Descubre Cómo Lo que Explica Lipton Aquí, Te Dejará con la Boca Abierta. De Esto se Trata la Alegría.
PRESENTADORA:
La próxima pregunta es: ¿si la mente crea a Dios o Dios crea la mente? La pregunta la hace el Dr. Neville Wilson.
GREGG BRADEN:
¡Joe acaba de decir que está contento de que sea a mí al que le hagan esa pregunta!
Todo se trata de percepciones, ya saben, Dios significa diferentes cosas para diferentes personas y sé cuál es la intención de la pregunta, pero de lo que todo se trata es de cómo percibimos lo que esa pregunta significa para nosotros.
[Video] Bruce Lipton en Español
Lo que la ciencia nos dice es que hay una fuerza fundamental y unificadora en este universo, la llamemos como queramos, y la ciencia profundiza en la naturaleza fundamental de nuestro mundo.
En la física estamos descubriendo más sobre esa fuerza que parece tener una inteligencia o una conciencia subyacente a su propia existencia.
Así que cualesquiera que sean los atributos, la cuestión es tan grande que probablemente no podemos ni hablar de ella porque lo que tratamos de hacer es asignar atributos humanos a nuestra experiencia y a las cosas que no entendemos y que nuestros ancestros hicieron.
Tengo mis percepciones personales como científico. Hay cosas que puedo decir que son verdaderas en lo personal. De nuevo, son mis opiniones, mis percepciones, pero la mente siempre está tratando de dar sentido a nuestra experiencia y a nuestra realidad.
Creo que es aquí donde nos metemos en problemas porque a través de los años son diferentes interpretaciones, diferentes percepciones de esta fuerza fundamental unificadora las que hacen que la gente presuponga que “mis percepciones son mejores que las tuyas”, y tenemos un mundo de religiones luchando por eso ahora mismo, pero lo que sabemos es que esto es lo que la ciencia nos dice.
En 2008 publiqué un libro titulado La matriz divina. De hecho acaban de ponerle una nueva portada que nunca he visto. Trataba de la existencia de este campo unificado, de nuestra relación con él como por entonces lo conocíamos, según la ciencia.
En 2008 ese libro fue considerado ciencia marginal, algunas personas incluso lo llamaron pseudociencia. Ese año, 2008, fui a mi ciudad natal en Kansas City, Missouri, en el centro de los Estados Unidos, para firmar unos libros y el mío lo habían arrojado al fondo de la estantería. Entonces tuve que buscarlo y ponerlo adelante.
Ahora ese libro es de lectura obligatoria en los cursos de física en las universidades de Canadá y en algunas americanas. Incluso un profesor de ese país me llamó y me pidió permiso para usarlo. Él tiene un curso que se llama “Física y Sociedad” y está usando ese libro como base para ello.
La razón por la que digo esto es porque este campo proporciona tres funciones. Es el contenedor, trata de lo que conecta todas las cosas, de todo lo que ocurre en nuestra experiencia.
Nada existe más allá de este contenedor, de este campo unificado, de este puente entre nuestro mundo interior y nuestro mundo exterior, el espejo en ese mundo exterior de lo que afirmamos creer en nuestro mundo interior. Ese es el campo.
Así que cuando miramos esas funciones de ese campo y las comparamos con lo que nuestros ancestros decían que era Dios, se ve un tremendo paralelismo porque las viejas tradiciones nos dicen que Dios sabe todo lo que estamos haciendo, que Dios nos permite reflejar nuestras experiencias y que Dios es lo que conecta todas las cosas.
De modo que el lenguaje cambia en la medida en que aprendemos más, aunque sabemos que hay alguna fuerza fundamental en la mente que está tratando de dar sentido a eso.
¡Esta es la respuesta larga a una pregunta corta!
PRESENTADORA:
Pasemos a otra pregunta. Si la reencarnación existe, ¿cómo es posible comunicarse con el espíritu de una persona fallecida? ¿Dónde están en ese punto? ¿Cuál es la relación entre ese punto y la vida reencarnada?
BRUCE LIPTON:
Son preguntas muy interesantes y emocionantes para mí porque como científico durante toda mi vida no creí en la espiritualidad y solo confiaba en los genes, los cromosomas y las células y todas esas cosas.
Pero en la comprensión de la naturaleza de esa membrana de la que hablé en la conferencia anterior, empecé a reconocer algo sobre lo que voy a hablar mañana también, y es que nuestra identidad no está dentro de nuestro cuerpo.
La realidad es que nuestra identidad está en las fuentes del exterior y las señales son recogidas por unas antenas que son las proteínas en la superficie de nuestras células y luego controlan las células en el interior.
