malo, eso los beneficia? ¿Qué es lo que podemos pensar que ellos buscarían? Y ¿por qué querríamos someternos a tal evaluación?
Hoy en día pueden ponernos en una máquina, presionar un interruptor y averiguar todo lo que ocurre en nuestro cuerpo. Pero ¿por qué querríamos saber todo eso? Y, sobre todo, ¿en qué tipo de energía quedamos inmersos con esta actividad?
Mi amigo Deepak Chopra me contó que a uno de sus amigos le salió una mancha oscura en una radiografía de los pulmones, lo que es señal de cáncer. Cuando el amigo se enteró estaba devastado y murió tres semanas después. Al limpiar su oficina, encontraron unos rayos X que le habían sido tomados 20 años antes, en los que aparecía la misma marca oscura.
Así que esa mancha había estado allí por 20 años, pero solo cuando él se enteró y pensó que era algo nuevo y muy malo, su mente comenzó a tomar el control y su cuerpo fue destruido.
De modo que, esto no es solo un buen material de lectura o escritura, es algo sobre lo que en verdad puedes actuar. No importa quién seas y no importa cuál sea la situación de tu vida. Tienes que tomar decisiones.
Yo no quiero hacerme evaluaciones físicas, no quiero que nadie vea en mi interior para decirme cómo estoy. No quiero escuchar nada como eso. Pienso que mientras menos sé acerca de lo que está mal, y mientras más crea en mi poder de sanarme, más cambiará mi percepción.
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Esa es una manera de entrar en tu mundo subconsciente y prestar atención a lo que deseas, mientras descartas lo que no deseas.
BL: Sí. Es un hecho que la mayor parte de nuestra vida ha sido programada por todas esas creencias que se alojan en el subconsciente. Lo que les sugeriría a algunas personas es que examinen su pasado. Estoy seguro de que descubrirán que hubo un período de tiempo en el que eran personas muy saludables y felices, y en que el mundo era maravilloso.
Es probable que retrocedan a la época en la que se enamoraron por primera vez, pues en general la vida funciona a partir de la programación de la mente subconsciente, puedes conducir el auto o vestirte sin pensar en ello, pero cuando te enamoras, algo pasa.
Yo lo llamo el “efecto de luna de miel”. Lo que ocurre es que por primera vez no dejas que corra el programa en tu mente, dejas de hacer las cosas por hábito y de manera automática, te vuelves auto reflexivo y te observas a ti mismo.
De modo que, de repente, en lugar de actuar de la manera programada, actúas de acuerdo con tu consciencia en tiempo real. Es algo parecido a la consciencia budista. Le prestas atención a todos los detalles, a cómo te vistes, a qué sitio vas, a cómo te comportas. Todo deja de ser automático. Cuando esto pasa comprendes de repente que todo te resulta maravilloso.
Lo que marca la diferencia es que durante este período tu vida opera desde tu mente consciente y no depende de lo que está programado en tu subconsciente.
Por eso, cuando recuerdas esa época comprendes que el carácter y la calidad de tu vida estaban más allá de lo que hubieras podido imaginar.
Lo desafortunado es que el efecto de luna de miel no es permanente en el tiempo, sino que se desgasta para la mayoría de las personas. La vida se congestiona y de nuevo comienzas a pensar en todos aspectos de los que debes ocuparte, trabajo, familia y todos los diferentes problemas.
Cuando estás pensando no prestas atención, así que vuelves a dejar que tu mente subconsciente se haga cargo de tu vida, y la programación se activa de nuevo. De modo que vuelves a comportarte de acuerdo con lo que hay programado en ti, y no en base a quién en verdad eres.
Observa que ese cambio en tu comportamiento tal vez sorprendió a tu pareja. Sin embargo, no te diste cuenta de que habías cambiado, porque la naturaleza de la mente subconsciente te apartó de la consciencia.
