Descubre La FÓRMULA SECRETA para Lograr Todo lo que Deseas (el Mejor Discurso de Motivación). Tony Robbins.
Indagar y descifrar qué cosas controlan cada pensamiento, cada sentimiento y emoción de tu vida, si quieres hacer un cambio, por ejemplo, perder peso, transformar tu relación, hacer un cambio económico en tu vida, pero te encuentras progresando y luego retrocediendo o realmente no empezando nunca; si simplemente te emocionas al respecto por un rato o hablas al respecto sin realmente seguir adelante; entonces hay algo allí, algo que afecta cómo terminas lo que empiezas, algo que afecta tu calidad de vida.
Estoy aquí para decirte que hay dos cosas que controlan todo en tu vida, cada pensamiento, cada sentimiento, cada emoción, cada acción que ejecutas en tu vida, lo que estás vistiendo hoy, si vas a dejar de ver este video en unos minutos o si te vas a quedar aquí conmigo por dos o tres minutos.
Todo está controlado por dos cosas: tus creencias y tus valores.
[Video] Tony Robbins en Español
Cualesquiera que sean tus creencias, si crees que la vida es solo una pérdida de tiempo sin importar lo que hagas o si crees que tienes huesos grandes (obviamente no vas a tratar de perder peso). No vas a tratar de llegar al siguiente nivel de tu carrera o tus finanzas o tu relación o cualquier otra cosa.
Las creencias nos controlan, pero también nuestros valores.
Algunas personas valoran simplemente relajarse, otras valoran hacer las cosas realidad. Algunas personas valoran a su familia más que nada, otras valoran el amor, pero ¿sabes cuál es el verdadero desafío? Que tenemos valores en conflicto.
Cuando realmente quieres hacer una diferencia en el mundo o realmente quieres que le vaya bien a tu familia o quieres que te vaya bien económicamente, pero al mismo tiempo, ya sabes, no quieres molestar a nadie o quieres ser totalmente honesto o tratar de hacer felices a todos.
Muchas veces tenemos conflictos entre lo que queremos y lo que creemos que podemos tener.
Por ejemplo, si tienes una meta de lo que realmente quieres lograr, pero luego tienes esta otra creencia interna que dice: “Estas cosas realmente nunca funcionan”. Esos conflictos internos son lo que evitan que la gente use toda su energía. Es como dar dos pasos hacia adelante y tres hacia atrás.
Las personas que tienen éxito en cualquier situación tienen un patrón de lo que hacen para tener éxito.
No importa si esa persona está teniendo éxito en un contexto empresarial o en un contexto personal, no importa cuál sea el entorno, las lecciones fundamentales o leyes para tener éxito son muy, muy básicas. Así que si estás buscando la fórmula definitiva para el éxito, lo primero es que debes saber lo que quieres, o lo que llamamos: «Tener claro el resultado que deseas».
Si vas a tener éxito en cualquier cosa, es difícil tener éxito, es difícil alcanzar un objetivo cuando no sabes lo que es, y por simplista que parezca, ¿crees que la mayoría de la gente realmente sabe lo que quiere?
¿Qué opinas, sí o no?
Al menos conscientemente no lo saben. Por lo que va a ser muy, muy difícil lograr lo que quieres cuando ni siquiera sabes lo que es.
Por ello una pregunta que debes hacerte constantemente es: ¿cuál es el resultado que deseo obtener en esta situación?
Necesitas tener un sistema de administración de tiempo.
Yo he desarrollado uno, es realmente un sistema de administración de vida al que llamamos OPA porque la O representa “outcome” (resultado) de “¿Cuál es el resultado que deseo obtener?”.
Al momento de planificar tu día, probablemente te preguntes: “¿Qué debo hacer hoy?”, y vas a terminar con una lista larga de cosas por hacer. Pero a medida que hagas todas estas cosas, lo que sucederá es que vas a poder tachar algo de tu lista, pero aun así no vas a estar satisfecho ya que realmente no habrás logrado nada importante.
