Descubre Por Qué Esto TE HACE DÉBIL y No te das Cuenta. Cómo Hacer para Llenarse de Energía Positiva por Wayne Dyer.
William James, el padre de la psicología, dijo: “Cree en que la vida vale la pena vivirla, y tu creencia ayudará a crear ese hecho”.
William Shakespeare dijo: “Nada es, a menos que nuestro pensamiento haga que lo sea”.
Cada uno de los pensamientos que tienes puede valorarse en términos de si te fortalece o te debilita.
De hecho, hay una prueba muy sencilla que puedes hacer para comprobar cualquier pensamiento que estés teniendo en este momento.
Funciona así: extiende tu brazo hacia un lado de tu cuerpo y pídele a alguien que te presione el brazo hacia abajo mientras tú te resistes a bajarlo. Piensa en decir una mentira, y nota lo débil que eres en comparación a cuando piensas en decir una verdad. Esto puede hacerse con cualquier pensamiento que suscite una reacción emocional.
[Video] Wayne Dyer en Español
En un libro titulado El poder frente a la fuerza, el Dr. David Hawkins explica en detalle este método y presenta un mapa de la consciencia para mostrarte cómo cada pensamiento cuenta para debilitarte o fortalecerte.
La sabiduría auténtica es la habilidad de vigilarte a ti mismo todo el tiempo para determinar tu estado relativo de debilidad o fortaleza, y desplazar esos pensamientos que te debilitan.
De esta manera, te mantienes en un estado de consciencia optimista y más elevado. Además evitas que tus pensamientos debiliten cada uno de los órganos en tu cuerpo.
Cuando usas tu mente para empoderarte, estás apelando a aquello que te anima y eleva tu espíritu.
El poder te insta a vivir y desempeñarte a tu nivel más elevado, y es compasivo. Por otra parte, la fuerza implica movimiento. Esto es diferente del poder, que es un campo estable que nunca se mueve contra nada.
Dado que la fuerza está en movimiento siempre crea una fuerza contraria. Esa fuerza contraria constantemente consume energía, se alimenta de ella. En lugar de ser compasiva, la fuerza está asociada al juicio, a la competencia y al control de otros.
Por ejemplo, en un evento deportivo, tus pensamientos se concentran en superar a tu oponente, en ser mejor que otro y en jugar y ganar a cualquier costo. Toda la estructura muscular de tu cuerpo se ve de hecho debilitada porque los pensamientos de fuerza te debilitan.
Por otra parte, si en medio de una competencia deportiva, puedes mantener tus pensamientos en rendir al máximo de tu capacidad, utilizar tu fuerza interior para reunir la energía necesaria para ser tan eficiente como te sea posible y tener un gran respeto por las habilidades que Dios te ha dado, te estarás potenciando a ti mismo.
Un pensamiento de fuerza requiere una fuerza contraria y una batalla que debilita, mientras que un pensamiento de poder te vigoriza, porque no hay ninguna fuerza contraria en juego que consuma tu energía. Los pensamientos de poder te energizan porque no demandan nada de ti.
Pensamientos que te debilitan
Si un simple pensamiento puede hacer que los músculos de tu brazo se debiliten o se fortalezcan, imagina lo que debe hacer a todos los otros músculos y órganos de tu cuerpo.
Tu corazón es un músculo que se debilita por los pensamientos que te quitan poder. Tus riñones, tu hígado, tus pulmones y tus intestinos están todos rodeados de músculos que se ven afectados por tus pensamientos.
El pensamiento que más debilita a la mayoría de las personas es la vergüenza.
La importancia de perdonarte a ti mismo no puede ser expresada con suficiente fuerza. Si llevas contigo pensamientos de vergüenza por lo que has hecho en el pasado te estás debilitando a ti mismo, tanto física como emocionalmente.
De manera similar, si induces vergüenza y humillación en otro para que se reforme, vas a crear una persona debilitada que no podrá empoderarse hasta remover esos pensamientos de vergüenza y humillación.
