Descubre Cómo Atraer el Dinero a tu Vida y Estar Siempre Motivado por Joe Dispenza.
Los grandes motivadores son algunas personas que tienen una visión más grande que ellos, quieren cambiar el mundo y marcar una diferencia en una cultura.
Esa es la forma más alta de motivación.
Justo debajo de esa está la motivación con un propósito o la motivación del deber, que es lo que se llama “motivación de convicción personal”.
A las personas con este tipo de motivación las llamamos “emprendedores”, son los que tienen una motivación decidida, que es cuando dices “voy a hacer esto porque dije que lo haría’”.
Esa motivación también es de tipo alta, pero no la más alta.
Sin embargo, sabemos que las personas que tienen una motivación con un propósito, tienen una convicción personal de forma innata.
Su convicción personal está alineada con su propósito porque tienen una razón para levantarse todos los días.
La siguiente forma de motivación se llama “motivación ética” o “motivación basada en la moralidad”. Esta no es la forma más alta de motivación y está basada en la polaridad: bueno y malo, correcto e incorrecto.
Las personas con este tipo de motivación tratan de ser buenos, pero son realmente malos, y se balancean de un lado a otro, predican una cosa y hacen otra diferente.
Muchos modelos se basan en esto, pero sabemos por nuestra investigación que las personas que tienen una motivación con un propósito, que tienen una visión más grande que ellos y que tienen convicción personal, tienen un gran sentido de la moralidad y un gran sentido de la ética porque se alinea correctamente con sus propósitos.
La siguiente forma de motivación se llama “motivación centrada en el ego”, la cual está basada en elogios, reconocimiento e importancia.
Sin embargo, sabemos que esa no es una forma muy alta de motivación y nunca dura.
Ahora, las personas que tienen una motivación con un propósito, que tienen convicciones personales y que tienen un fuerte sentido de la ética, naturalmente reciben reconocimiento, porque el reconocimiento es el producto final.
Por otra parte, la forma más baja de motivación es la “motivación por dinero”.
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Las personas motivadas por el dinero pueden ser fácilmente reconocidas en medio de una multitud. ¿Sabes por qué? Porque son egoístas en sus esfuerzos, siempre cuidarán de ellos mismos primero antes de cuidar a los demás.
Es la forma más baja de motivación, pero nuestra investigación demuestra que, si tienes una visión que es más grande que tú para cambiar algo, para contribuir con algo más grande, y si tienes una fuerte convicción personal, un fuerte sentido de la ética y si ya estás recibiendo reconocimiento que ni siquiera necesitas, entonces el dinero siempre llegará.
Ese es el flujo natural.
En nuestro trabajo, eso se llama “abundancia”. ¿Sabes lo que significa la palabra abundancia? Significa que fluye hacia ti.
A las personas abundantes les llega la riqueza, no la buscan, así es como son; es un reflejo de su estado de ser.
Así que cuando tienes un propósito, una visión, una misión o una intención que es más grande que tú, significa que algo está en curso.
Podrías tener un propósito para ir al este y nunca terminar en otro lugar que no sea el este.
Podrías tener un propósito para ser saludable y siempre habrá más salud en tu vida.
Podrías tener un propósito para ser rico y nunca habrá un fin para tu riqueza.
Podrías tener un propósito para tener conocimiento y nunca dejar de aprender.
Porque ser abundante marca tu camino.
Mi propósito es transformar a las personas para poder transformar una cultura. Yo tengo claro ese propósito y me despierta por las mañanas todos los días.
Entonces, ¿cómo se puede llevar una visión del mundo de las posibilidades al mundo de la realidad?
Desde el pensamiento hasta la materia.
Desde la ola de posibilidades (como lo decimos en la física cuántica) hasta la partícula.
Desde lo inmaterial, algo que aún no existe, hasta lo material.
Desde el mundo más allá de los sentidos hasta el mundo de los sentidos.
¿Cómo se logra eso? Pues tienes que establecer metas que estén alineadas con tu propósito.
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Digamos que tienes un propósito para ir en cierta dirección, tu propósito significa una dirección, pero tus metas siempre deben estar alineadas con tu propósito.
Para las personas que tienen metas alineadas con su propósito, sus metas son un efecto secundario natural cuando ellos siguen su propósito.
¿Qué quiero decir con eso? Digamos que vives en los Estados Unidos, en Los Ángeles y que tu propósito es ir al este.
Bueno, puede que establezcas una primera meta para ir de Los Ángeles a Arizona. Esa es una meta a corto plazo.
Y si llegas a Flagstaff en Arizona, entonces sabrás que estabas siguiendo tu propósito.
Digamos que luego dices: “Bueno, ahora mi próximo objetivo es llegar a Santa Fe”, y que cuando llegas ahí luego te propones a ir a la ciudad de Amarillo en Texas y luego, por supuesto, a Little Rock, la capital de Arkansas, etc…
Todas estas metas están en alineación directa con el propósito de ir al este.
Digamos que, finalmente llegas a Atlanta en Georgia. Y si mantuviste tu propósito claro y mantuviste tu visión clara, entonces esos objetivos son un efecto natural de que estás dentro de tu propósito.
Así que cuando estableces los objetivos en alineación con tu visión o tu propósito y llegas a tu objetivo, así es como sabes que todavía estás en el camino correcto.
¿Qué hay de otras metas como estar saludable? Puede que digas: “OK, quiero reducir mi frecuencia cardíaca”, esa sería una de tus metas. O “quiero perder diez kilos”, “quiero tener más energía”, “quiero cambiar mi guardarropa y tener una relación nueva”.
Esas son metas a corto plazo al principio y la meta a largo plazo es al final, y mientras sigas tomando las mismas decisiones, demostrando los mismos comportamientos, reproduciendo las mismas experiencias y sintiéndose de la misma manera, eventualmente alcanzarás todas esas metas.
¿Qué hay con querer ser abundante? Puede que digas “quiero ser rico”, y para mí eso no importa. La riqueza es un estado de la mente.
Puede que quieras iniciar un negocio nuevo, y una vez que lo inicies, es posible que desees contratar a dos empleados nuevos en un periodo de seis meses y luego puede que quieras comprar un vehículo para tu empresa.
Por supuesto, el siguiente objetivo sería comprar una casa nueva y, finalmente, tal vez ganar un millón de dólares, ¿por qué no? Si ese es tu objetivo y refleja tu propósito, entonces deberías poder alcanzarlo.
¿Qué tal si tu meta es obtener conocimiento? ¿Existe un límite de conocimiento que se pueda aprender?
Puede que quieras obtener un título en una carrera técnica, y luego es posible que quieras obtener tu licenciatura, después una maestría, y finalmente, puede que desees obtener un doctorado.
Posiblemente quieras más adelante empezar a trabajar en una investigación; pero todas esas cosas están alineadas con tu propósito, ¿no es así?
¿Qué pasaría si el propósito fuera incluso explorar el espacio? Primero pusimos un mono en una nave espacial, ese fue nuestro primer objetivo, luego creamos satélites y después llegamos a la luna.
Ahora tenemos tecnología para explorar Marte y luego, por supuesto, otro planeta más distante y finalmente entrar en otra galaxia.
Cualquier meta es posible de alcanzar, siempre que nuestros objetivos estén alineados con nuestro propósito.
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