Descubre Cómo El Poder del Universo puede ser Tuyo. Manifiesta sin Límites. Dr. Wayne Dyer en Español.
¿Qué es lo que nos impide alcanzar todo lo que deseamos?
Quiero considerar aquí algunos de los obstáculos que nos dificultan el acceso a la manifestación, porque nos impiden comprender cómo podemos invocar todo el poder de la fuente de intención.
En muchos casos estos obstáculos tienen que ver con lo que llamo nuestro dialogo interior.
¿Cómo hablamos con nosotros mismos?
[Video] Wayne Dyer en Español
Para muchos es conocido un programa de televisión llamado The match game (El juego de las coincidencias).
En este juego hay dos equipos, cada uno conformado por dos participantes y una celebridad. El conductor del programa hace una pregunta y los participantes tratan de que sus respuestas coincidan y de que al menos una coincida con la respuesta que da la celebridad que está en su equipo.
Me gustaría que a medida que lees esto juegues este juego conmigo, pero en lugar de tratar de coincidir con un compañero para ganar un premio, quisiera que pensaras en términos de coincidir con el campo de la manifestación, con la fuente.
Quiero proponer cuatro categorías para clasificar las formas en que hablamos con nosotros mismos.
La primera es concentrar nuestros pensamientos y nuestro diálogo interno en lo que falta en nuestra vida. Esto es un obstáculo para conectarnos con la manifestación.
Si piensas en lo que no tienes en tu vida y aquello en lo que piensas es lo que se expande, entonces tus carencias son lo que seguirá expandiéndose en tu vida, aun cuando eso sea algo que te moleste y que desees superar.
La manera de cambiar esto es dejar de concentrarnos en lo que no tenemos. Ten en cuenta que cada vez que hablas con alguien por teléfono y le comentas acerca de tus privaciones estás atrayendo más carencias a tu vida.
Así que, si hablas de que no tienes suficiente dinero, de que tu pareja no te da lo que piensas que debería darte, de lo precaria que es tu casa, de que tu trabajo no es el apropiado, de que tus hijos no te respetan o de cualquier otra cosa con la que no te sientas satisfecho, eso seguirá formando parte de tu vida.
Es bueno que observes que las personas altamente funcionales, que están conectadas a la fuente, nunca hablan acerca de lo que falta en sus vidas. En lugar de eso, hablan de lo que intentan crear y manifestar, porque saben que sus carencias se harán más persistentes mientras más hablen de ellas.
Aquí te presento unos pocos ejemplos del juego de las coincidencias basados en la idea de no pensar en lo que falta. Esto significa que cuando hablamos de coincidencia, nos referimos a cómo hay que pensar para coincidir con la fuente de intención y cuando hablamos de no coincidencia, se trata de los pensamientos o declaraciones que resaltan lo que nos falta o los aspectos que consideramos deficiencias o defectos.
La no coincidencia: “No tengo suficiente dinero”. Esto es algo que se oye mucho decir a la gente
He aquí la coincidencia con la intención, en el mismo asunto: “Tengo la intención de atraer abundancia ilimitada a mi vida”.
En lugar de enfocarte en decir que no tienes bastante dinero, afirma que intentas atraer toda la abundancia que quieres en tu vida y de forma ilimitada.
Tal vez piensas: “Bueno, eso es tonto”, pero la verdad es que si comienzas a prestar atención al hecho de que no tienes lo suficiente, seguirás padeciendo esa carencia.
La gente dice una y otra vez: “Sí, pero ¿y qué hay de toda la gente que vive en el mundo en condiciones de extrema pobreza?”.
Bueno, ¿quién crees que son los que más necesitan escuchar este mensaje?
Lo importante es que entiendas que no puedes atraer abundancia a tu vida pensando en la pobreza. Por otra parte, no importa que tan pobre te vuelvas o te sientas, eso no contribuirá de ninguna forma a mejorar la situación de aquellos que están atrayendo muy poco dinero a sus vidas.
