Descubre Cómo la Ciencia te Está Mintiendo. Escucha Este Mensaje Antes de que lo Borren. Wayne Dyer y Bruce Lipton.
WAYNE DYER: Recibo una enorme cantidad de publicaciones de diversa índole, libros, películas, grabaciones de audio y cosas así. No tengo tiempo de revisar muchos de ellos, pero mi amigo Reid Tracy, presidente de Hay House, me dijo: “Hay un libro que pienso que en verdad te gustará y que podrás apreciar”, y me envió el libro de Bruce Lipton, La biología de la creencia.
Estaba trabajando en un nuevo libro, pero decidí seguir la recomendación de Reid. Lo usual es que revise el inicio de los libros, lea unas pocas páginas y mire la solapa al final del libro. Así me hago una idea del trabajo.
Pero con este libro no fue así. Fue una de esas experiencias que cambian la vida. En verdad me ayudó a formular lo que haría con el libro que estaba escribiendo, que tiene que ver con eliminar las excusas que tenemos para justificar por qué la vida no funciona al nivel que nos gustaría.
Por eso quería que Bruce nos contara más acerca de esas ideas fenomenales que expone en el libro.
[Video] Wayne Dyer en Español
Hace algún tiempo en un programa de televisión un hombre hablaba acerca de algo que le había pasado y dijo: “Puedo cambiar mi comportamiento y muchas otras cosas en mi vida, pero lo que no puedo cambiar es mi ADN. No puedo modificar mi información genética. En ese sentido no puedo evitar ser como soy, es lo que heredé”.
Al escucharlo pensé que mucha gente está convencida de eso. Pero el trabajo de Bruce me ha ayudado a observar una de las mayores excusas que tenemos, y que consiste en afirmar que no podemos alterar los patrones genéticos. Debo señalar que Bruce Lipton tiene las credenciales apropiadas para respaldar sus afirmaciones. Él fue profesor universitario en escuelas de Medicina por más de veinte años, y se retiró de esa actividad porque comprendió que el campo de la medicina en realidad estaba fallando en cuanto a trasmitir la verdad.
Por eso me parece importante prestar atención a Bruce Lipton y examinar La biología de la creencia, pues pienso que esas ideas se propagarán cuando la cantidad suficiente de nosotros entienda que no estamos atrapados por nuestra genética. De hecho, tenemos la capacidad de alterarla y de hacer de nuestra vida cualquier cosa que deseemos.
Bruce, hiciste un maravilloso trabajo y me gustaría que nos hablaras de ello.
BRUCE LIPTON: Gracias, Wayne. Estoy muy entusiasmado, porque comencé a trabajar en este libro hace unos veinte años. El problema principal que tenía era tratar de exponer con claridad los hechos científicos a una audiencia general. Fue algo difícil, pero creo que funcionó bastante bien.
La razón por la que eso es tan importante es porque involucra una nueva ciencia, de la cual están al tanto los científicos de vanguardia, pero de la que el público en general no tiene información.
Esto constituye una desconexión fundamental, porque todos hemos sido programados con la creencia de que somos víctimas de nuestra herencia, que no elegimos nuestros genes y que no podemos cambiarlos. A esto se une la creencia de que los genes controlan quiénes somos. Así que en un momento dado sentimos que somos víctimas, pues no podemos escapar de nuestra herencia biológica.
Esa es una situación muy desafortunada, por todo lo que ahora sabemos a partir de los estudios en este nuevo campo llamado control epigenético.
Las personas pronto se habituarán a esta nueva área del conocimiento, que les permitirá reemplazar la creencia estándar en el control genético, que significa que somos controlados por los genes.
El nombre de esta nueva ciencia tiene algo maravilloso. Si examinamos la etimología de la palabra epigenético observamos que el prefijo epi- proviene del griego y significa “encima, sobre o a continuación de”. De modo que “control epigenético” en verdad significa “control por encima de los genes”.
Es así como nos trasladamos a la realidad simple de que el ambiente, y nuestra percepción de él, pueden en verdad reescribir nuestro código genético. No cambia el ADN, cambia la lectura del ADN.
El ADN conforma los genes, y los genes son los planos que registran cómo estamos diseñados. A su vez, estos planos constituyen los elementos que conforman nuestro cuerpo, que son las proteínas.
Pues bien, lo interesante acerca de la epigenética es que, si bien no cambias el código genético, puedes crear más de treinta mil variaciones diferentes del mismo plano, es decir, del mismo gen. Esto indica que no estás limitado por tus genes. Te limitan tu percepción y tus creencias acerca del mundo en el que vives, porque esa es la información que ingresa y afecta a los genes.