Así que tienes que pensar primero: “¿Cuál es el resultado que deseo obtener?” y luego comienza a decidir lo que necesitas hacer para obtener ese resultado.
En este caso, lo que quiero es que identifiques cuál es el resultado que buscas y tienes que crear el hábito hacerte esta pregunta muchas veces.
Si estás en la mitad de una conversación, detente si parece que no va a ninguna parte y pregúntate: “¿Cuál es el resultado que deseo aquí?, ¿quiero establecer una conexión?, ¿quiero influir en esta persona?, ¿quiero aprender algo?”.
¿Cuál es el resultado que deseas obtener de esa situación? Por ejemplo, ¿alguna vez te has visto envuelto en una discusión y hasta te olvidaste por qué estabas discutiendo, pero sabías que tenías que ganar?, ¿te ha pasado?
Bueno, si en medio de ese argumento te hubieras preguntado: “¿Cuál es el resultado que deseo obtener aquí?”, te garantizo que tu cerebro habría dicho: “Pues, mi resultado no es pelear, mi resultado es resolver esto”. Y cuando tienes claro cuál es tu verdadero objetivo, tu comportamiento cambiará automáticamente.
Muy pocas personas saben lo que quieren y mientras más claro estés de lo que quieres, más podrás lograr realmente.
Ese es el fundamento principal: la claridad es poder. Mientras más claro tengas qué es lo que realmente quieres, más poder tendrás.
Tu cerebro es como un servomecanismo en una bomba; por ejemplo: un misil lanzado tiene un servomecanismo, sabe cuál es el objetivo y cuando el objetivo se mueve, lo sigue. Bueno, tu cerebro es muy similar, cuando decides exactamente lo que quieres, empiezas a recoger información que nunca antes habrías recogido de forma consciente.
Por ejemplo, ¿alguna vez has comprado un carro en particular o tal vez cierto atuendo y de repente ves ese carro o atuendo por todas partes? ¿Te ha pasado?
Pues, ¿ese carro o atuendo ya estaba a tu alrededor todo el tiempo? Sí, pero no lo notabas porque hay una parte de tu cerebro que es responsable de filtrar el 99% de lo que ves, escuchas y sientes en la vida.
Si pudiéramos notar todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor todo el tiempo, ¡nos volveríamos locos! Pero no notamos la mayoría de las cosas, solo ponemos atención a una pequeña cantidad de cosas.
Si te concentras ahora mismo, ¿qué notarías? ¡Millones de cosas! Puedes notar mi voz, puedes escuchar lo que estoy diciendo, puedes percibir lo que está pasando en el fondo, los ruidos que puedes escuchar, el aire, el olor, puedes sentir tal vez un poco de sudor por tu cuerpo, tu sangre circulando.
Pero en realidad nadie piensa en esas cosas. Tal vez luego de que las haya mencionado, puedas notar algunas.
Hay una parte del cerebro que es responsable de borrar la mayoría de nuestros pensamientos y la mayoría de las cosas que suceden a nuestro alrededor, y cuando esa parte de tu cerebro sabe lo que quieres, te hace notar esas cosas. De repente ves ese carro porque es importante.
Esa parte del cerebro se llama Sistema de Activación Reticular o SAR.
El Sistema de Activación Reticular le dice a tu cerebro a qué prestarle atención, así que cuando dices: “Esto es lo que realmente quiero”, cualquier cosa relacionada, que no habías notado antes, comenzará a aparecer en tu enfoque.
Muchas veces la gente dice: “Es increíble, decidí esto y fue automático, estas cosas empezaron a aparecer”, pero estas cosas probablemente ya estaban a tu alrededor antes, solo que nunca las habías notado porque no habías decidido el resultado que querías obtener.
Cuando conoces el resultado que deseas obtener, ya tienes el 95% hecho, pero eso no es suficiente. Muchas veces sabes cuál es el resultado que deseas obtener, pero pierdes el impulso; quieres algo pero olvidas lo más importante, lo cual es saber por qué lo quieres. Ese es el otro 5%.