Es algo que incluso los gobiernos que hemos creado en todo el planeta son incapaces de hacer. Tratan de hacerlo tomando dinero de aquellos que tienen la habilidad de atraer esa energía a sus vidas. Luego, lo redistribuyen dándoselo a personas que no atraen mucho a sus vidas.
El problema es que aquellos que no atraen lo suficiente a sus vidas continúan sin hacerlo y los que sí tienen la habilidad, continúan haciéndolo. Alguien dijo una vez que puedes tomar todo el dinero en el mundo y distribuirlo en todo el planeta, y en unos pocos años el dinero regresará adonde estaba antes.
Lo que ocurre es que el dinero no es más que un sistema de energía, y los que tienen la habilidad de atraerla seguirán captando dinero.
Si llegas a tomar todo su dinero y se lo das a otras personas que no tienen esa habilidad, no cambiarás nada. Las personas que no son capaces de atraer abundancia a sus vidas seguirán sin tener lo suficiente, mientras que las que si pueden atraer abundancia, nunca carecerán de nada.
Tengo muchos ejemplos de esto en mi propia vida, con familiares y amigos.
Yo he sido capaz de atraer una abundancia ilimitada a mi vida desde que era un niño pequeño y vivía en un orfanato. Para mí eso siempre fue fácil y cuando he tratado de pasar esa riqueza a miembros de mi familia o amigos a quienes he mantenido y a quienes incluso les he comprado viviendas.
Nunca han tenido suficiente. Siempre dicen: “Es que tú eres tan afortunado, que simplemente sigues atrayendo más y más dinero”.
Lo que ocurre es que yo estoy absolutamente convencido de tener la capacidad de atraer abundancia a mi vida y en consecuencia actúo con base en esa convicción. Por eso atraigo y creo abundancia en mi vida.
Del mismo modo, si vives de acuerdo con un modelo de consciencia basado en la escasez, si es eso en lo que crees, entonces sin importar que tanto alguien más pueda darte o ayudarte, tu situación seguirá igual.
Te reitero que no se trata de cuánto tienes, sino de la clase de energía que atraes a tu vida. Así que si crees que el mundo es un lugar que no va a proveerte de lo que necesitas, eso es lo que seguirás atrayendo.
En ese caso, es necesario cambiar el sistema de energía. Hay que cambiar la coincidencia.
Este es otro ejemplo de no coincidencia: “Mi pareja es irritable y aburrida”. Estoy hablando de algo que considero deficiente.
Una posible coincidencia sería: “Tengo la intención de concentrar mis pensamientos en lo que me gusta de mi pareja”. Esto es una coincidencia con el campo de intención y puedes ver que no coincide con lo que falta en mi vida, sino con lo que quiero crear.
No debes concentrarte en lo que no te gusta de otra persona, más bien presta atención a lo que amas de esa persona, porque tu vínculo con cualquier otro ser no depende del otro, depende de lo que está en tu mente.
Nunca podrás ubicarte tras los ojos de otra persona y transformarte en ella, lo único que puedes hacer es procesar tu percepción de ella con tus pensamientos.
Por lo tanto, si piensas en las deficiencias y en lo que no te gusta de alguien, eso es lo que definirá tu relación con esa persona.
Si en lugar de eso puedes cambiar tus pensamientos y considerar lo que el otro es en realidad y lo que te gusta de eso, entonces será eso lo que defina tu relación.
Esto es una muy buena recomendación para tu relación con tus hijos, porque a diferencia de lo que ocurre con una pareja, no puedes divorciarte o separarte de ellos, aun cuando existan muchas cosas que no te gusten de sus personalidades.
En ocasiones se habla todo el tiempo a los hijos de sus defectos y de cómo deberían ser. Si en lugar de eso le prestas atención a lo que te gusta de sus formas de ser y se los transmites, estás en una coincidencia con la fuente.