El efecto placebo
WAYNE DYER: Una de las cosas que dijiste en La biología de la creencia fue que dejaste el campo de la medicina sobre todo porque las personas que trabajan en esa área solo usan medicamentos y cirugías para tratar las enfermedades.
De modo que la persona promedio que va al médico y es diagnosticada con alguna enfermedad, sale de la consulta pensando que no hay nada que pueda hacer al respecto, excepto someterse a tratamientos médicos.
BRUCE LIPTON: Bueno, eso es producto de la victimización. Cuando una persona asume que es una víctima, lo principal es que necesita a un salvador. Así que alguien vendrá a salvarla, pero no lo hará gratis, por lo que, de hecho, esta persona fomenta una industria para que la salve de algo que en verdad ella misma puede controlar.
Por eso es tan importante darse cuenta de lo que la ciencia y la medicina están reconociendo, pero que aún no ha sido difundido como se debería entre el público en general, y es que ahora se ha establecido que, entre un tercio y dos de todas las sanaciones médicas, que incluyen medicinas, cirugías y todo lo demás, se logran mediante lo que se conoce como el efecto placebo.
Eso en esencia dice que es la mente del paciente y su sistema de creencias, lo que en definitiva determina si las medicinas o la cirugía van a manifestar alguna diferencia.
Se le podría preguntar al público cuántas personas están familiarizadas con el efecto placebo, y lo más probable es que muchas lo conozcan. Pero con lo que el público no está familiarizado es con algo llamado efecto nocebo.
Este efecto nocebo es algo parecido al efecto placebo, en cuanto a que no se debe a un mecanismo farmacológico. Sin embargo, es un efecto indeseable.
Lo que esto significa es que una creencia negativa puede hacer daño e incluso causar la muerte, tanto como una creencia positiva puede sanar.
El aspecto importante es que el poder de las creencias, positivas o negativas, es lo que en realidad determina la curación o el empeoramiento de una enfermedad.
WAYNE DYER: En tu libro, hay una historia que me parece muy relevante. Es acerca de una investigación que se realizó con tres grupos de personas diferentes que ingresaron para una artroscopia de rodilla. ¿Podrías relatarnos esa historia?
BRUCE LIPTON: Sí. La cirugía por artroscopia ha sido un procedimiento bastante generalizado. Se realizan unas 180.000 de estas cirugías en un año, para resolver problemas con las rodillas. En este procedimiento, primero se hace una incisión en cada lado de la rodilla, luego se bombea solución salina para enjuagar el líquido de la rodilla y con un instrumento llamado artroscopio se mira dentro de la coyuntura y se hace un raspado para reparar el problema existente.
Un médico en Houston decidió hacer un estudio para determinar si lo que produce el proceso de sanación es el bombeo del líquido para enjuagar el fluido de la rodilla o el raspado que se realiza luego. Una mujer de su equipo le indicó al médico que tenía que incluir un grupo placebo. Él dijo: “¿A qué te refieres?” y ella contestó: “Un grupo en el que solo se simule que se hace la cirugía”.
El médico argumentó que todos sabían que la cirugía era lo que en realidad tenía algún efecto, por lo que un grupo placebo sería una pérdida de tiempo.
Sin embargo, para garantizar la validez del experimento, el médico decidió elaborar una intervención placebo. Lo que hizo fue hacer las dos incisiones y, sin que el paciente pudiera ver sus rodillas, en una pantalla reprodujo el video de una cirugía que había realizado antes. Mientras el paciente veía el video, el médico le hablaba como si estuviera realizando la cirugía.
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Cuando observaron los resultados verificaron que eran los mismos para cada uno de los tres grupos, los que tuvieron la cirugía completa, los que solo recibieron el bombeo de líquido y los que solo habían tenido las incisiones sin que se interviniera para nada en su interior.
Lo mejor de esto es que el cirujano tuvo que reconocer que todo lo que estaba haciendo era crear un placebo muy elaborado y costoso, y que en verdad es la mente la que realiza la sanación.
WAYNE DYER: ¿Lo que estás diciendo es que a una persona que ingresa a un hospital, le pueden decir que tuvo una cirugía en su rodilla y aun cuando no le hayan hecho nada, su rodilla se curará?
BRUCE LIPTON: Eso es con exactitud lo que revelan los resultados. Los resultados de este experimento ya fueron publicados, de modo que esto no es una evidencia anecdótica, es un hecho científico.
WAYNE DYER: Estamos hablando entonces del poder de la percepción, del poder de nuestras mentes para superar cualquier enfermedad o condición.
Por ejemplo, a un paciente al que se le ha dado un diagnóstico como cáncer o una enfermedad cardíaca severa, ¿qué le recomendarías?
