Descubre Cuáles Son los MÉTODOS de Joe Dispenza Para Regenerar Nuestro Cuerpo con el Pensamiento.
¿Puedes enseñarle a tu cuerpo, a nivel emocional, cómo se siente la realidad futura que deseas vivir, antes de que ocurra?
Joe Dispenza está convencido de que cada uno de nosotros tiene el potencial para la grandeza y una habilidad ilimitada.
Esto es algo muy difícil de hacer si estás condicionado a creer que algo en el mundo exterior tiene que cambiar para que tu vida mejore y te sientas diferente.
Lo que te sugiero equivale a sentir la emoción de algo antes de que suceda, sin esperar a vivir la experiencia. Es enseñarle a tu cuerpo con anticipación lo que será ese sentimiento.
[Video] Dr. Joe Dispenza en Español
Si el ambiente modifica los genes y el producto final de una experiencia en el ambiente es una emoción, estás influyendo en el gen antes de que lo haga el ambiente.
Los genes producen proteínas, que son las responsables del mantenimiento de la estructura del cuerpo y de su funcionamiento, así que la expresión de las proteínas es la expresión de la vida.
Por eso debes enseñar a tu cuerpo a nivel emocional a autorregularse para que crea que está viviendo en un entorno floreciente y maravilloso. Practica esto con constancia y te familiarizarás con la sensación.
Este proceso continuará creando una nueva identidad. Una vez que entiendas lo que estás haciendo y por qué, dejará de ser difícil. Estarás combinando diferentes ramas de la ciencia y podrás convertir el procedimiento en algo fácil de asimilar e implementar.
Cuando las personas comprenden el qué, el por qué y el cómo de un proceso, este se vuelve más sencillo porque es posible asignarle significado a lo que se está haciendo, de manera que se transforma en algo instrumental.
Para poner esto en práctica, nos plantamos reunir a un grupo de 1000 o 1500 personas en una habitación, ya sea que estén interesadas en riqueza, salud, una relación amorosa, una nueva carrera o una experiencia mística.
Una vez hecho esto, la idea es darles la información y enseñarles a aplicarla a sus vidas. Luego se deben medir los cambios que puedan tener lugar en un período de tiempo, que puede ser de una semana, dependiendo del tiempo que dure el aprendizaje.
Te aseguro que más del 75 % de las personas que se comprometan en esta actividad tendrán una experiencia asombrosa.
Durante ese período estas personas deberán apartarse de sus condiciones usuales de vida, eliminando todos los estímulos normales que reciben de su ambiente, y se les deberán otorgar numerosas oportunidades para aplicar lo que vayan aprendiendo y para llegar más allá de ellos mismos.
En algún momento, durante el período de aprendizaje, habrá una primera persona que se levantará y dirá algo como: “Entré aquí con la enfermedad de Parkinson, y no tengo idea de lo que ha pasado, pero ya no estoy temblando. Siento que algo se activó dentro de mí”.
La audiencia que observa esto verá la oportunidad justo al frente y todos comenzarán a pensar que si una persona logró ese cambio maravilloso ellos también pueden hacerlo, así que otra persona cambiará su sistema de creencias, lo que se transforma en una huella en la consciencia.
Si logras que suficientes personas hagan eso al final del período de aprendizaje, vas a ver cosas extraordinarias. Por ejemplo, hemos visto a personas ciegas que recuperan la visión y a personas sordas que comienzan a oír.
En una oportunidad, una persona que había tenido un accidente cerebrovascular diez años atrás volvió a levantar los brazos de nuevo. Hemos visto personas levantarse de sillas de ruedas y personas que pueden soltar sus muletas.
Me refiero a que hemos visto cómo el cuerpo, de manera literal, se recalibra para ajustase a una nueva mente. No es que las personas traten de hacer esto de manera intencional, tan solo se convierten en alguien diferente.