Veamos otros ejemplos de no coincidencia y coincidencia.
La no coincidencia con la fuente de intención: “No soy tan atractivo como me gustaría ser”.
La coincidencia con la fuente de intención es: “Soy perfecto a los ojos de Dios. Soy una manifestación divina del proceso de creación”.
No existe tal cosa como la falta de atractivo. Así que puedes decir: “Me veo a mí mismo como un ser atractivo y no me comparo con otros”. Eso es lo que corresponde a estar conectado con la fuente de la que emanaste.
Nuevamente, la no coincidencia es lo que expresas al concentrarte en lo que consideras deficiente.
La no coincidencia: “No me prestan la suficiente atención”. Eso es lo que falta.
La coincidencia: “Estoy satisfecho conmigo mismo y no necesito ser tomado en cuenta por otros para ser feliz”.
Ten en cuenta que hay una diferencia muy sutil en la forma en que procesas estas ideas en tu mente.
La no coincidencia: “No tengo suficiente vitalidad y energía”.
La coincidencia: “Soy parte de la marea en la fuente ilimitada de toda la vida y fluyo con ella. Tengo tanta energía como decido tener”.
En resumen, el obstáculo que hemos descrito aquí es el que generamos cuando prestamos atención a lo que no está presente o a las deficiencias, en lugar de concentrarnos en lo que queremos que se materialice en nuestra vida.
En la segunda categoría tenemos el obstáculo que consiste en dedicar nuestros pensamientos a las circunstancias de nuestra vida.
Si piensas en lo que es tu realidad en un momento dado y eso no te gusta, seguirás atrayendo a tu vida más de esa realidad.
Las personas altamente funcionales, que están conectadas a la intención, nunca piensan en lo que es su situación actual si eso no les gusta, en lugar de eso transforman sus pensamientos y prestan atención a lo que están tratando de crear.
No debes ir por ahí pensando constantemente en todo lo que te ha pasado en la vida o en lo que está ocurriendo actualmente, a menos que quieras más de eso en tu vida.
Aquí jugamos nuevamente a las coincidencias, para cambiar la forma en que pensamos.
La no coincidencia: “Odio este lugar en que vivimos. Me da escalofríos”.
La coincidencia: “En mi mente puedo ver nuestra nueva casa y tengo la intención de estar viviendo en ella en un plazo de seis meses”.
Si estás pensando: “Pero eso es absurdo. No puedo encontrar una nueva casa tan pronto”, eso se llama resistencia. En el momento en que dices que es absurdo, que es imposible o que simplemente no puedes transformar tus pensamientos de esa forma, es el ego el que se expresa mediante esos pensamientos.
Por lo tanto, esos no son los pensamientos de la mente divina. La mente divina no tiene límites, tiene abundancia ilimitada y tú provienes de ese campo universal. Por eso puedes atraer y tener cualquier cosa en la que concentres tu atención.
Tu mente te dice: “Pero yo no he hecho eso nunca antes, por lo tanto no creo poder hacerlo ahora”, “No puedo tener eso”, y otras cosas similares.
Sin embargo, son muchas las cartas que he recibido a lo largo de los años, desde que hago este tipo de trabajo, en las que la gente me dice: “Encontré la casa de mis sueños, imaginándola y diciéndome simplemente que iba a aparecer en mi vida. No tenía el dinero para costearla, pero de alguna manera el dinero apareció”.
La no coincidencia: “Cuando me veo a mi mismo en el espejo, detesto ser miope y no estar en forma”.
La coincidencia: “Estoy colocando en mi espejo esta ilustración de cómo tengo la intención de lucir”.
En lugar de hacer énfasis en que no te gusta que tu cuerpo esté fuera de forma, piensa en cómo deseas que luzca.
Debes imaginarte rodeado de las condiciones que quieres crear en tu vida porque cada vez que tienes un pensamiento sobre lo que no te gusta, es en esencia eso lo que continuas atrayendo.
