Descubre Cómo Controlar tu Mente (Usa Esto para Lavarte el Cerebro), por Joe Dispenza en Español. Cambiar Puede Ser Aterrador, pero con la Meditación Lograrás Eso y Mucho Más.
Joe Dispenza:
Un hábito es un conjunto redundante de pensamientos, comportamientos y emociones inconscientes y automáticos que se adquieren a través de la repetición.
El hábito es cuando has hecho algo tantas veces que tu cuerpo ahora sabe cómo hacerlo mejor que tu mente.
[Video] Dr. Joe Dispenza en Español
Las personas se despiertan por la mañana y comienzan a pensar en sus problemas. Esos problemas son circuitos, recuerdos en el cerebro.
Todos esos recuerdos están conectados a personas y a cosas en ciertos momentos y lugares; y si el cerebro es un registro del pasado, en el momento en que comienzan el día, ya están pensando en el pasado.
Cada uno de esos recuerdos tiene una emoción. Las emociones son el producto final de experiencias pasadas.
Es decir, que en el momento en el que tienen esos recuerdos de sus problemas, de repente se sienten infelices, tristes y sienten dolor.
Cómo piensas y cómo te sientes crea tu estado de ser, por lo que todo el estado de ser de la persona cuando comienza su día está en el pasado.
Eso significa que el pasado familiar tarde o temprano será un futuro predecible.
Si crees que tus pensamientos tienen algo que ver con tu destino, y no puedes pensar más allá de cómo sientes (o sea, que tus sentimientos se han convertido en tu medio de pensar), por definición de “emoción” estás pensando en el pasado.
Así que en gran parte vas a seguir creando la misma vida.
Las personas agarran el teléfono celular, revisan WhatsApp, sus mensajes de texto, sus correos electrónicos, Facebook, toman una foto y la publican en Facebook, tuitean algo, revisan su Instagram, las noticias y, después de eso, se sienten realmente conectados con todo lo que se sabe de sus vidas.
Y luego pasan por una serie de comportamientos rutinarios, se levantan de la cama del mismo lado, van al baño, toman una taza de café, se duchan, se visten, conducen al trabajo de la misma manera, hacen las mismas cosas, ven a las mismas personas que les presionan los mismos botones emocionales; eso se convierte en rutina y esa rutina se vuelve un programa.
Pierden su libre albedrío ante un programa. No hay una mano invisible haciéndolo.
Entonces cuando llega el momento de cambiar la redundancia de ese ciclo, se convierte en un programa subconsciente.
El 95% de lo que somos para cuando tenemos 35 años es un conjunto memorizado de comportamientos, reacciones emocionales, hábitos inconscientes, actitudes programadas, creencias y percepciones que funcionan como un programa de computadora.
Una persona puede decir, con el 5% de su mente consciente, que quiere estar saludable, que quiere ser feliz o que quiere ser libre; pero el cuerpo está en un programa completamente diferente.
Entonces, ¿cómo empiezas a hacer esos cambios? Tienes que ir más allá de la mente analítica porque lo que separa la mente consciente de la mente subconsciente es la mente analítica y ahí es donde entra la meditación.
Con la meditación, puedes enseñarle a la gente, a través de la práctica, cómo cambiar sus ondas cerebrales. Y cuando lo hagas correctamente, ingresarán al sistema operativo donde podrán comenzar a hacer cambios realmente importantes.
La mayoría de la gente espera una crisis, un trauma, una enfermedad o un diagnóstico; esperan una pérdida o una tragedia para decidirse a cambiar, pero ¿por qué esperar?
Puedes aprender y cambiar en un estado de dolor y sufrimiento o puedes aprender y cambiar en un estado de alegría e inspiración.
En este momento, lo bueno es que la gente se está despertando.
Tom Bilyeu:
¿Por qué a las personas les resulta tan difícil superar el trauma?
Joe Dispenza:
Mientras más fuerte sea la reacción emocional que tengas a alguna experiencia en tu vida, mayor será la atención le prestarás a la causa.
En el momento en que el cerebro pone toda su atención en la causa, toma una foto instantánea y eso se llama “memoria”.
Los recuerdos a largo plazo se crean a partir de experiencias altamente emocionales.
