Descubre a Robert Kiyosaki: ¡Que Sigan Siendo Pobres! El Video que Dejó al Público Sin Aliento [Educación Financiera].
Mi padre era el director de Educación, con un doctorado y toda una carrera por delante muy prometedora. Un día voy a casa y le pregunto: “¿Por qué no se aprende sobre el dinero en la escuela?”. Me miró y me dijo: “Porque el gobierno no nos permite enseñar esa materia. Nos dice lo que podemos enseñar y lo que no podemos”.
Pensé que eso era extraño y le pregunté: “¿Y acaso no vamos a la escuela a aprender del dinero?”. Y dijo: “No, tu trabajo es conseguir un empleo”. Entonces le respondí: “Consigues un empleo para ganar dinero”, y dijo: “¡No!, se supone que lo que debes hacer es solo conseguir un empleo”.
Le dije: “¿No es el propósito del empleo… que ganes dinero?”. Mi padre asintió: “Estás en lo correcto”. “Entonces ¿por qué no solo aprendemos sobre el dinero y me salto la parte del empleo?”.
Se agitó y dijo: “Si quieres aprender sobre el dinero, ¿por qué no le preguntas al padre de tu mejor amigo acerca del dinero?”. “¿Al papá de Mike? ¿Por qué debo preguntarle a él?”. “Porque él es un empleador”. “Entonces, ¿qué eres tú, papá?”. “Yo solo soy un empleado del gobierno”.
“¿Y cuál es la diferencia?”. “La diferencia es que un emprendedor debe saber acerca del dinero o no será por mucho tiempo emprendedor. Un empleado no tiene por qué saber nada sobre el dinero, porque el gobierno o su empleador se encarga de él”.
Así que siendo solo un niño me sentí confundido, pero seguí el consejo de mi papá y me dirigí a la oficina del padre de Mike. Toqué su puerta y le dije: “¡Aquí estoy!” Con nueve años de edad: “Enséñame acerca del dinero”. A lo que respondió: “¡Olvídalo, niño!”.
Aquí es donde la historia de Padre Rico, Padre Pobre comenzó.
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Ya al final, luego de ser tan persistente, mi Padre Rico accedió a enseñarme sobre el dinero con una sola condición la cual fue que él nunca me pagaría. Entonces dijo: “En el momento en que te pague empezarás a pensar como empleado y esa es la trampa. Los emprendedores trabajan gratis”.
En ese momento, con nueve años de edad, mi cabeza empieza a dividirse en dos. Y dijo: “Nunca aspires a conseguir un pago de nómina. Entiende eso, niño”. “¿Y cómo voy a hacer dinero?”. “Eso lo tiene que descubrir el emprendedor”. “Entonces ¿cómo aprendo sobre el dinero?”.
Él procedió a sacar un tablero para jugar monopolio, así que trabajaría gratis, me llevaría las sobras, él tendría hoteles y restaurantes, mientras yo limpiaría y haría tareas sencillas. Luego, con los años estaría alcanzando trabajos de oficina, mercadeo y contabilidad, siendo prácticamente un aprendiz, pero siempre trabajaría gratis, y él me enseñaría sobre el dinero, pero en realidad la manera como me enseñó fue jugando monopolio.
Finalmente, un día me enojé y le dije: “¿¡Cuándo me vas a enseñar acerca del dinero!?”. Él me responde: “¿Qué crees que he estado haciendo?”. “¡Pues hemos estado jugando monopolio!”. “No, no, no, ¿qué crees que estamos haciendo?”. “Estamos jugando monopolio”. Entonces me volvió a preguntar y le dije: “No lo sé”. “Te he estado enseñando sobre el dinero”, me dijo.
Y allí fue cuando en una partida obtuve una casa verde y me dijo: “Hay muchas fórmulas para tener gran éxito y riquezas, hay miles de fórmulas, pero una de las mejores que encontrarás están en el monopolio”. Incluso, hoy en día, con cuatro casitas verdes y un hotelito rojo”.
Dije: “¿Qué?”. “Una de las grandes formas de adquirir gran riqueza es jugando monopolio en la vida real. Cuatro casas verdes y un hotel rojo…”. “¿Eso es todo lo que hay que saber?”. “Eso es todo. ¿Qué crees que estoy haciendo?”. “No lo sé”. Entonces me mostró sus cuatro casas verdes.
Diez años después, cuando tenía diecinueve años y cursaba estudios en Nueva York, regresé a Hawái y mi Papá Rico había comprado el pedazo más grande de propiedad antigua, justo en medio de la playa Waikiki, y cuando vas a la playa de Waikiki, hoy día, ves el hotel Hyatt Regency. Ese era su hotel.
Justo como en el juego de monopolio: adquiriendo bienes y propiedades que se volvieron mucho más grandes. Él se ocupó de hacer lo que llamó un gran acoplo, ya que esa propiedad no era tan grande en su momento, por lo que tuvo que comprar a todos los pequeños propietarios, porque Waikiki era un pequeño y sucio poblado, así que compró a este pequeño propietario y a otros más.