Por otra parte, si estableces una imagen de lo que te gustaría y te contemplas en medio de las condiciones que tratas de manifestar, comenzarás actuando de acuerdo con esa imagen, no podrás hacer otra cosa, y así coincidirás con el campo de intención.
Recuerda siempre que llegaste aquí como un ser perfecto, proveniente de una fuente de bienestar.
La no coincidencia: “No me gusta el trabajo que hago ni el hecho de que no me siento apreciado”. Estás hablando de tu situación actual y eso constituye un obstáculo.
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La coincidencia: “Procederé de acuerdo con mis impulsos intuitivos interiores para crear el empleo de mis sueños”. Al decir eso estas declarando que tienes la intención de crear el empleo perfecto para ti.
Tal vez no sepas en el momento cómo vas a hacerlo, pero debes contemplarte rodeado por las condiciones en las que se desarrolla este trabajo que quieres y así lo vas a atraer a tu vida.
Verás que el universo te responderá con eso que quieres.
Si afirmas: “Eso es ridículo”, también tienes razón ante el universo, que lo considerará ridículo y no propiciará que funcione, porque si eso es lo que tú concibes, eso es lo que el universo te devolverá. Eso es resistencia.
La no coincidencia: “Odio estar enfermo con tanta frecuencia, todo el tiempo me dan resfriados”. Esta es una forma de prestarle atención a una circunstancia de tu vida que no te gusta.
La coincidencia: “Soy la salud divina. Tengo la intención de actuar de manera saludable y atraer el poder de fortalecer mi sistema inmune de todas las formas posibles”.
En lugar de ir a la fuente universal a pedirle que me sane, me veo a mi mismo como salud, porque la fuente universal no sabe nada de lo que falta y por eso no puede reaccionar ante la falta de salud, sino que confirmará cualquier creencia en las carencias o deficiencias.
La no coincidencia: “Estoy cansado de tener conflictos y peleas con mi familia todo el tiempo”.
La coincidencia: “Cada persona en mi vida está aquí por una razón. Tengo la intención de amarlos, sin importar cómo se comporten conmigo”.
En la tercera categoría consideramos el obstáculo, que también se presenta como un diálogo interior, que consiste en poner tu atención en la forma en que las cosas ocurren siempre.
Me gusta mucho un poema de Omar Khayyam, escrito hace mil años:
“El dedo en movimiento escribe, y tras escribir sigue adelante. Ni toda tu devoción, ni todo tu ingenio pueden hacer que retroceda y cancele tan solo media línea. Ni todas tus lágrimas pueden borrar una sola palabra de lo ya escrito”.
Te presento ahora algunas de las formas en que se nos presentan los pensamientos de resistencia en este caso.
La no coincidencia: “Siempre he sido pobre. Crecí rodeado de carencias. Es así como siempre ha sido”.
La coincidencia: “Tengo la intención de atraer riqueza, prosperidad y abundancia ilimitadas”.
Todo lo que tienes que hacer es decirlo, como lo he estado haciendo yo desde que era un niño. Ahora, que tengo 63 años, la abundancia viene a mí de forma tal que no me da tiempo a dar a otros lo que recibo antes de que siga fluyendo hacia mí.
Sé que muchos me escribirán sugiriendo dónde puedo colocar mi exceso de abundancia. Pero el hecho es que si te lo doy a ti y tú sigues creyendo que la única forma de tener prosperidad es teniendo a alguien que te la proporcione, nada cambiará para ti pues todavía crees en las carencias.
Es decir, todavía crees que no tienes la capacidad para atraer la prosperidad a tu vida.
Piensa que solo porque algo ha sido siempre de una forma no significa que tiene que seguir siéndolo y si no abandonas cualquier sistema de creencias que tengas en torno a lo que siempre ha sido, estás creando resistencia a conectarte con la intención.