Quiero que te preguntes: “¿Cuál es el resultado que deseo obtener?” y luego “¿por qué quiero esto?”.
Cualquier persona exitosa sabe exactamente lo que quiere y sabe por qué. Las razones vienen primero, las respuestas vienen después. Si tienes suficientes razones, puedes tener un “por qué” lo suficientemente grande, puedes averiguar cómo lograr cualquier cosa, pero debes tener un propósito, porque el propósito proporciona impulso.
Si ya sabes lo que quieres y sabes por qué, estás años luz por delante de la mayoría de la población, pero tienes que hacer algo que la mayoría de la gente parece evitar: tienes que tomar medidas extremas. La palabra clave allí es “extremas”.
Tomar medidas extremas puede ser una cura universal cuando sabes lo que buscas y sabes por qué lo quieres; porque si sabes lo que buscas, cuando tomas medidas, no solo vas a estar gastando energía, te vas a mover en la dirección hacia algo que realmente quieres.
Tomar medidas extremas es poder personal. El poder es la capacidad para tomar medidas.
¿Qué impide que las personas tomen medidas, principalmente? El miedo.
¿Cuál crees que es el miedo número uno que tiene la mayoría de la gente? El fracaso. Porque sienten que si fracasan no serán amados, serán rechazados, serán lastimados, serán juzgados, así que en realidad a lo que le tienen miedo es a perder el amor. Piensan que este rechazo, o debería decir, que este fracaso conducirá a la pérdida del amor.
El asunto es que no puedes fracasar a menos que no lo intentes, si intentas algo y no funciona, simplemente aprendes de ello y eso te hará mejor la próxima vez que lo intentes; pero si conoces el resultado que deseas obtener, sabes por qué lo quieres y tomas medidas extremas, te encuentras ahora en el porcentaje más pequeño de personas en el planeta.
¿Cuál es el siguiente paso?
Puedes tomar muchas medidas extremas y quedar atrapado en un patrón; puedes estar tan determinado que tu visión se nubla. Dices: «Sé que esto va a funcionar» y así sigues, corriendo hacia el este buscando una puesta de sol con total certeza, grandes creencias, y altos estándares, y aun así no obtener resultados.
Así que lo que tienes que hacer para tener éxito y no quedar atrapado en un patrón es conocer el resultado que quieres obtener. El término que usamos para esto es “agudeza sensorial”.
La agudeza sensorial es volverse muy sensible a determinar si lo que estás haciendo está funcionando o no. No puedes simplemente decir «sé lo que quiero y esto es lo que voy a hacer para lograrlo, pase lo que pase”, porque sigues haciendo algo que no funciona.
En las personas hacen esto todo el tiempo, hacen lo mismo una y otra vez esperando un resultado diferente, eso se llama “locura”. No puedes hacer lo mismo una y otra vez esperar un resultado diferente, cuando puedes ver que no estás obteniendo el resultado deseado.
Pero nos quedamos atrapados en nuestros patrones, así que necesitamos pulir nuestra agudeza sensorial y determinar si lo que estamos haciendo está funcionando o no.
Por cierto, la agudeza sensorial es realmente la medida de la inteligencia de una persona.
¿Cómo medimos la inteligencia? La inteligencia es una medida del número y la calidad de las distinciones que tienes en una situación dada. Por ejemplo: si hablas con los esquimales, descubrirías que hay más de una docena de tipos de “nieve”.
Para mí, solo existe una sola “nieve”. Yo no veo ninguna diferencia, pero ellos saben de tipos de nieve, hacen distinciones más refinadas para ser efectivos en ese mundo y para obtener los resultados deseados.
Yo no sé con qué tipo de nieve se puede construir un iglú, sobre qué tipo de nieve puedes llevar a tu perro a pasear, qué tipo de nieve puedes comer, a través de qué tipo de nieve te puedes caer.
