🔴 Esto Funciona Como Magia. Dr. Joe Dispenza en Español

No, tu interior no hará nada hasta que tú inicies algún tipo de cambio. De modo que dirás: “Voy a dejar de culpar, de quejarme, de poner excusas, de sentir autocompasión y de juzgar a otras personas”.
En ese momento es cuando te encuentras cruzando el río y sientes que algo te hala, desde tu cerebro y tu cuerpo, para que vuelvas hacia el pasado conocido.
Pero si cada día persistes en trabajar y practicar para cambiar pasarás de un estado de tu ser a otro. Comenzarás a pensar de otra manera. Surgirán preguntas como: “¿Qué pensamientos quiero liberar en mi cerebro?”, “¿Qué comportamientos quiero exhibir durante el día?”.
Puedes comenzar con el simple acto de cerrar tus ojos y ensayar en tu mente lo que vas a hacer. De ese modo comienzas a instalar un nuevo hardware neurológico en tu cerebro, para que luzca como si ya lo hubieras hecho.
Ahora, el cerebro ya no será un registro del pasado, sino un mapa hacia el futuro.
Si te mantienes trabajando en ese hardware, una y otra vez, se transformará en un software y ¿quién sabe?, puede que comiences a actuar como una persona feliz.
No hay ninguna magia en esto. En verdad estarías siguiendo las pautas para imprimir información en tu cerebro. No es diferente a entrenarse en un deporte, aprender a bailar o adiestrarse en cualquier otra actividad.
Cuando tu entorno te distrae y te sumerges, por ejemplo, en las redes sociales, esa actividad y los sentimientos que genera acaparan tu atención.
Ahora bien, supón que le dices a una persona que se siente, cierre sus ojos y permanezca en silencio, aislada de cualquier estímulo externo, así como cuando le dices a un animal que se quede quieto.
Será un gran desafío si a continuación le dices: “No vivirás tu futuro como el pasado con el que estás familiarizado. Tu futuro ya no será predecible. No pensarás en cuánto tiempo estarás meditando o qué vas a hacer después. Solo vas a obrar para este momento presente”.
Al hacer esto, la persona piensa que está haciendo algo malo por la gran incomodidad que le produce. Pero en realidad está haciendo lo correcto, solo que está en el ámbito de lo desconocido.
Algunos dicen: “Creo que no estoy meditando como se debe”. Yo les digo: “No, no. Lo estás haciendo bien”, porque cuando observas que tu cuerpo se quiere levantar a revisar el teléfono o ir a tomar una taza de café, y eres consciente de que está en piloto automático, pero le dices: “No, vuelve aquí” y retornas al momento presente, estás ejecutando un acto voluntario que es más poderoso que el programa que suele manejarte.
Si la persona se siente molesta mientras está sentada meditando, y al notar que su cuerpo se exalta y se acelera lo calma y lo coloca de nuevo en el estado de meditación, le está transmitiendo a su cuerpo el mensaje de que ya no es la mente, de que ahora la persona es la mente.
Esto es algo sobre lo que hemos investigado. Es un proceso tedioso al principio, porque es David luchando contra Goliat. Pero si persistes en la práctica es como cualquier otro entrenamiento, como cuando entrenas a un animal. Tarde o temprano el cuerpo cede y se encuentra entrenado para una mente nueva.
Cuando eso ocurre, se produce una liberación de energía. El cuerpo pasa de ser partícula a ser onda, de materia a energía, y así esa emoción, que mantenía al cuerpo anclado al pasado, se libera en forma de energía.
Si una persona tiene una emoción muy fuerte por alguna circunstancia en su vida, y está trabajando para hacerla menos intensa, verá que mientras más reduzca la intensidad de esa emoción, menos atención le dedicará a la circunstancia que la produjo. Esto le permitirá recuperar su poder.
Esto hace que la persona conforme su propio campo energético, que le proporcionará energía para sanar, para crear una vida nueva y para vivir un momento místico, porque ha superado su antigua personalidad.
Considero que lo más importante no es tener pensamientos positivos, ese no es mi mensaje. Lo que debemos hacer es superarnos una y otra vez a nosotros mismos, hasta que nos transformemos en alguien diferente.
Cuando eso ocurre, y la persona comienza a pensar, a actuar y a sentir de una manera diferente, la personalidad ha cambiado, y se comienzan a ver sincronías y serendipias en la vida.
Al cruzar ese río de cambios, el proceso creativo se vuelve muy estimulante, porque comienzas a considerar los pensamientos que quieres que se disparen y se consoliden en tu cerebro y la clase de atención e intención que quieres prestar.
Eso se transformará en la voz más fuerte que resuene en tu cabeza y, si persistes con la práctica, el hardware se convertirá en un software, y pienso que a partir de ese momento podrás hacer cualquier cosa, vivirás fuera del tiempo y podrás lograrlo todo. No tendrás límites.
Solo tienes que permanecer en ese lado, el de la grandeza. Ahí puedes programar lo que quieras. Puedes sentarte y pensar en cómo quieres ser con tu pareja, con tus hijos, con tus compañeros de trabajo o cuando te encuentres en medio del tráfico.
Lo único que tienes que hacer es cerrar tus ojos y comenzar a ensayarlo en tu mente. Si en verdad estás presente, tu cerebro no podrá distinguir la diferencia entre la experiencia de la vida real y lo que estás imaginando.
El cerebro pasa de ser un registro del pasado a ser un mapa hacia el futuro. Ese hardware que estás instalando se ejecutará de manera automática a medida que sigas practicando, y es muy probable que comiences a actuar de manera diferente.
Si además te dices: “No voy a esperar a estar sanado para sentir gratitud y no voy a esperar por mi nueva relación para sentir amor. Lo que voy a hacer es enseñar a mi cuerpo, a nivel emocional, cómo se siente ese futuro, antes de que ocurra”, eso constituirá una transformación importante en la mayoría de los casos.
En general confiamos mucho en que el mundo exterior es el que cambia nuestro mundo interior, pero esta será una manera de crear más experiencias desde nuestro interior.
Pienso que provenimos de la fuente, de una singularidad de la unicidad, y hemos descendido a la densidad del mundo material, siendo engañados por nuestros sentidos, que nos hacen creer que estamos separados.
Pero cada ser tiene una chispa de divinidad en su interior. Lo que ocurre es que nos hemos separado tanto que ahora es nuestro libre albedrío el que debe responder a la pregunta: ¿existe algo más? Esta pregunta surge porque si te consideras un ser individual, con el tiempo te sentirás un poco hastiado.
En el momento en el que haces esa pregunta, dejas de ser una unidad para convertirte en algo más. Serás una consciencia diferente, separada de la individualidad.
De modo que pienso que vivimos la vida y cuando podemos predecir la sensación de todo lo que podría ocurrirnos nos sentimos aburridos, y ya no nos impresiona nada ni nadie. Es entonces cuando nos preguntamos si hay algo más.
Es en ese momento cuando el alma responde y se produce un despertar, y de repente comenzamos a recibir información por diferentes vías, libros, internet o personas que conocemos, y todo se vuelve estimulante.
Es así como funciona el universo. Cuando salimos de lo conocido pienso que podemos tener muchas experiencias increíbles que se encuentran en el ámbito de lo desconocido.
Al final, cuando el viaje concluye y has evolucionado, tomas esa sabiduría y dices: “Esto es lo que he aprendido. Resultó atemorizante, pero tengo una gran historia que contar”.
Luego te preguntas de nuevo: “¿Existe algo más?”. Y aquí comienzas de nuevo. Este proceso nunca termina. Esa es mi teoría.