BRUCE LIPTON: Por ejemplo, en el caso de enfermedades cardíacas, lo primero que recomiendo es que reconozcan que por lo menos el 90 % de todos los pacientes cardiovasculares deben sus dolencias a su estilo de vida.
El doctor Dean Ornish, de San Francisco, comprobó esto mediante numerosos estudios. Él dijo: “En lugar de darles a los pacientes las medicinas convencionales, como lo hacen los demás cardiólogos, lo que haré será tomar a un grupo de pacientes y enseñarles mejores sistemas nutricionales junto con algunos métodos para reducir el estrés y técnicas de meditación”.
Luego comparó a este grupo con los pacientes que sí tomaron medicamentos.
Lo más que puede esperar el médico en los pacientes cardiovasculares tratados con medicamentos es que las drogas detengan el proceso de degeneración. Eso es lo que se considera un tratamiento exitoso.
El grupo de Dean Ornish que no recibió medicamentos no solo detuvo el proceso de degeneración, sino que fueron mucho más allá, puesto que regeneraron el tejido cardíaco.
La relevancia de esto radica en que todos tenemos la habilidad de regenerar nuestros tejidos y órganos, porque cada uno de nosotros está inundado de células madre. Eso es importante, porque las células madre pueden reparar cualquier tejido dañado en el cuerpo.
Sin embargo, hay un problema. La industria farmacéutica es la que realiza la investigación en células madre. Esta investigación está destinada a encontrar los medios para hacer que las células madre funcionen. ¿Por qué?
Lo que pienso es que ellos quieren que creamos que Dios nos dio células madre, pero sin la capacidad de que funcionaran hasta que la compañía farmacéutica encuentre el modo.
Una célula madre, como cualquier otra célula en tu cuerpo, opera con base en el ambiente o la percepción que se tenga de él.
El entorno de las células madre se refleja en la percepción del paciente. Cuando el paciente escucha que no puede sanarse a sí mismo, ya sea que se trate de una enfermedad terminal o no, esa sola percepción puede detener todo el proceso de sanación en un instante.
Más aún, si recibe una fecha en la que es probable que muera, eso se transforma en una percepción programada, y su sistema biológico lo conducirá a la muerte, en esa fecha o en una cercana.
ENTREVISTADOR: Cuando hablas de células madre ¿te refieres a células que tenemos fluyendo en nuestro interior? Es decir, no son las de tipo embrionario ¿cierto?
BRUCE LIPTON: Así es. Hay una razón muy simple para eso. Cada día mueren millones de nuestras células, por el uso y el paso del tiempo, y cada día esos millones de células son reemplazadas.
Para esto tenemos las llamadas células madre adultas, porque son células madre en un adulto. Sin embargo, son lo mismo que las células madre en los niños, que en esencia son lo mismo que las células madre embrionarias.
Tu cuerpo tiene estas células de reserva, que reparan o reemplazan cualquier cosa en la que se concentre tu intención. Pero las creencias hacen que la intención se desvíe.
Eso es lo que pasa cuando dices: “Yo no puedo sanar eso, porque me dijeron que nadie puede hacerlo. Nadie puede regenerar el tejido cardíaco”. No obstante, ahora sabemos que el tejido cardíaco se puede regenerar y las personas lo están haciendo.
De igual manera se nos ha dicho que las células del cerebro no se regeneran. Ahora sabemos que eso también es por completo falso, pues las células madre pueden reparar el cerebro y lo hacen todo el tiempo.
No hay nada en nuestro cuerpo que no se pueda reparar. Las limitaciones no están en las células, sino que las impone la percepción con la que vivimos, que nos dice quiénes somos.
Es fundamental entender esto. La mayoría de nosotros nacimos en presencia de un médico y crecimos en una familia en la que todas las dolencias físicas eran atendidas por los médicos. De modo que fuimos programados para creer que no somos capaces de sanarnos a nosotros mismos, que solo un médico puede sanarnos.
Pese a que nuestro sistema innato está preparado para sanarnos sin la intervención de un médico, nuestra programación nos dice lo contrario. Así que nuestros pensamientos y nuestra percepción nos indican que tenemos que ir al médico, porque no podemos sanarnos nosotros mismos.
Aquí ocurre algo curioso: muchas personas se sanan mientras se dirigen al consultorio médico. Lo que ocurre es que una vez que se supera el primer obstáculo, que es que la persona crea que la sanación es posible, entonces el sistema innato puede activarse y proceder con la sanación.
Así que lo que en verdad importa es entender que la mayoría de nuestras limitaciones han sido programadas en nosotros, lo que nos ha quitado el poder sobre nuestro cuerpo de manera sistemática, a lo largo de toda nuestra vida.
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