Entonces, ¿quién tiene más inteligencia, quién tiene más poder en ese entorno lleno de nieve, los esquimales o yo? ¡Los esquimales! Porque ellos tienen más agudeza sensorial, tienen distinciones más refinadas sobre lo que significa cada uno de estos elementos en comparación a mí que solo veo nieve.
Ahora, si tomas a un esquimal y lo metes en mi carro en Los Ángeles, entonces descubriríamos que tal vez yo tenga un poco más de inteligencia en otros aspectos, como conducir, porque él podría intentar conducir usando el espejo retrovisor, ¿verdad? Simplemente no sabe cómo se hace, así que como no tiene esa agudeza ni tiene esas distinciones probablemente no le iría muy bien allí.
Yo puedo mostrarle la imagen de un marcador a algunas personas y preguntarles: “¿Qué es esto?”. Algunas dirán que es un cilindro, otras personas dirán: “No, no, eso es un cilindro azul, blanco y negro”, alguien más dirá: “No, no, eso es un marcador de color azul”, unas pocas personas dirán: “No, no, eso no es solo un marcador de color azul, eso es un marcador piloto de color súper brillante, y si te cae en la ropa, ¡nunca saldrá!”.
Ahora bien, ¿cuál de esas personas tiene más poder: la primera, la segunda, la tercera o la cuarta? Es la cuarta, porque es la que tiene el mayor número de distinciones.
Entonces, si conoces el resultado que deseas obtener, sabes por qué lo quieres, tienes tu propósito, tienes tu impulso, conoces las medidas extremas y las estás tomando, pero notas que no está funcionando, que las medidas que estás tomando no te están acercando a tu resultado, ¿cuál es el primer paso a dar?
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El primer paso es cambiar tu enfoque.
Si tu agudeza sensorial te dice que lo que estás haciendo no funciona, cambia tu enfoque. Y si cambias tu enfoque y todavía no funciona, cámbialo de nuevo.
Cambia tu enfoque tantas veces como sea necesario, hazlo hasta que descubras el que funciona.
No digas que lo has intentado todo, eso es una tontería. Si lo hubieras intentado todo, tendrías lo que quieres.
Si dices: “Bueno, no lo he intentado todo pero he probado millones de cosas». ¿Millones? ¡Numéralas! ¡Nómbralas! “Bueno, tal vez decenas de miles”. ¿Decenas de miles? Nombra mil. “Bueno, tal vez 100”. Entonces nombra 100. “Bueno, tal vez hice estas dos cosas que no funcionan una y otra vez”.
Empezamos a decir que lo hemos intentado todo y nos lo creemos. Y como creemos que hemos intentado todo, simplemente nos rendimos.
Por ejemplo, ¿cuánto tiempo le darías a un bebé promedio para aprender a caminar? Ya sabes, antes de interrumpirlo y no dejar que lo intente más… “¿Estás loco? ¡Mi bebé seguirá intentándolo hasta que camine!”. ¡Ah!, la fórmula mágica. Casi todo el mundo en el planeta camina, ¿no?
Esta es la fórmula definitiva para el éxito, proviene de saber lo que quieres, por qué lo quieres, tomar medidas extremas, notar si no está funcionando y simplemente cambiar tu enfoque hasta que lo consigas. Eso es todo.
Cualquiera que tenga éxito hace esto, puede que no lo llamen la fórmula definitiva para el éxito de Tony Robbins, pero te garantizo que lo hicieron.
Tomemos como ejemplo a Thomas Edison, el inventor de la bombilla eléctrica, crees que él sabía el resultado que quería obtener, ¿sí o no? ¡Por supuesto que sí! Él estaba absolutamente claro, si no hubiera sabido cuál era el resultado que buscaba, no podría haberla construido ni en un millón de años. No existía antes.
Él tuvo que decidir que quería crear este resultado y no usar velas. ¿Sabía él por qué quería hacerlo? ¡Puedes apostar que sí! Si lees sus escritos, este hombre tenía un sentido de propósito e impulso increíbles. ¿Tomó medidas extremas? Oh, sí, llevó a cabo decenas de miles de experimentos.