El significado para mí en ese momento, además de la conmoción de entender: “¡Oh, Dios mío, ni siquiera estoy aquí!”, fue la simple realidad que expliqué.
Es como un televisor donde hay una transmisión entrando, pero a veces la televisión se daña. Tú dices: “La televisión está muerta”, y yo digo que sí, pero digo también que la emisión sigue ahí, que la emisión no cambia porque el cuerpo va y viene.
¿Qué pasa con esto? Que somos captados por un conjunto específico de proteínas llamadas antenas, cuyo nombre científico es autorreceptores.
¿Cuál es la relevancia? ¿Qué pasa si un futuro embrión viene con exactamente el mismo conjunto de autorreceptores?
No hay dos personas que tengan el mismo conjunto de autorreceptores, no hay dos personas que reciban la misma transmisión y el significado es que si un embrión aparece con el mismo conjunto de autorreceptores y estás de nuevo en línea, ahora puedes comunicarte con ellos no a través de los medios físicos, porque ellos no se comunican con la “fisicalidad”.
Ahora, como hablamos de la mente, ese reconocimiento no está en el cuerpo. Hay una oportunidad hacia otro nivel de comunicación.
Déjame tan solo añadir, porque esta es una historia realmente emocionante, que hay un número de estudios de personas con trasplantes de corazón que cuando lo reciben empiezan a recoger características de la persona que donó el órgano.
Algunas personas dicen que es la memoria celular y como biólogo celular creo que están dando un gran crédito a la memoria de una célula. Una célula tiene la suerte de recordar si es una célula del hígado o una célula de la piel, pero no si le gustan los nuggets de pollo y la cerveza.
La historia que quiero enfatizar es simplemente esta: una chica joven recibió un corazón de otra muchacha, y poco después de que el corazón le fue implantado empezó a tener pesadillas muy vívidas de ser asesinada, que se repitieron todas las noches.
Finalmente el doctor le preguntó de dónde venía ese corazón y le dijo que era el de otra chica que había sido asesinada.
La relevancia de esto es que sus pesadillas fueron tan reales que cuando la policía la interrogó sobre lo que veía, fueron capaces de atrapar al asesino.
El punto es que las células del corazón todavía tienen los autorreceptores de la persona que ha muerto. Así, mientras el corazón de la asesinada todavía estaba presente, descargaba la identidad en ese espíritu, y la relevancia es que sí, la chica está muerta pero ella todavía está allí, porque si el corazón tiene los receptores todavía se demuestra que hay una fuente que está alimentando individualmente a esta persona.
Entre todos estos datos particulares es profundamente importante entender la naturaleza de algunos campos de energía de la física cuántica y el hecho de que no estamos enteramente en este cuerpo, sino que estamos siendo transmitidos a él.
Entonces, habiendo hablado de la naturaleza como científico durante cuarenta años y entender la naturaleza de la membrana fue como si dos más dos fueran cuatro.
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Ese concepto de estar fuera y luego ser inmortal fue interesante, y quise añadir esta parte porque pensé que era la parte emocionante de la conexión con mi espíritu en mi cuerpo.
Como científico, me pregunté: “¿Por qué tener un cuerpo y un espíritu, por qué no ser solo espíritu?”. Y las simpáticas células respondieron con una pregunta. Me dijeron: “Bruce, si solo eres un espíritu ¿a qué sabe el chocolate?”.
Y si obtienes la respuesta para esto es como entrar en un traje de realidad virtual cuyas experiencias te envían de vuelta a la fuente donde empezamos a reconocer que tu actividad cerebral no está contenida en tu cabeza.
Puedes usar instrumentos magneto-encefalográficos fuera de tu cabeza y leer tu actividad cerebral, porque estás transmitiendo de vuelta al campo unificado. Por eso podemos ver una puesta de sol, saborear ese chocolate, oler una rosa y luego, de repente, decir: “Oh, Dios mío, vinimos aquí a experimentar la vida y a crear”.
Esta historia podría ser la mayor broma cósmica del mundo: nos han dicho que cuando muramos, si hicimos un buen trabajo en el planeta Tierra, podremos ir al cielo. Me gustaría sugerir algo: naciste en el cielo, aquí es donde viniste a crear, esto es lo que viniste a experimentar.
Si no nos gusta la creación, el significado, como hablamos entre Joe, Gregg y yo, es que no estamos viviendo nuestras vidas, estamos viviendo las vidas de los programas, y si no te gusta el programa, la nueva biología dice que puedes reescribirlo, reescribir tu propia creación —no la que compraste— como la creación donde manifestarás el cielo en la tierra.
