Descubre La FÓRMULA SECRETA para Manifestar y Atraer a Nuestra Vida lo que Queremos. Wayne Dyer en Español.
La habilidad de manifestar y de atraer a nuestra vida lo que queremos se reduce a una fórmula que me gustaría compartir contigo.
Esta es una fórmula que practican todos aquellos que yo sé que han podido conseguir lo que desean en sus vidas, las personas que son buenas alcanzando lo que quieren.
Algunos las llaman afortunadas, otros las llaman altamente espirituales. A esta fórmula la llamo “Los cuatro realmentes”, que significa que lo que tú realmente, realmente, realmente, realmente quieres, lo obtendrás.
[Video] Wayne Dyer en Español
Cada uno de esos “realmente” representa algo. El primero dice: “Yo quiero”. Lo que realmente quieres atraer a tu vida, sea lo que sea, comienza con un anhelo, es un pensamiento: “Quisiera obtener ese trabajo”, “Quisiera poder conseguir un ascenso”, “Quisiera perder peso”, “Quisiera poder curarme de esta adicción que tengo”.
Siempre tienes que comenzar pensando en algo que quieres.
El segundo “realmente” representa lo que deseas. Lo que realmente quieres y deseas. La diferencia con lo que quieres está en lo que llamo “pedir”: “Pide y te será concedido”. No son palabras vacías. Debes estar dispuesto a pedir.
Cuando algunas veces me quedo atascado con algo que estoy escribiendo y no estoy muy seguro de cómo seguir, simplemente dejo la máquina de escribir y el block de notas en el que estoy escribiendo, me voy al sofá, me pongo a meditar y digo: “Me gustaría algo de ayuda para aclarar la forma de expresar esto”. La ayuda siempre está ahí.
Algunas veces suena el teléfono y mi esposa me habla acerca de algo que llegó en el correo y eso es exactamente lo que necesitaba. Algunas veces la ayuda tiene la forma de una intuición o una visión.
El tercer “realmente” representa lo que pretendo. Ahora te planteas lo que quieres y deseas de forma tal que trates de crearlo. “Intento crear esto”, sea lo que sea. Puede ser una sanación, una pérdida de peso, la superación de una adicción o la creación de prosperidad. Intenta crearlo.
Si te fijas en las personas que tienen la habilidad de manifestar, verás que ellos no omiten cierto tipo de palabras. Di: “Lo haré”. Y si alguien te dice: “Pero, ¿qué tal si no funciona?”. Dile: “Bueno, simplemente aprenderé lo que tenga que aprender de esto, pero yo pretendo crear esto en mi vida”.
Hay una intención y esa intención es tan poderosa que te volverás independiente de la opinión de otras personas. No tomarás en cuenta lo que la tribu o ningún otro diga que deberías o no hacer. Te dices a ti mismo: “Intento crearlo”.
Con frecuencia le digo a la gente que no comente con nadie acerca de lo quiere que se manifieste. No hagas una declaración de tus intenciones. En lugar de eso, mantenlo como algo privado.
Esto es importante, porque en el momento en que lo compartas invocarás al ego y de acuerdo con la física cuántica las partículas en sí mismas no son responsables de su propia creación. San Pablo lo dijo de otra forma: “Lo que se ve no ha venido de donde parece”.
Esto significa que la fuente de todo lo que está aquí no está aquí. Es invisible y una vez que invocas al ego tienes que defender y explicar lo que quieres crear. De ese modo tienes que involucrar a la tribu, y en poco tiempo pierdes la capacidad para manifestar. Es un camino espiritual que recorres cuando estás inspirado. Recuerda que inspiración significa “en el espíritu”.
El cuarto “realmente” representa la pasión. Eso significa que me apasiona absolutamente lo que quiero atraer a mi vida e intento crearlo con éxito.
Un libro maravilloso que me envió uno de mis maestros es de la India antigua y fue escrito hace unos tres mil años.
Este libro tiene una frase que dice: “Intentar manifestar lo que quieres sin pasión es como vestir de gala un cadáver”. Básicamente, sin pasión el deseo está muerto en su interior y no podrás atraerlo a tu vida.
Así que aquello que quieras, desees, intentes crear y te apasione, lo conseguirás. Esa es la buena noticia.
La mala noticia es que lo que tú realmente, realmente, realmente, realmente no quieres, también lo conseguirás.
Esto es una de las cosas más difíciles de entender para la gente. Cuando estás lidiando con la tribu, con lo que está presente y con lo que otros te dicen que es imposible o sin sentido, simplemente no puedes concentrarte en crear lo que deseas.
Habrá quien te diga: “Eso no tiene ningún sentido. No puedes solo poner tu atención en algo, pensar en ello y hacerlo realidad”. Y muchas otras cosas como esa.
La atracción funciona así, no puedes atraer la delgadez odiando la gordura. Porque si lo que piensas es lo que se expande y en lo que estás pensando es en que odias tu gordura, entonces es el odio a la gordura lo que seguirás manifestando. Actúas con base en lo que piensas.