¿Él notó cuando un enfoque no estaba funcionando y aprendió de ello? ¿Siguió cambiando su enfoque? ¡Sí! y es por eso que ahora mismo en tu habitación no estás oliendo velas.
Hay una historia sobre él, sobre sus comienzos, dice que estaba haciendo un experimento y un amigo de él estaba presente, y mientras trabajaba se produjo una pequeña explosión que sacudió la habitación.
Los asustó a ambos muy severamente. Su amigo estaba totalmente conmocionado y asustado, pero él sacó su diario y comenzó a escribir. Su amigo le dijo: “¿Qué te pasa, estás loco? ¡Casi nos matas! ¿Vas a esperar hasta que tengas 10.000 fracasos para renunciar a esta estúpida idea?”
La respuesta de Edison fue: «Eso de allí no fue un fracaso», y su amigo dijo: “En realidad van 9.999 fracasos” y Edison dijo: «No, no es así, simplemente descubrí la forma número 9.999 de NO inventar la bombilla eléctrica, pero sí descubrí cómo crear una pequeña explosión, lo cual podría ser útil más adelante en otro lugar”.
Interesante, ¿verdad?, porque él entendía lo que era este proceso.
Otro ejemplo: Bruce Springsteen usó esto. Él no simplemente salió, usó su voz grave y dijo: «Oye, nena, Born in the USA” y todos dijeron: «¡Sí, eres una estrella!».
No, lo que realmente pasó, si conoces su historia, fue que todos los agentes para los que hizo audiciones le dijeron: «Solo toca la guitarra y mantén la boca cerrada, tu voz suena asquerosa, es grave, irritante, a nadie le va a gustar, mantén la boca cerrada y toca la guitarra”.
Pero él sabía lo que quería, tenía todo el impulso que puedas imaginar. Tomó medidas extremas, siguió cambiando su enfoque hasta que obtuvo lo que quería.
¿Qué hay de Sylvester Stallone? La historia de Rocky y de Stallone son iguales. En esencia, él supo toda su vida lo que quería ser, desde que era muy joven él quería estar en el negocio del cine, punto. No solo en televisión, sino el cine, porque para él era una oportunidad para que la gente no solo escapara, sino para que se sintieran inspirados.
Y por cierto, ese impulso es lo que hizo la mayoría de sus películas, inspirar a la gente a lo que son capaces de superar con obstáculos increíbles, porque en su propia vida él sentía que había hecho justo eso. Cuando nació, lo sacaron con fórceps, por eso lucía como luce y por eso hablaba con habla. Pero él realmente quería hacer películas de cine, sabía por qué quería hacerlo y no se iba a conformar con nada más.
Contando su historia, Stallone dijo que salió a tratar de conseguir trabajo y no funcionó muy bien, lo miraron y le dijeron: “Oye, te ves como un estúpido, haz otra cosa, no hay lugar para ti en este negocio, nunca serás una estrella de cine, estás loco, nadie va a querer escuchar a alguien que se ve tonto y habla torcido”.
Y le dijeron que no una y otra vez. Dijo que lo echaron de más de 1.500 oficinas de agentes en Nueva York.
Dijo que el primer agente al que quería ver, entró a su oficina y no quería atenderlo, a pesar de que él había llegado a las cuatro en punto, así que se quedó allí y no se fue, se quedó toda la noche, el agente regresó a la mañana siguiente y vio que él todavía estaba sentado allí.
Y así fue como consiguió su primer trabajo, el tipo le dijo: «Está bien, entra”. Hizo la audición y le dio su primera película.
Muchos piensan que Rocky fue su primera película, pero no, fue esa película de la cual probablemente nunca hayas oído hablar. Su papel no duró más de veinte segundos, interpretó a un matón al cual alguien golpea. Stallone dijo que lo hicieron sentir despreciado.
Él hizo otras tres películas como esa y nunca obtuvo nada. Siguió haciendo audiciones y solo obtenía rechazo tras rechazo. Finalmente se dio cuenta de que no estaba funcionando y cambió su enfoque.