Las personas piensan neurológicamente dentro del circuito de esa experiencia y se sienten químicamente dentro de los límites de esas emociones.
Entonces, cuando se tiene una reacción emocional a alguien o a algo, la mayoría de la gente piensa que no puede controlarla.
Si permites que esa reacción emocional, llamada período refractario, dure horas o días, eso se llama “estado de ánimo”.
Si alguien dice que está de cierto humor porque le pasó algo hace cinco días y está teniendo una reacción emocional larga; el mantener esa misma reacción emocional durante semanas o meses, se llama “temperamento”.
Si alguien está amargado y dice que es porque le pasó algo hace nueve meses; el mantener esa misma reacción emocional durante años, se llama “rasgo de personalidad”.
Entonces, aprender a acortar tu período refractario de reacciones emocionales es realmente donde comienza ese trabajo.
Cuando las personas tienen un evento lo que hacen es seguir recordando el evento porque las emociones de las hormonas del estrés, las emociones de supervivencia, dicen: “Presta atención a lo que sucedió, porque vas a querer estar preparado por si vuelve a suceder”.
Resulta que la mayoría de las personas pasan el 70% de su vida viviendo en modo supervivencia y viviendo en el estrés; siempre están anticipando el peor de los casos basados en una experiencia pasada.
Y están literalmente fuera de los potenciales infinitos en el campo cuántico, porque están seleccionando el peor resultado posible y están comenzando a aceptarlo emocionalmente con miedo. Condicionan su cuerpo a un estado de miedo.
Si haces eso las veces suficientes, el cuerpo tendrá un ataque de pánico que ni siquiera podrás predecir, ya que está programado subconscientemente.
Si le preguntas a la persona: “¿Por qué eres así?”, te dirá que es así debido a un evento que le sucedió hace quince o veinte años.
Eso significa, desde el punto de vista biológico, que no ha podido cambiar desde ese evento.
Es decir, que las emociones de la experiencia tienden a darle al cuerpo y al cerebro una ráfaga de energía; las personas se vuelven adictas a la ráfaga de esas emociones y usan los problemas y las condiciones en su vida para reafirmar su limitación, para que al menos puedan sentir algo.
Entonces cuando llega el momento de cambiar, y le preguntas a la persona: “¿Por qué eres así?”.
Cada vez que recuerde el evento, producirá la misma química en su cerebro y en su cuerpo, como si el evento estuviera ocurriendo nuevamente, lo cual detonará y conectará los mismos circuitos, enviando la misma firma emocional al cuerpo.
Tu cuerpo es la mente inconsciente, no sabe diferenciar entre la experiencia que está creando la emoción y la emoción que estás creando simplemente con el pensamiento.
El cuerpo cree que está viviendo la misma experiencia pasada las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año.
Y cuando esas emociones influyen en ciertos pensamientos, y lo hacen, esos pensamientos crean las mismas emociones, y esas mismas emociones influyen en los mismos pensamientos. Y así, todo el estado de ser de la persona está en el pasado.
La parte más difícil del cambio es no tomar la misma decisión que tomaste ayer. Punto.
En el momento en el que decidas tomar una decisión diferente, prepárate, porque se va a sentir incómodo.
Lo más importante es que si seguimos detonando y conectando esos circuitos, se volverá automático. Tendrás un pensamiento y luego el programa se ejecutará solo.
Pero es la emoción la que sigue al pensamiento.
Si tienes un pensamiento aterrador, vas a sentir ansiedad. En el momento en el que sientas ansiedad, tu cerebro se comunicará con tu cuerpo y corroborará que estás bastante ansioso y empezarás a tener pensamientos correspondientes, iguales a cómo te sientes.
La redundancia de ese ciclo condiciona al cuerpo para convertirse en la mente.
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Cuando llega el momento de cambiar, y la persona toma una decisión diferente, de repente ya no se siente de la misma forma.
Entonces el cuerpo dice: “Has estado haciendo esto por 35 años y ahora, ¿vas a dejar de sufrir, y dejar de sentirte culpable, y dejar de sentirte avergonzado, y ya no te vas a quejar, ni a culpar a los otros, ni a poner excusas, ni a sentir lástima por ti mismo?”.
El cuerpo entrará en lo desconocido, y va a querer volver al territorio familiar.