La no coincidencia: “En esta relación siempre hemos peleado”. Esto es algo que he escuchado muchas veces.
La coincidencia: “Voy a esforzarme para tener paz interior y no permitir que nadie me desaliente. Esa es mi intención”.
La no coincidencia: “Mis hijos nunca me han respetado. Es así como siempre ha sido”.
La coincidencia: “Tengo la intención de enseñar a mis hijos a respetar toda forma de vida, y yo los trataré de la misma manera. Esa es mi intención”.
Puede que estés pensando: “Suena muy bien, pero no conoces a mis hijos”. En ese mismo instante creas resistencia y cuando lo haces detienes el flujo que permite que cosas portentosas te ocurran. Dejas de invocar el poder de la fuente divina.
La no coincidencia: “Siempre he sido no atlético y torpe. Creo que lo heredé de mi madre”.
La coincidencia: “Yo soy perfectamente capaz de ser cualquier cosa que me proponga ser, y me veo a mí mismo como un ser de gran agilidad y elegancia. Eso es lo que tengo la intención de manifestar en mi vida”.
Esto no tiene nada que ver con lo que siempre ha sido. Si piensas en la forma en que siempre han sido las cosas, pese a que aborreces lo que siempre ha sido, no te sorprendas si eso continúa caracterizando tu vida.
La no coincidencia: “No puedo evitar sentirme de esta forma, es mi naturaleza. Siempre he sido así”. Es impresionante cuánta gente dice eso.
La coincidencia: “Soy una creación divina, capaz de pensar como mi creador. Tengo la intención de sustituir los sentimientos de ineptitud por sentimientos de amor y bondad. Es lo que elijo”.
En resumen, las tres primeras categorías de obstáculos son pensar en: lo que falta, lo que es y lo que siempre ha sido.
Finalmente, la cuarta categoría de pensamientos que constituyen obstáculos, la forman pensamientos acerca de lo que otros quieren para ti. Este obstáculo se presenta al concentrar tus pensamientos y tu atención en lo que otras personas han determinado que debe ser tu vida.
Hay mucho que decir acerca de esto, de hecho algún día escribiré un libro sobre el tema y lo titularé algo así como Tus amigos son la forma en que Dios se disculpa por tu familia. Porque hay mucho en esto que tiene que ver con lo que tu familia ha planeado para ti.
La gente me ha dicho muchas veces cosas como: “Pero es que mi familia espera esto de mí”, “Eso es lo que esperan mis padres de mí”, “Mi madre piensa de esta manera”, “Mis abuelos hicieron esto y yo siempre…”.
El hecho es que las personas piensan mucho en esto y acaban contemplándose rodeadas por condiciones que otros han concebido para ellas y les han impuesto. Al mismo tiempo, se preguntan por qué esas condiciones siempre están presentes en sus vidas.
Uno de los últimos capítulos en El poder de la intención se titula: “Es mi intención estar en paz con todos mis familiares”.
Aquí te presento algunas coincidencias y no coincidencias.
La no coincidencia: “Estoy tan molesto con mi familia. Ellos simplemente no me entienden, nunca lo han hecho”. Cuando piensas y hablas de esta forma e insuflas esa energía en el mundo, continúas atrayendo a gente de tu familia que no te entiende. Luego te preguntas por qué esos personajes no dejan de estar en tu vida.
La coincidencia: “Amo a mi familia. Ellos no ven las cosas de la misma manera que yo, y no espero que lo hagan. Estoy totalmente concentrado en mis propias intenciones y a mi familia le envío amor. Esa es mi intención”.
La no coincidencia: “Me pone enfermo tratar de complacer a todo el mundo”.
La coincidencia: “Tengo un propósito y estoy haciendo aquello con lo que estoy comprometido en esta vida”.
La no coincidencia: “Me siento tan poco apreciado por aquellos a los que me entrego, que algunas veces lloro”. Eso también lo he escuchado muchísimas veces, en particular de madres en relación con sus hijos.