Stallone cuenta que se estaba muriendo de hambre, no podía pagar ni siquiera para tener calefacción en su apartamento, mientras su esposa le gritaba todos los días para que saliera a buscar un trabajo.
Pero Stallone no salió a buscar un trabajo normal porque sabía que si conseguía un trabajo, se acostumbraría y perdería el hambre; y él sabía que la única forma de lograr su sueño era que esa fuera su única opción.
Tenía que quemar todos los otros puentes porque si conseguía un trabajo normal muy pronto estaría atrapado allí, empezando a sentirse bien con su vida y sintiendo su sueño desaparecer gradualmente. “Yo quería mantener esa hambre, porque creía que esa hambre era mi única ventaja”, dijo.
Stallone cuenta en su historia:
“Mi esposa no lo entendía en absoluto, peleábamos mucho, hacía mucho frío, estaba en la quiebra, no teníamos dinero, así que fui a la biblioteca pública un día para calentarme, no porque quisiera leer nada, estaba allí simplemente pasando el rato.
”Me senté en una silla y alguien había dejado un libro allí, lo miré y eran los poemas y las historias de Edgar Allan Poe, así que comencé a leer. Me atrapó totalmente.
”Poe me sacó de mí mismo, me hizo pensar en cómo podía llegar a otras personas y no preocuparme tanto por mí mismo. Me hizo decidir convertirme en escritor”.
Stallone trató de escribir un montón de guiones y nada funcionaba, estaba totalmente en la quiebra, ni siquiera tenía cincuenta dólares, hasta que finalmente vendió un guion que se llamaba Paradise Alley, como la película que hizo muchos años después.
La vendió por cien dólares, que eran mucho dinero para él en ese entonces, estaba tan emocionado que pensó que estaba progresando, pero nunca lo llevó a nada.
Él siguió y siguió intentando hasta que finalmente él y su esposa estaban tan arruinados. Dijo que empeñó las joyas de su esposa y básicamente ese fue el final de su relación. Ella lo odiaba tanto y estaban tan arruinados que no tenían nada, ni comida ni dinero.
Lo único que amaba más en todo el mundo era su perro y llegó a estar tan arruinado que ni siquiera podía alimentarlo, así que fue a una licorería y se quedó afuera tratando de vender su perro a extraños.
Stallone lo describió como “el día más bajo de su vida”.
“Traté de vender mi perro por cincuenta dólares y finalmente un tipo negoció conmigo y me compró mi perro, mi mejor amigo en la Tierra, por veinticinco dólares; me alejé de allí y lloré. Fue lo peor que me ha pasado en mi vida.
”Dos semanas después estoy viendo una pelea entre Muhammad Ali y Wepner, este tipo al que le están dando una paliza, pero sigue poniéndose de pie, a pesar de la golpiza, y tuve una idea. Tan pronto como terminó la pelea comencé a escribir, escribí durante veinte horas seguidas. No dormí, escribí la película completa en veinte horas seguidas; justo así, vi la pelea, escribí la película y todo listo.
”Estaba temblando cuando terminé, estaba tan emocionado, realmente sabía lo que quería, sabía por qué lo quería, había tomado medidas extremas y era el momento de cumplir, así que salí y comencé a intentar vender el guion a los agentes y todos lo leían y decían que era predecible, estúpido, cursi. Yo escribí todas las cosas que dijeron y las leí la noche de los Oscar cuando ganamos”. Dijo Stallone.
La mayor venganza es el éxito masivo. Él seguía tratando de venderlo, nadie lo quería, estaba en la quiebra, muriendo de hambre, hasta que finalmente conoció a unos tipos que lo leyeron y creyeron en el guion, les encantó y le ofrecieron 125.000 dólares por su guion.
¡Estaba tan emocionado!, pero les dijo que había una condición: él tenía que protagonizarla.
Le dijeron: “¿De qué estás hablando? Eres un escritor”.