Entonces el cuerpo comienza a influir en la mente y dice: “Empieza mañana”, “Eres igual a tu madre”, “Nunca vas a cambiar”, “Esto no va a funcionar”, “Esto no se siente bien”.
Y si tú respondes a ese pensamiento como si fuera cierto, ese mismo pensamiento conducirá a la misma decisión, la cual conducirá al mismo comportamiento, el cual creará la misma experiencia que producirá la misma emoción.
Tom Bilyeu:
¿Qué quiere decir que el cuerpo se vuelve la mente o la mente inconsciente?
Joe Dispenza:
Esas son dos cosas diferentes, tu cuerpo es tu mente inconsciente.
En cierto sentido, si empiezas a pensar en el peor de los casos futuros que estás conjurando en tu mente, y comienzas a sentir la emoción de ese evento, tu cuerpo no sabrá la diferencia entre el evento que está ocurriendo en nuestro mundo y lo que estás creando solamente con la emoción.
La mayoría de las personas reafirman constantemente sus estados emocionales, por lo que, cuando llega el momento de renunciar a esa emoción, pueden decir que realmente quieren hacerlo, pero en realidad, el cuerpo es más fuerte que la mente porque ha sido condicionado de esa manera.
El sirviente se convierte en el amo.
Una vez que entran en lo desconocido, prefieren sentir culpa y sufrimiento porque al menos pueden predecirlo.
Estar en lo desconocido es aterrador para la mayoría de la gente porque lo desconocido es incierto.
La gente dice: “No puedo predecir mi futuro, estoy en lo desconocido”, pero la mejor manera de predecir tu futuro es crearlo, no a partir de lo conocido, sino a partir de lo desconocido.
¿Qué pensamientos quieres detonar e instalar en tu cerebro? ¿Qué comportamientos quieres demostrar en el día?
Cierra los ojos y ensáyalo mentalmente, si estás realmente presente, el cerebro no sabrá la diferencia entre lo que estás imaginando y lo que estás experimentando en el mundo 3D.
Hacer eso comenzará a instalar el hardware neurológico en tu cerebro para que parezca que el evento ya ha ocurrido.
Tu cerebro ya no será un registro del pasado, ahora será un mapa hacia el futuro.
Y si sigues preparándolo de esa manera, el hardware se convertirá en un programa de software y quién sabe, puede que empieces a actuar como una persona feliz.
Lo más difícil es enseñarle emocionalmente a nuestro cuerpo lo que el futuro se sentirá antes de que ocurra la experiencia real.
Esto significa que no puedes esperar a triunfar para sentirte empoderado. No puedes esperar a tener riqueza para sentirte abundante. No puedes esperar a tener una nueva relación para sentirte amado. No puedes esperar a sanar para sentirte completo.
Ese es el viejo modelo de realidad de causa y efecto, esperar a que algo fuera de nosotros cambie cómo nos sentimos dentro de nosotros.
Cuando nos sentimos mejor por dentro, prestamos atención a lo que sea o quien sea que lo haya causado.
Eso significa que, desde los mundos newtonianos, la mayoría de la gente se pasa toda la vida viviendo en escasez, esperando que algo cambie fuera de sí mismos.
Tom Bilyeu:
¿Qué quiere decir “mundo newtoniano”?
Joe Dispenza:
El mundo newtoniano tiene que ver con lo predecible, se trata de predecir un futuro; pero el modelo cuántico de la realidad se trata de causar un efecto.
En el momento en el que comiences a sentirte abundante y digno, estarás generando riqueza. En el momento en que te sientas empoderado, estarás comenzando a dar un paso hacia el éxito. En el momento en que comiences a sentirte completo, empezará tu curación.
Cuando te ames a ti mismo y ames toda la vida, crearás un igual y ahora estarás causando un efecto.
Esa es la diferencia de vivir como una víctima en tu mundo, cuando dices: “Yo soy así debido a esta persona o esta experiencia. Ellos me hicieron sentirme de esta manera”.
Pero cuando cambias eso, te conviertes en un creador de tu mundo y comienzas a decir: “Mi modo de pensar y mi modo de sentir están cambiando un resultado en mi vida”.
Ese es un enfoque completamente diferente, y así comenzamos a creer más que somos creadores de la realidad.