Remover tus propios pensamientos de vergüenza requiere disposición a dejar ir, a considerar tus comportamientos del pasado como lecciones que has aprendido y a reconectarte con tu fuente a través de la oración y la meditación.
Después de los pensamientos de vergüenza, los pensamientos de culpa y apatía son los que más te debilitan. Estos pensamientos producen emociones de reproche y desesperación.
Vivir con culpa es malgastar tus momentos del presente inmovilizándolos por lo que ya ha ocurrido. Ninguna cantidad de culpa podrá jamás deshacer lo ya hecho.
Si tu comportamiento del pasado te motiva a aprender de tus errores, eso no es culpa, es aprender del pasado. Pero inquietarte en el momento presente por tus supuestos errores es culpa, y solo puede tener lugar en el ahora.
Liberar la culpa es como remover un enorme peso de tus hombros. La culpa se libera mediante pensamientos que te empoderen, como son los pensamientos de amor y respeto por ti mismo.
Te empoderas con amor y respeto, dejando ir las ideas convencionales de perfección y rehusándote a dilapidar esa preciada divisa de tu vida que es el ahora, con pensamientos que solo siguen frustrándote y debilitándote.
En lugar de eso, puedes comprometerte a ser mejor de lo que solías ser, lo cual constituye la verdadera prueba de nobleza.
Los pensamientos de apatía crean desesperación. Son los pensamientos que evitan que te comprometas con la vida. La apatía surge de la autocompasión y de una necesidad de estar continuamente entretenido para evitar el aburrimiento. Nunca puedes sentirte apático o solitario si amas a la persona con la que estás cuando estás solo.
Cada momento de cada día ofrece una cantidad ilimitada de opciones para vivir plenamente y conectarse a la vida. No necesitas tener constantemente un televisor o una radio a todo volumen para evitar la apatía. Tienes tu propia mente, que es un reino de potencial incalculable.
Cada día puedes elegir despertarte y decir: “Buenos días, Dios” o “Dios mío, un día más”. Es siempre una elección.
Todos los momentos que llenas con pensamientos de aburrimiento y apatía, en verdad te debilitarán física, emocional y espiritualmente.
Para mí es un insulto a este maravilloso universo, que contiene cien millones de milagros permitirme alguna vez tener pensamientos de aburrimiento o apatía.
Los otros pensamientos prominentes que compiten para debilitarte incluyen el miedo y la ira. Estas dos categorías de pensamiento emplean la fuerza, que produce una fuerza contraria y una atmósfera interior de tensión y debilidad.
Cuando tienes miedo, te has alejado del amor. Recuerda que el amor verdadero destierra todo temor. Resientes aquello a lo que temes y finalmente empiezas a odiarlo. Así, la dicotomía del odio y el miedo funcionan dentro de ti, siempre debilitándote.
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Cada pensamiento que tienes en el que te encuentras temeroso, te aleja de tu propósito en la vida y simultáneamente te debilita. Tus pensamientos de temor te invitan a quedarte inmóvil.
Cuando te encuentres temeroso, detente de inmediato y trae a Dios a la escena. Entrégale el miedo a tu socio principal con estas palabras: “No sé cómo lidiar con esto, pero sé que estoy conectado a ti, la milagrosa fuerza creadora del universo. Apartaré mi ego del camino y te lo entregaré a ti”.
Pruébalo, te sorprenderá lo rápido que la energía elevada del amor anulará y disolverá tus pensamientos de temor, empoderándote al mismo tiempo.
De modo similar, la ira es una reacción emocional a un pensamiento que dice: “Quiero que el mundo sea como yo lo deseo, no de la forma que es. Por eso estoy molesto”.
La ira frecuentemente se justifica como normal, pero siempre te hará débil, y como este principio te recuerda, la sabiduría consiste en evitar todos los pensamientos que te debiliten.
No tienes que estar molesto para corregir una equivocación o para trabajar para mejorar el mundo. Cuando te vuelvas más pacífico, lo único que tendrás para dar es paz.
Los momentos de frustración no despertarán la ira, sino que te ayudarán a estar más consciente. Entonces te estimularán a buscar una solución.