Te despertarás todos los días con la gloria de estar en el planeta más espectacular con la capacidad de crear vida.
De eso se trata la alegría. Gracias.
GREGG BRADEN:
Bruce, amigo, yo no puedo añadir mucho a más eso, pero hay una pieza que lo lleva mucho más allá del ámbito de la teoría.
Los científicos ahora están muy seguros de que nuestras memorias no están en las células. Esto va directo al corazón de la reencarnación. Es una manera muy diferente de pensar en las cosas, pero déjenme darles un ejemplo.
¿Cuántos de ustedes aquí son músicos o artistas o han aprendido un idioma extranjero?
Esto último es un buen ejemplo porque saben que cuando empiezas a aprender un idioma extranjero, las palabras a veces parecen torpes, aprendes fonéticamente y dices las palabras pero no significan mucho, pero de repente te levantas una mañana y estás hablando español, francés, tibetano o lo que sea.
¿Cómo sucede eso de repente, casi de la noche a la mañana? Bueno, lo que sucedió aquí es lo que la ciencia nos está diciendo ahora, que todas las posibilidades existen ya que la información está en el campo, no en las células. Lo que hacemos dentro de las células es que crecemos. Esas son exactamente las palabras de Bruce y son los términos que usaré: es como una “antena blanda”.
Así que la forma en que las neuronas se conectan y desconectan crea la antena para sintonizar el lugar en el campo donde está esa información, donde esa lengua extranjera vive.
Michael Hedges era un guitarrista brillante antes de que falleciera hace unos años, y yo intenté aprender a tocar como él. Me dedicaba a imitar sus movimientos y una mañana me desperté y era como si estuviera pensando como Mike Hedges y sabía dónde estaba la afinación.
Tú te dirás: ¿qué pasa en el espacio intermedio? ¿Cómo llegaste a ese punto? Y voy a ponerlo así: es el esfuerzo por llegar a ser más en un instante de lo que eras en el último momento. Es el acto de llegar a lo más profundo dentro de ti para captar una nueva forma de pensar.
Así que un nuevo lenguaje o una nueva canción en una guitarra o un piano o un nuevo libro para escribir o un nuevo título o una nueva poesía o una nueva escultura, un nuevo arte, sea lo que sea ese acto, es el impulso para que las neuronas se conecten entre sí, para crear las antenas que llegan al campo donde está esa información a la que estás pidiendo tener acceso.
Pero la cosa es que no sucede espontáneamente, toma alrededor de setenta y dos horas, es lo que los estudios están mostrando.
Se tarda unos tres días para que las neuronas, que son las células muy sociales, que les gusta “enganchar”, se conecten y establezcan firmemente una conexión con otra neurona.
Así que están formando las antenas que sintonizan con el lugar en el campo donde todo lo que deseas entender o saber o crear un performance ya existe.
Lo que estoy diciendo es que si eliges crear algo nuevo y al principio no viene a ti fácilmente, por favor, no te rindas, porque toma alrededor de tres días mínimo para que estas antenas se conecten.
Eso es porque la información no está aquí. Solo para demostrar lo real que es esto diré que los investigadores en Silicon Valley están ahora construyendo la próxima generación de chips de ordenador y, ¿adivinen qué?, no están basados en sílice, están basados en gotas de agua.
Esas gotas son formas purificadas y muy específicas de agua estructurada, y cuando empezaron a “bombear” la información en esa gota de agua, esa gota estaba conteniendo más información de la que posiblemente podría ser explicada por el propio chip, información que ahora saben que el chip basado en el agua está almacenando en el campo que se expande más allá de la propia máquina. Está en el campo, y eso no podría suceder si estas ideas no fueran correctas.
De modo que lo que estoy mostrando es que esto va más allá de la teoría, en realidad nos estamos moviendo a fin de construir las máquinas para reflejar lo que está sucediendo en la naturaleza, lo que está sucediendo entre tú y yo.
Así que cuando piensas en todas esas cosas, de vuelta a la idea de la reencarnación, lo que estamos haciendo es que estamos sintonizando con la información en el campo y usando nuestras neuronas para hacerlo; y creo que de eso es de lo que trata nuestro trabajo: las emociones que tenemos, las emociones elevadas de las que Joe y yo hemos hablado.
Las emociones que desencadenan las neuronas para combinar con un cable de una manera que podamos comunicarnos con ese campo y de una manera significativa para algunas personas es una forma muy nueva y diferente de pensar. Esto es adonde la ciencia va y creo que se vincula directamente con la cuestión de la reencarnación.
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