Podemos ver esto cuando observamos el comportamiento de personas cercanas y podemos identificar ciertos patrones. Por ejemplo, puede que tu amigo se comporte del mismo modo en que lo hace su padre, pero cuando se lo señalas es probable que se sienta sorprendido de tu apreciación y lo niegue de manera rotunda. Tu amigo tan solo está ejecutando los programas que descargó de su padre, pero no es consciente de ello.
Si aplicas esto a tu propia vida, comprenderás que casi nunca te das cuenta de cuando ejecutas los programas que tienes en tu mente, porque estos programas se ejecutan cuando tu mente consciente está ocupada con otras cosas.
Me gustaría que la gente comprendiera que en verdad pensamos que conducimos nuestra vida con la mente consciente, y cuando las cosas no nos salen bien, entonces tenemos la tendencia a culpar a otras personas o a decir que el universo no es amigable con nosotros. En esos casos nos sentimos víctimas por no obtener lo que deseamos.
La verdad es que, de forma casi inevitable, lo que produce nuestros infortunios son las limitaciones y el sabotaje que nos imponemos desde nuestra mente subconsciente, porque no nos percatamos de que nos estamos dañando a nosotros mismos.
WD: “Me quiero sentir bien” es una afirmación que tengo grabada en mi teléfono celular. De hecho, en la contestadora de mi teléfono tengo grabado el mensaje: “Te has comunicado con Wayne Dyer y me quiero sentir bien. Si tu mensaje está destinado a hacer algo diferente a eso, marcaste el número equivocado”.
El sabio indio Swami Muktananda tenía por norma que antes de ingresar a su templo tenías que responder a la pregunta: “¿Conoces la diferencia entre el bien y Dios?”
Pues bien, tal diferencia no existe. Así que decir: “Me quiero sentir bien” equivale a decir: “Me quiero sentir Dios”.
No me gusta la palabra inconsciente, porque me evoca algo a lo que no tengo acceso, algo que no puedo alcanzar. Pero el subconsciente, aun cuando pueda resultar de difícil acceso, no me resulta inalcanzable. La pregunta es ¿cómo acceder a este ámbito de la mente para reprogramarla?
Hay algo llamado programación neurolingüística, que no es más que una forma de cambiar los pensamientos y los hábitos de una persona. La idea es detectar y modificar las limitaciones que han sido programadas en el subconsciente del individuo.
Esto se aplica al tratamiento de los pacientes que sufren de depresión severa, y tienen que ser medicados. Lo que se hace es quitarle al paciente la medicación y hacer mediciones de las sustancias químicas en su cerebro.
Luego, se le pide al paciente que no se siga identificando con el evento en su vida que le deprime, sino que salga de su cuerpo y se convierta en el observador de ese evento. Al observar el evento, el paciente no debe pensar que es algo deprimente, lo que debe hacer es tomar consciencia y centrar su atención en algo diferente, afirmando: “He aquí mi cerebro fallando de nuevo”.
El cerebro está haciendo algo para lo que ha sido entrenado, pero ahora el paciente es el observador.
Un ejemplo del gran poder de esta técnica es que cuando la persona se entrena para fijar su atención en cualquier momento en su vida durante el que se sentía feliz, realizada o, como mencionaste, enamorada, al medir las sustancias químicas en el cerebro los valores son los mismos que presentarían si estuvieran tomando la medicación, solo que no hay efectos secundarios.
Lo único que esto requiere es tener la habilidad de acceder a la mente subconsciente y reprogramarla.
Cada persona debe tener en cuenta que, si su mente subconsciente se ha programado con pensamientos relacionados con cosas que no desea en su vida, la mente universal, que no podrá detectar qué es lo que en verdad esa persona quiere, perpetuará para ella todo eso que no desea.
Por esto es fundamental elegir con cuidado lo que se programará en la mente subconsciente. Esa es la enseñanza que se debe incorporar a la vida, y de la que debemos ser conscientes.
En cada momento de nuestra vida, tenemos la opción de conducirnos en base a lo que en verdad deseamos. Hacerlo o no es una decisión personal.
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