Del mismo modo, no puedes atraer la prosperidad desde una consciencia interior que te dice: “Odio ser pobre” o “Desprecio la pobreza”. Porque si desprecias la pobreza, si ser pobre te enfurece, entonces seguirás actuando en función de odiar y despreciar las carencias. Así solo lograrás decir: “¿Lo ves?”, ratificando tu condición de pobre.
Se pone peor aún. No puedes manifestar lo que quieres si tu atención está centrada en lo que es y en las circunstancias de tu vida. Eso es lo que serán tus pensamientos y continuarás creando lo que ya tienes en tu vida.
Tienes que buscar la manera de que tus imágenes mentales, tu energía, tu atención y tu consciencia superior estén lejos de lo que es y se concentren en aquello que quieres que sea. Cada vez que tus pensamientos vuelvan a lo que es, debes llevarlos a lo que quieres que sea.
Pero, más aún, no puedes manifestar lo que quieres si tu atención está puesta en lo que siempre ha sido.
Escucharás a gente que te dice todo el tiempo: “Estas son las circunstancias de la vida. ¿Es que no lo entiendes? Esta es la realidad. Despierta. Esta es la forma en que las cosas siempre han sido. Siempre ha existido gente pobre y tú eres uno de ellos. Las cosas son así”.
Si escuchas a estas personas, la pobreza se seguirá manifestando en tu vida. Si mantienes tu atención en lo que siempre ha sido, entonces lo que siempre ha sido es lo que seguirás manifestando en tu vida. Recuerda que eres como piensas.
Estas no son solo palabras vacías. Esto es la realidad.
Lo peor de todo es que tú no puedes manifestar lo que quieres en tu vida, sea lo que sea, si tu atención está centrada en lo que otros quieren o esperan para ti o en lo que otros dicen que son tus limitaciones, porque si tus pensamientos están en lo que otros quieren, no puedes poner tu atención en lo que tú quieres. Lo que otros quieren seguirá manifestándose.
Supón por un momento que formas parte de una tribu que siempre gira a la izquierda mientras que lo que tú quieres es ir a la derecha.
Entonces vas a hablar con los ancianos de la tribu y les dices que quieres ir hacia la derecha. Te dirán: “En nuestra tribu solo giramos hacia la izquierda, siempre. Así es como somos”. Luego lo que harán será tratar de convencerte de que sigas haciendo las cosas como siempre se han hecho.
El excelente cantante Jackson Brown es, en mi opinión, uno de los grandes poetas en nuestro planeta. Él tiene una canción llamada “Para un bailarín”. En la letra se incluyen estas palabras: “Solo haz los pasos que te han enseñado todos los que has conocido hasta que la danza sea tuya”.
Eso es lo que hace la mayoría de nosotros. Hacemos los mismos pasos que todos los que hemos conocido nos han mostrado, y la danza se ha convertido en nuestra.
Más adelante en la misma canción dice: “Te has convertido en un bailarín, de la semilla que alguien arrojó. Sigue adelante y lanza tú algunas semillas en algún punto entre el momento en que llegas y el momento en te vas a casa. Porque al final hay una danza que bailarás solo”.
Esto sugiere que se tiene la tendencia a hacer lo que otros nos enseñan y luego a pasar esa enseñanza a los más jóvenes, una y otra vez. Hay que dejar ir esa tendencia para poder romper la cadena.
Tenemos que mover nuestra atención lejos de lo que no queremos y enfocarla en lo que queremos. Esto es válido para todo.
Mientras estaba promocionando un libro en Chicago, al bajarme del avión me recogió una mujer que tenía un fuerte resfriado. Tuve que compartir con ella su pequeño auto por dos días.
Yo mencioné algo como: “Hace como veinte años que no tengo un resfriado como ese”, y ella molesta dijo:
“Oh, eso es justo lo que necesitaba escuchar. Es gente como tú la que anda por ahí diciéndonos a los seres humanos normales que debemos sentirnos culpables cuando tenemos un resfriado. No aprecio eso en absoluto. Los resfriados simplemente ocurren”.
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Yo le dije: “Bueno, yo lo entiendo, pero no pienso como tú”. Ella dijo: “Bien, y ¿qué piensas?”.
Yo le dije: “Bueno, dime lo que tú piensas. Tú eres la que está resfriada”. Ella dijo: “Bien, pienso que los resfriados son virus y que ellos están en el aire y caerán sobre nosotros cada cierto tiempo. Y cuando lo hacen, no deberíamos sentirnos culpables ni mal por eso. Y gente como tú escribe libros que nos hacen sentir peor”.
Le dije: “Mira, estamos de acuerdo en esto. Pienso igual que tu. Pienso que los resfriados están en el aire, que son virus y que caen sobre nosotros”. Ella dijo: “Entonces, ¿cómo es que no te resfrías?”. A lo que respondí: “Porque cuando caen sobre mí hablo con ellos”.
Ella dijo: “¿Hablas con los virus?”. Y le dije: “Por supuesto”. Ella dijo: “¿Y qué les dices?”. Le dije: “Les digo: ‘Miren, cayeron en el sistema inmune equivocado. No le voy a hablar a ninguno de ustedes.