Le tomó tiempo para al final ensamblar este gran pedazo de propiedad. Entonces él y Hyatt establecieron este gigantesco hotel, el cual vendió solo por ochocientos millones de dólares.
Así fue cómo aprendí acerca del dinero.
Tuve derrumbes financieros, he tenido gente que me ha apuñalado por la espalda, pero he salido beneficioso porque he crecido en espiritualidad a partir de eso, porque la gente que tiene miedo de cometer errores, como enseñan en la escuela, nunca crece.
En la espiritualidad existe el bien y el mal, estar en lo cierto y estar equivocado, estar arriba o abajo, mucha gente no quiere estar bien, pero quieren ser positivos, sin embargo, no se pueden ambos porque simplemente no es posible.
Yo no era pobre, si lo comparamos con el estándar de la mayoría, pero provengo de una familia con una actitud pobre, porque el ser rico, clase media o pobre, empieza con una actitud, la pobreza se pasa y, al igual que la clase media, es enseñada en la familia.
Hay gente ahora mismo que se encuentra en casa luchando financieramente, luchando por dinero, o están haciendo mucho dinero, pero infelices con respecto a la forma en cómo lo están haciendo, porque esto les fue probablemente enseñado, creencias que han sido enseñadas como: “Consigue un trabajo”, “trabaja duramente” o “los ricos son malos”, lo que sea. El sistema escolar nunca te enseña acerca del dinero, el sistema está diseñado para enseñarte a ser un empleado, lo cual es importante, te enseña a ser un doctor o un abogado o cierto especialista en algo, pero nunca sobre el dinero.
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Lo que a las personas les falta es conocimiento real en los negocios, como contaduría, manejar las deudas o impuestos, tienes que saber todas estas cosas acerca del dinero y es lo que no se le enseña a nadie en la escuela.
Me preguntan: “¿Cómo tu Padre Rico aprendió esto cuando tu Padre Pobre, con doctorado, no lo hizo?”. Y la respuesta es muy simple: mi padre rico es el mejor amigo de mi papá. Su padre murió cuando tenía trece años y dejó un negocio familiar que él tenía que manejar, así que dejó la escuela, lo que fue su bendición.
Sucede que a veces las bendiciones no se ven como lo son, pero resultan ser bendiciones, así que sus maestros se convirtieron en sus contadores, abogados, asesores bancarios, sus agentes de bienes raíces. Ellos fueron sus verdaderos maestros, no esos ficticios que tienen en la escuela, la mayoría de maestros de escuela no tienen ética, porque enseñan materias que ellos mismos no practican.
Pregunté a un maestro en mi tercer año en cálculo de algo llamado resistencia de los materiales: “¿Usaré esto alguna vez?”. “No”. “¿Por qué lo enseña entonces?”. “Para eso me pagan”. “¿Alguna vez usted lo ha usado?”. “NO”.
Por eso es que en la vida una de las cosas que sugiero a la gente es encontrar un verdadero maestro en vez de uno falso, porque los maestros falsos no hacen lo que enseñan, mientras que uno real hace todos los días lo que enseña. Así que mi contador y mis abogados están en eso cada día, y eso he aprendido, ya que todos los días estoy resolviendo problemas en mi negocio. Así que, en mi marcado rápido están todos los contables, abogados, banqueros, toda esa gente ya que estoy resolviendo problemas con ellos.
La gente rica se estremece y dice que no le diga eso: “No le digas lo que sabes, mantenlos pobres”, pero desafortunadamente la pobreza mencionada en la Biblia, aunque no soy religioso, siempre estará entre nosotros, siempre está en la cabeza, empieza en los pensamientos. Es una temible mentalidad. Está en las palabras y las palabras se convierten en carne. Dios sabe que no soy religioso y he fracasado en eso también, pero al decir: “No puedo comprarlo”, “no puedo lograrlo”, te vas para abajo. Te conviertes en tus palabras.
Mi papá con doctorado decía: “¿¡Crees que estoy hecho de dinero!? ¡No puedo pagar eso!”. Y mi Padre Rico decía: “Por eso es pobre”. La gente pobre dice: “No puedo, no puedo costearlo, no tengo tiempo”, porque es un escape, es fácil decir: NO PUEDO PAGARLO. Mi Padre Rico, en lugar de decir: “No puedo costearlo”, se preguntaba: “¿Cómo puedo costearlo? ¿Cómo puedo hacer eso? ¿Qué se necesita? ¿Por qué habré de hacer eso?”. Ya que una interrogante abre la mente, pero una declaración la cierra. Al decir “no puedo pagarlo”, te cierras a cualquier opción y se convierte en lo que dices.
El rugby es un deporte de equipo, así como el fútbol, aunque las reglas son diferentes, pero otros como los golfistas juegan por sí mismos, quiere decir que todo el mundo es diferente. En primer lugar, mi juego, financieramente hablando, son los negocios y el segundo las bienes raíces. Lo que intento decir a las personas es que tienen que encontrar su forma de jugar.
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