Cada pensamiento de ira te aleja del amor y te acerca a la violencia y a la venganza, que son fuerzas que generan fuerzas contrarias, debilitando a todos los involucrados.
Todos estos pensamientos de vergüenza, culpa, apatía, miedo e ira son energías, ya que todo en nuestro universo es una frecuencia vibrante. Las energías que te debilitan son las de bajas frecuencias, y esas solo se pueden disolver atrayendo a su presencia energías de frecuencias más elevadas y veloces.
Pensamientos que te fortalecen
Cuando cambias de un pensamiento cuya energía es de muy baja vibración a uno de mayor frecuencia, pasas de ser débil a ser fuerte.
Cuando tu pensamiento está culpando a otros, estás debilitado. Pero cuando cambias a pensamientos de amor y confianza hacia otros, te vigorizas.
Tus pensamientos vienen acompañados de energía, así que bien puedes seleccionar los que te empoderan. Una vez que entiendas que lo que piensas es la fuente de tu vivencia de la realidad, entonces comenzarás a prestar más atención a lo que estés pensando en cada momento.
Hace muchos años, en un audio enormemente popular llamado El secreto más extraño (The strangest secret), Earl Nightingale nos enseñó a muchos de nosotros que nos convertimos en lo que pensamos durante el día.
Tus pensamientos determinan si te estás empoderando o incapacitando, si estás feliz o triste, si eres exitoso o no. Cada cosa consiste en un pensamiento que llevas contigo.
Pensamientos felices crean moléculas felices. Tu salud está en buena medida determinada por los pensamientos que tienes.
Piensa con pasión que no vas a tener un resfriado y tu cuerpo reaccionará a tus pensamientos. No te permitas albergar pensamientos de fatiga, desfase horario o dolores de cabeza, y tu cuerpo responderá a tus pensamientos.
Tu mente le dice a tu cuerpo que produzca los medicamentos que necesita para mantenerte saludable.
Dale a alguien una cápsula de azúcar y convéncelo de que es una medicina para la artritis y, a continuación, el cuerpo de esa persona reaccionará al placebo incrementando la producción de energías contra la artritis.
La mente es una herramienta poderosa para crear salud. También crea relaciones gloriosas, abundancia y armonía en los negocios (y en todo lo demás).
Si tus pensamientos se centran en lo que quieres atraer a tu vida y mantienes esos pensamientos con la pasión de un propósito rotundo, finalmente actuarás de acuerdo con ese propósito, porque lo que antecede a cada acción es un pensamiento.
Los pensamientos más estimulantes que puedes tener son aquellos de paz, alegría, amor, aceptación y buena voluntad. Estos pensamientos no crean una fuerza contraria.
Los pensamientos poderosos, alegres y amorosos emanan de tu buena disposición para dejar que el mundo sea como es.
En consecuencia, te encontrarás en un estado de regocijo interior en que la serenidad reemplaza al conflicto, la reverencia hacia toda la vida sustituye la compulsión y la ansiedad y el entendimiento suplanta al desdén. Te volverás optimista.
En lugar de ver el vaso medio vacío, siempre lo verás medio lleno.
Todo esto no es más que una decisión consciente por tu parte de hacerte cargo de lo que piensas.
Sé consciente en cualquier momento de tu vida de que siempre puedes elegir los pensamientos que admites en tu mente. Nadie más puede poner allí un pensamiento. Sin importar las circunstancias en las que te encuentres, es tu decisión.
Decídete a reemplazar pensamientos que te incapacitan y te debilitan por pensamientos de una frecuencia espiritual más elevada.
No te convenzas de que no puede hacerse o de que es más fácil decirlo que hacerlo. Tu mente es tuya y puedes controlarla.
Tú eres el creador y el selector de tus pensamientos y, por eso, puedes cambiarlos a voluntad. Es la herencia que te ha dejado Dios, tu rincón de libertad que nadie puede quitarte.
Nadie puede tener control de tus pensamientos sin tu consentimiento. Así que elige evitar pensamientos que te debiliten y conocerás la verdadera sabiduría. Es tu decisión.
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