🔴 7 Secretos Cuánticos de Wayne Dyer

Uno. La rendición: Es el primer aspecto de la espiritualidad, y es muy importante porque al rendirnos reconocemos que existe una fuerza en el universo a la que podemos entregarnos y en la que podemos delegar la resolución de cualquier conflicto, aun en las situaciones más agobiantes.

Dos: El amor incondicional. Cuando hablo del espíritu estoy hablando del amor y de la habilidad de contraponer una consciencia espiritual superior de amor ante la discordia y la falta de armonía.

Tres: La consciencia del infinito. Cuando uso la palabra “espiritual” estoy hablando del infinito. No estás aquí como un ser humano que tiene una experiencia espiritual, estás aquí como un ser espiritual que tiene una experiencia humana, y en ese sentido eres un ser infinito, pues tu vida en el mundo material es solo un paréntesis en la eternidad, a la que volverás algún día.

Cuando escribí La sabiduría de todos los tiempos, uno de los ensayos que incluí era de William Butler Yeats, un poeta irlandés que murió en 1939. Yeats era además un místico, adelantado a su época.

Pienso que él no murió de ninguna enfermedad, sino que más bien pudo ver el futuro y murió al comprender las vicisitudes que le esperaban al mundo en esa época. No quería ser parte de tales niveles de odio y violencia.

Él escribió un poema titulado “Navegando a Bizancio” en el que dijo: “Un hombre de edad no es más que una cosa miserable. Un abrigo andrajoso sobre un palo, a menos que el alma aplauda y cante, y cante más fuerte por cada arruga en su vestido mortal”.

Esa es una imagen extraordinaria, pues dice que mientras no te dirijas a tu alma, tu parte infinita, solo serás como un abrigo harapiento colgado de un perchero.

Otro maravilloso poeta fue William Blake, a quien llegaron a considerar demente. Blake fue muy prolífico, pero tal vez lo que más lo ha dado a conocer es este fragmento:

“Ver el mundo en un grano de arena y el cielo en una flor silvestre; tener el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora… Se nos conduce a creer una mentira cuando vemos con, y no a través de, el ojo, que nació en una noche para morir en una noche, mientras el alma dormía entre rayos de luz”.

Ese cuerpo en el que estás nació una noche para perecer una noche. Pero la parte infinita de ti está entre rayos de luz y no tiene principio ni fin.

En términos generales, cuando hablo de una solución espiritual a cada problema, me refiero a alcanzar la comprensión de nuestra dimensión infinita.

Cuando alcanzas un nivel de consciencia en el que puedes verte como ese ser espiritual que en verdad eres, todos tus miedos desaparecen y eres capaz de rendirte.

Recuerdo que al final de una conferencia una de mis lectoras me dijo: “La verdad es que no he sacado mucho provecho de tu libro, salvo que ya no tengo temor a la muerte”. Solo puedo decir que ese me parece un aprovechamiento bastante aceptable.

La verdad es que cuando llegas a la rendición y comprendes la naturaleza infinita de tu ser, que significa que esa parte invisible de ti es en verdad infinita, el miedo a la muerte desaparece.

Cuando Maslow describió las deficiencias de las personas que viven en la autorrealización, afirmó que la principal falla de estas personas es que superan la muerte casi como si no hubiera ocurrido, porque para ellos es así.

El poeta sufí Rumi escribió: «Vi a la pena bebiendo una taza de tristeza y le dije, “Sabe dulce, ¿verdad?”. La pena me respondió: “Y tú has arruinado mi negocio. ¿Cómo puedo vender tristeza cuando sabes que es una bendición?”».

De modo que este aspecto tiene que ver con encontrar ese espacio infinito en tu interior, conocerlo y poder acceder a él sabiendo que no puedes morir, porque la parte de ti que es infinita nunca nació y nunca morirá; no tiene ni principio ni fin.

Cuatro: El poder de vaciar tu mente. Esto significa llegar a un estado de total tranquilidad, que da la posibilidad de dejar fluir las ideas.

Muchas veces he dicho que la meditación es una parte muy importante del proceso espiritual.

No le pido a la gente que medite para relajarse, sentirse en paz, encontrar armonía o lucir más joven. Aun cuando todo esto se consigue con la meditación, esos beneficios no constituyen la razón fundamental para practicarla.

La razón por la que debes meditar es que la meditación es la única manera en la que puedes llegar a conocer a Dios.

Eso es cierto, porque Dios es el único poder en el universo.

La mayoría de nuestros “problemas” se generan por creer que existen dos poderes, el poder de Dios y el poder de su opuesto.

Sin embargo, debo enfatizar una y otra vez que existe solo un poder, y todo lo que no parezca pertenecer a Dios, en verdad se corresponde con el mismo poder de Dios alejándose de su fuente, alejándose de Dios. Es amor avanzando en la dirección equivocada.

Quisiera mencionar tres citas tomadas de las Sagradas Escrituras: “Dios es demasiado puro para notar la perversidad”. Esto significa que cuando eres Dios, la maldad no es posible.

La segunda cita dice: “Dios creó todo lo que existe, y todo lo que Dios creó era bueno”.

La tercera cita es: “Tus ojos son demasiado puros para observar la maldad, no puedes tolerar lo que no es bueno”.

El sagrado Corán nos ofrece: “Cualquier cosa buena que tengas proviene de Dios. Cualquier cosa mala que tengas proviene de ti mismo”.

Albergar el mal es como hacer una excursión por la mente, en la que te percibes a ti mismo como separado, en lugar de conectado, y en la que permites que ese pensamiento se haga tan poderoso que impacte tu cuerpo, tus relaciones y a la colectividad en la que vives.

De esa idea de separación creamos con nuestra mente esta categoría de cosas que llamamos “problemas” que, como nos dice Un curso de milagros, son solo ilusiones.

¿Cómo se relaciona esto con vaciar la mente?