’No me voy a quejar de ustedes. No les voy a prestar ninguna atención. Y no tienen manera de florecer en este sistema inmune. No van a hacer su trabajo aquí, pero hay una señora en Chicago que está esperando por ustedes’”.
Esto puede causar risa y parecer tonto, pero te aseguro que cuando mantienes tu atención en lo que no quieres, eso que no quieres es lo que se manifestará una y otra vez en tu vida.
La adicciones se describen como el no tener nunca suficiente de lo que no quieres o desprecias. Así que si mantenemos nuestra atención en lo que no queremos, es precisamente eso que no queremos lo que nos buscamos.
Después lo despreciamos. Cuando ponemos nuestra atención en lo que si queremos, cuando nos movemos a un lugar llamado amor incondicional y comenzamos a visualizar lo que produce la adicción como algo de lo que no tenemos que depender, entonces podemos librarnos de ella.
Lo que necesitamos para atraer a nuestras vidas lo que queremos son nuestros pensamientos. Serás lo que piensas, así que comienza a poner tus pensamientos en lo que quieres y empezarás a ver el cambio de dirección que se produce.
Considera a la gente que tiene una gran habilidad para conseguir lo que quiere. Si les preguntas a estas personas por lo que hay en sus mentes, por cómo piensan y cómo se organizan ¿sabes lo que te dirán?
“Nunca, jamás dejo que mis pensamientos se centren en algo que no quiero y sin importar quién sea el que me diga que no puedo hacer esto o aquello, nunca permito que esa clase de energía me afecte. Me alejo instantáneamente de esa energía”.
Eso es lo que diferencia a los grandes maestros de las personas con consciencia humana ordinaria.
He hablado acerca de una clase de consciencia, una forma de percepción. Un nivel de funcionamiento, de vida o de pensamiento que involucra algo que llamo espiritualidad.
No está limitada por los preceptos de ninguna religión. Es una inteligencia divina, una inteligencia organizadora que está en todas partes al mismo tiempo. Algunos la llaman Dios, otros la llaman alma, otros la llaman espíritu.
En tiempos de esclavitud había un joven de 23 años llamado John Newton. Él experimentó lo que en japonés se llama satori que significa toma de consciencia instantánea; la idea es que puedes crear algo en tu vida justo ahora, en este momento. Hay un proverbio zen que dice: “Cuando el estudiante esté preparado, aparecerá el maestro”.
Así que se trata simplemente de estar preparado. No tienes que pasar por un proceso largo y complejo para alcanzar la iluminación, que llegará cinco minutos antes de tu muerte. En lugar de eso puedes alcanzarla cuando estés listo.
Los nativos americanos tienen una idea que describe lo que llaman “gran visión”, que es lo que ocurre cuando después de no ver algo, tras intentarlo muchas veces finalmente, en un instante, lo ves. Es como en un sueño, cuando tienes una visión y de manera intuitiva simplemente sabes.
Se ha descrito la intuición diciendo que: “Si orar es hablar con Dios, entonces la intuición es Dios hablando contigo”. Es como escuchar esa voz y saberlo.
Este hombre John Newton era capitán de un barco lleno de carga humana, que traía como esclavos desde la costa oeste de África al nuevo mundo. Él tuvo este satori, esta consciencia instantánea. En ese momento entendió que lo que estaba haciendo era algo terrible e imposible de justificar en términos de su propio sentido interior de moralidad.
Entonces escribió la letra de una canción que él llamó “Gracia”: “Estaba perdido y ahora me encontré. Y fue la gracia la que enseñó a mi corazón a sentir, fue la gracia la que me trajo a casa”.
Él se alejó de su mundo material y de ser un guerrero pasó a ser un ser espiritual en un instante. Eso es algo que cada uno de nosotros puede hacer. Él escribió estas líneas perdurables que contienen el mensaje de cómo encontrarte a ti mismo y alcanzar un nivel superior.
He aquí la letra:
Sublime gracia, cuán dulce el sonido
que salvó a un desgraciado como yo.
Alguna vez estuve perdido, pero ahora me he encontrado.
Estuve ciego pero ahora veo.
Fue la gracia quien le enseñó a mi corazón a temer
y la gracia alivió mis temores.
Cuán preciosa se manifestó esa gracia
en el momento que creí por primera vez.
Por muchos peligros, faenas y trampas
ya he pasado.
La gracia me ha mantenido a salvo hasta ahora
y la gracia me guiará a casa.
Hemos estado ahí por diez mil años,
brillando como el sol.
Nunca hemos tenido menos días para alabar a Dios,
ni siquiera cuando empezamos por primera vez.
El mensaje de esta canción es mi mensaje para ti: elimina todas las trampas de tu vida, deja ir todo lo que no te deja alcanzar ese nivel de consciencia espiritual sublime y te encontrarás regresando a casa.
Y cuando digo “regresando a casa”, quiero decir retornando a tu fuente, no al ego, que cree que estás separado de tu esencia, sino a tu ser superior sagrado, que es el que sabe.
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