Tom Bilyeu:
Dijiste: “¿Tu manera de pensar crea tu entorno o tu entorno crea tu manera de pensar?”.
¿Cómo podemos dejar atrás el tener una emoción negativa que controla nuestras vidas, que nos tiene en un ciclo de pensar en una emoción que desencadena una reacción química que condiciona a nuestros cuerpos a sentirse de cierta manera, lo que hace que sea más probable que lo volvamos a hacer? Lo cual sucede de manera inconsciente.
¿Cómo pasamos de aquí, de manera mecánica, a comenzar este proceso de visualización de algo que nos empodere? ¿A ver nuestros futuros “yo” en un estado diferente?
Joe Dispenza:
Si no estás siendo definido por una visión del futuro, entonces te quedarás con los viejos recuerdos del pasado y serás predecible en tu vida.
Si te despiertas por la mañana y no estás siendo definido por una visión en el futuro, y ves a las mismas personas, vas a los mismos lugares, haces exactamente lo mismo a la misma hora exacta, entonces ya no es que tu personalidad está creando tu realidad personal, sino que tu realidad personal está afectando o creando tu personalidad.
Tu entorno realmente está controlando cómo piensas y cómo sientes inconscientemente; porque cada persona, cada cosa, cada lugar y cada experiencia tiene una red neurológica en tu cerebro.
Cada experiencia que tienes con cada persona produce una emoción.
Algunas personas usarán a su jefe para reafirmar su adicción a criticar. Usarán a su enemigo para reafirmar su adicción al odio. Usarán a sus amigos para reafirmar su adicción al sufrimiento. Necesitan el mundo exterior para sentir algo.
Así que cambiar es ser más grande que tu entorno, es ser más grande que las condiciones en tu mundo, y el entorno es muy seductor.
La meditación es la herramienta correcta para lograrlo. Siéntate, cierra los ojos, desconéctate de tu ambiente exterior.
Si ves menos cosas, menos estimulación irá a tu cerebro.
Si escuchas música suave o si te pones tapones en los oídos, menos información sensorial llegará a tu cerebro, por lo que te estarás desconectando de tu entorno.
Sienta tu cuerpo y dile que se quede quieto, como si fuera un animal, dile: “Quédate aquí, cuando terminemos te alimentaré y podrás levantarte y revisar tus correos electrónicos y tus mensajes de texto, pero justo ahora, te sentarás ahí y me obedecerás”.
Cuando puedas hacer esto correctamente, y no estés comiendo nada, ni oliendo nada, ni saboreando nada, ni experimentando y sintiendo nada; tendrás que concordar conmigo en que estás siendo definido por un pensamiento.
Cuando el cuerpo quiera volver a su pasado emocional, y te des cuenta de que tu atención está en esa emoción, y donde pones tu atención es donde pones tu energía, desvía tu energía del momento presente hacia el pasado y date cuenta de ello.
En ese momento, trae a tu cuerpo de vuelta al momento presente, porque tu cuerpo te va a decir: “Bueno, son las ocho en punto, normalmente te molestas porque estás en el tráfico a esta hora y aquí estás sentado, pero estamos acostumbrados a sentir enojo y estás fuera de horario”.
O: “Oh, son las once en punto y generalmente revisas tus correos electrónicos y criticas a todo el mundo a esta hora”.
Ahí tu cuerpo está buscando ese estado químico predecible.
Cada vez que te des cuenta de que estás haciendo eso y que a tu cuerpo se le están antojando esas emociones, tráelo de vuelta al momento presente.
Así le estarás diciendo a tu cuerpo que él ya no es la mente, que tú eres la mente. De esa manera, tu poder de voluntad se volverá más grande que el programa.
Y si continúas haciéndolo una y otra vez, tal como se entrena a un semental o a un perro, tu cuerpo va a decir: “Ok, me voy a sentar”, y cuando eso suceda, el cuerpo ya no será la mente.
Cuando el cuerpo finalmente se rinda, habrá una liberación de energía de partícula. Pasarás de partícula a onda, de materia a energía.
Y así es cómo nos liberamos de las cadenas de esas emociones que nos mantienen en el pasado familiar.
Lo hemos visto miles de veces, de hecho, podemos predecirlo en un escáner cerebral.
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