El proceso de superación es la evolución de llegar a ser, y si les enseñas a las personas esa fórmula y logras que al menos una o dos de ellas consigan materializar el cambio, esto se propagará como una infección y el bienestar se va a extender por sí solo, así como lo hacen las enfermedades.
Ten una visión
Creo que vivimos un momento en la historia en que no es suficiente saber. Es preciso saber cómo.
Joe Dispenza es el autor de Sobrenatural: gente corriente haciendo cosas extraordinarias, que se inspira en investigaciones realizadas en sus talleres avanzados
Si lo piensas, te darás cuenta de que la mayoría de la gente vive su vida con base en hábitos. Cada día tienen los mismos pensamientos y realizan las mismas acciones, por lo que sienten las mismas emociones una y otra vez. Sin embargo, en secreto esperan que sus vidas cambien.
Pero ocurre que tu manera de pensar, actuar y sentir es lo que conforma tu personalidad, y esa personalidad crea tu realidad personal.
Así que, si piensas entre 60 0000 y 70 000 pensamientos en un día y el 90 % de ellos son los mismos del día anterior, los mismos pensamientos siempre te conducirán a tomar las mismas decisiones, que siempre te llevarán exhibir a los mismos comportamientos, que a su vez crearán las mismas experiencias, que producirán las mismas emociones.
Tale emociones luego te conducirán otra vez a los mismos pensamientos, y quedarás atrapado en esta especie de patrón de fijación cuántica a nivel neurobiológico.
De manera que la parte más difícil del cambio necesario, para en verdad crear la vida que deseas, está en que te defina una visión del futuro, en lugar de un recuerdo del pasado.
Esto implica no tomar las mismas decisiones que tomaste el día anterior. Cuando comienzas a hacerlo te adentrarás en lo desconocido, algo que tu condicionamiento te hace percibir como aterrador.
Pero en algún momento comenzarás a darte cuenta de que ese ámbito de lo desconocido es el lugar perfecto para crear. Ese vacío no familiar de imprevisibilidad, es en realidad el espacio cuántico de la incertidumbre, de donde viene todo lo que se manifiesta.
Así que cuando te sientes cómodo viviendo en ese lugar desconocido, es cuando comienzas a manifestar las cosas que deseas en tu vida.
En lo personal, quiero conseguir lo que deseo y prefiero que me defina una visión del futuro, en lugar de los recuerdos del pasado.
En la mayoría de las personas, el cerebro está organizado para reflejar todo lo que ya conocen, así que el cerebro es un registro del pasado.
Si además te sientes de la misma manera cada día de tu vida, considerando que los sentimientos y las emociones son el producto final de experiencias pasadas, eso significa, en primer lugar, que nada nuevo puede suceder en tu vida y, en segundo lugar, que esas emociones te mantienen anclado al pasado.
Ahora bien, los pensamientos son el lenguaje del cerebro y los sentimientos son el lenguaje del cuerpo. Además, la manera de pensar y de sentir crea el estado del ser.
Como consecuencia, un gran número de personas están conectadas al pasado, de manera literal, a nivel biológico, neurológico, químico, genético e incluso cuántico.
Esto hace que la pregunta fundamental sea: ¿puedes creer en un futuro que aún no puedes ver o experimentar con tus sentidos, pero que has imaginado lo suficiente como para que tu cerebro cambie para adecuarse a la experiencia de ese futuro, como si ya hubiera ocurrido?
Resulta que las últimas investigaciones en neurociencia y en plasticidad neuronal nos dicen que podemos cambiar nuestro cerebro para que parezca que el evento, solo imaginado, ya ocurrió.
En vista de esto, resulta válido preguntarnos si podemos de ese modo empezar a abrazar a nivel emocional una realidad futura, que es un potencial en el campo cuántico, de tal manera que nos enamoremos de esa realidad futura, y que nuestros cuerpos y nuestras mentes inconscientes comiencen a creer que, en el momento presente, están viviendo en esa realidad futura.