Stallone les dijo: “No, no, soy un actor y esa es mi historia, yo soy Rocky, el papel principal es mío, yo tengo que ser el protagonista”.
Le dijeron que de ninguna manera iban a pagar 125.000 dólares para darle el papel a un don nadie y tirar su dinero a la basura. Ellos querían que Ryan O’Neal interpretara a Rocky.
¿Puedes imaginarte a alguien que no sea Sylvester Stallone interpretando a Rocky?
Stallone dijo: “¡De ninguna manera! Ryan O’Neal no es Rocky, ¡yo soy Rocky!”.
Discutieron un rato, hasta que finalmente ellos le dijeron “tómalo o déjalo”, y él dijo que, si eso era lo que pensaban, entonces no tendrían su guion, y se fue.
Estamos hablando de un hombre sin nada de dinero, ¡nada!, totalmente arruinado, al que le habían ofrecido 125.000 dólares, más dinero del que había visto en su vida, que rechazó esa oferta porque sabía el verdadero resultado que quería obtener. Y sabía por qué lo quería, estaba comprometido con él.
Lo llamaron unas semanas después y le ofrecieron un cuarto de millón de dólares para que no protagonizara su propia película, y él lo rechazó. Volvieron con su oferta final de 325.000 dólares, pero Stallone dijo: “No sin mí”, y ellos dijeron que no.
Finalmente llegaron a un acuerdo y le dieron 35.000 dólares y créditos en la película. Le dijeron: “Si esta película va a suceder, entonces tú vas a tener que tomar el riesgo con nosotros, y en el fondo no creemos que funcione, pero al menos no gastaremos un montón de dinero en ti”.
Solo gastaron un millón de dólares para hacer Rocky y recaudaron doscientos millones de dólares en ese momento, o sea, lo hicieron bastante bien.
¿Sabes que es lo más interesante de todo? Cuando le preguntaron a Stallone qué fue lo primero que hizo con sus 35.000 dólares, que, aunque no era un cuarto de millón de dólares, es mucho dinero cuando no tienes ni 25 dólares, dijo:
“Fui a esa licorería durante tres días seguidos, esperando que el hombre que tenía a mi perro frecuentara la tienda porque quería comprarlo de vuelta (…) el tercer día que estuve allí, un tipo pasó y lo vi y no lo podía creer, ahí estaba mi perro.
”Ya había pasado como un mes y medio y lo miré y le dije: ‘Señor, ¿se acuerda de mí?, yo soy el tipo que le vendió el perro’, y él dice que sí, y que quiere mucho al perro.
”Le dije: ‘Mire, yo estaba totalmente en la quiebra, me estaba muriendo de hambre, él es mi mejor amigo, estoy seguro de que usted también lo quiere, pero tengo que recuperarlo, por favor, se lo ruego, le pagaré cien dólares por el perro, sé que usted pagó veinticinco pero le daré cien’.
”Pero el hombre le dijo que no, de ninguna manera, era su perro ahora, y no podía simplemente comprarlo de vuelta”.
Pero Stallone conocía el resultado que quería obtener, y continuó cambiando su enfoque, así que le ofrecía quinientos dólares por el perro.
El hombre le dijo que no, que absolutamente de ninguna manera.
Stallone le dijo “mil dólares por mi perro”, el tipo le dijo que ninguna cantidad de dinero en la Tierra le iba a devolver al perro. Pero Stallone tomó medidas extremas y recuperé a su perro, siguió cambiando su enfoque y lo logró.
Le costó quince mil dólares y tuvo que darle un papel en Rocky al hombre. Eso le costó recuperar a su perro.
¿Sabes ese perro en Rocky al que besan? Ese es el perro de Stallone en la vida real, ese es el perro que compró de vuelta.
Puso a su perro en la película y puso a aquel hombre en la película y pagó quince mil dólares cuando solo tenía treinta y cinco mil.
Así que siempre hay una manera, si estás comprometido, solo debes seguir cambiando tu enfoque.
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