La coincidencia: “Hago lo que hago porque es mi propósito y mi destino hacerlo. Es mi elección y no lo hago para ser apreciado. Lo hago porque es lo que me comprometí a hacer y en el momento en que ya no quiera seguir haciéndolo, dejaré de hacerlo”.
La no coincidencia: “No importa lo que yo haga o diga, parece que nunca puedo ganar”.
La coincidencia: “Hago lo que me dice mi corazón y lo hago con amor, bondad y divinidad”.
La no coincidencia: “Ellos nunca dejan de criticar y quejarse”.
La coincidencia: “Tengo la intención de expresar plenamente mi esencia”.
Nuestro proceso de pensamiento no es más que el sistema de energía que tenemos para atraer lo que queremos en nuestra vida.
Como puedes ver, todo este diálogo interior hace que usemos ese proceso de pensamiento para perpetuar lo que no queremos en nuestras vidas.
El diálogo interior nos ha condicionado y hemos sido casi destruidos por esta energía que continuamente enviamos a nuestro mundo interior acerca de lo que nos falta, de las condiciones en nuestro entorno que no nos gustan, de lo que siempre ha sido o de lo que otros piensan, dicen o esperan de nosotros.
Esto se convierte en nuestro diálogo interior perpetuo y al no entender que vivimos en un universo de atracción, en el que atraemos lo mismo en lo que concentramos nuestra atención, fijamos nuestra atención en cosas que no queremos en nuestras vidas.
Para cambiar eso, debemos reorientar nuestros pensamientos y llevarlos a un lugar de divinidad.
Para aprender a cambiar los pensamientos de manera radical, lo primero es siempre decirnos: “Me quiero sentir bien”. “Elijo sentirme bien”. “Elijo sentirme Dios”.
No debemos permitir que estos obstáculos sigan impidiéndonos obtener lo que queremos. Debemos controlar nuestro diálogo interior y, sin importar lo que pase, no debemos dejar que fluya en nosotros un sistema de energía que atraiga más de lo que no queremos.
Así comenzarás a cambiar tus pensamientos y tu vida.
Para finalizar, quiero relatarles algo que le ocurrió a mi hija Summer, que tiene veinte años. Ella adora trabajar con caballos. Eso siempre ha sido su pasión, su vida.
Ella estaba trabajando en un establo dando lecciones de equitación a niños pequeños, pero se sentía muy poco valorada en ese trabajo y lo dejó, por lo que estaba muy molesta.
Cuando hablamos de eso, yo le dije: “Summer, trabajar con caballos es tu vida, es lo que quieres hacer. Siempre has sido completamente feliz cuando estás en un caballo, y tú lo sabes. Debes contemplarte a ti misma rodeada por las condiciones que quieres producir en tu vida.
”Ten eso siempre en mente. Y recuerda que no se trata de si estás o no conectada a la intención, porque siempre lo estás. Lo que hay que determinar es cuan corroído está tu vínculo con la intención y si estás lista para renovarlo y reconectarte a la fuente”.
Al día siguiente me llamó y me comentó: “He estado pasando en el auto por el mismo sitio por los últimos tres o cuatro meses. Nunca había notado que en un poste de teléfono que allí hay un anuncio. Me paré a leerlo y ofrecía un trabajo como instructor de equitación para niños, para alguien que amara los caballos.
”Pues bien, llamé y me ofrecieron el trabajo por teléfono, pagándome el doble de lo que me pagaban en el otro trabajo”.
El aviso había estado allí todo ese tiempo, pero ella no estaba lista. Se estaba contemplando a sí misma en condiciones que a ella no le gustaban y esas mismas condiciones persistían en su vida.
Cuando ella cambió sus pensamientos y los reorientó hacia lo que sí quería tener en su vida, eso fue lo que encontró.
Sea lo que sea que te interese atraer a tu vida, cuando estés listo lo atraerás.
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