Esto significaría que estaríamos activando nuevos genes en nuevas formas, para cambiar nuestro cuerpo de manera que se comporte como si la experiencia imaginada ya hubiera ocurrido, preparándose así para el evento.
Ahora piensa en esto: no es solo hacer que nuestro mundo interior luzca más real que el mundo exterior. Tienes que entender que cuando en realidad haces esto de la manera correcta, no esperas a estar curado para sentirte completo, no esperas alcanzar el éxito para sentirte empoderado, no esperas a obtener riquezas para sentirte en la abundancia, no esperas tener una nueva relación para sentirte amado, no esperas el momento místico para sentirte asombrado.
Ese es el viejo modelo de realidad de causa y efecto, según el cual esperas que algo fuera de ti cambie para cambiar cómo te sientes dentro de ti.
Cuando te sientes mejor por dentro, le prestas atención a lo que sea que haya causado esa sensación. Al comenzar a correlacionar lo que te cambió desde afuera y lo que te cambia dentro creas una asociación en tu memoria.
Por el contrario, el modelo cuántico de la realidad comienza diciendo: “Tienes que enseñarle a tu cuerpo, a nivel emocional, cómo se va a sentir ese futuro antes de que se manifieste”.
En otras palabras, tienes que sentir asombro para que suceda el momento místico, tienes que sentir la abundancia antes de que puedas obtener riqueza, tienes que sentir amor por la vida antes de que tu nueva relación se materialice.
En todos esos casos, no estamos definiendo la realidad con base en nuestros sentidos, porque no estamos esperando nada fuera de nosotros para cambiar cómo nos sentimos en nuestro interior.
El modelo epigenético de la realidad dice que puedes cambiar tu cuerpo con el pensamiento y la plasticidad neuronal dice que puedes cambiar tu cerebro con el pensamiento.
En consecuencia, si hay evidencia física en tu cerebro y en tu cuerpo para que parezca como si la experiencia ya hubiera ocurrido, solo tienes que relajarte, porque la experiencia te va a encontrar y va a llegar a ti de la manera en que menos lo esperes.
Eliminar las adicciones
Las emociones de supervivencia, que son las que se derivan de las hormonas del estrés, incluyen la ira, el miedo, la tristeza, el resentimiento y la frustración. Todas estas son emociones muy adictivas, pues le dan al cerebro y al cuerpo una descarga de energía.
En algunos casos, no se puede eliminar una adicción con facilidad. Por eso, si tienes un amigo o un familiar que está sufriendo o enojado todos los días de su vida y le dices: “Deja de sentirte así”, es probable que no lo pueda hacer. No puede cambiar ese sentimiento porque eso en algún nivel es una adicción, que es algo que no puede detener.
Pero cuando la persona empieza a entender esto, piensa: “Oh, mi Dios, estoy adicto a mi propia frustración”, “Soy adicto a mi propio sufrimiento” o “Soy adicto a mi propia culpa”, y de repente toma consciencia del efecto que están teniendo en su cerebro y en su cuerpo las sustancias generadas por el estrés.
Se puede ayudar a esta persona mostrándole cómo esos mismos productos químicos pueden regular a la baja los genes para crear enfermedades e instándola a hacer meditación.
Es así como la persona empieza a ejercer poder sobre su biología. Esto es algo que hemos podido medir miles de veces.
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Sin ninguna duda, puedo decir, desde cada célula de mi ser, que una persona está en su mejor momento cuando consigue ir más allá de sí misma. Eso es lo esencial.
El 70 % del tiempo las personas viven bajo la influencia de las hormonas del estrés, lo sepan o no. Siempre están anticipando el futuro basándose en el pasado, y siempre están prestando atención a objetos, personas, cosas y lugares en el mundo material, porque ahí es donde está el peligro.
Los productos químicos que se producen en este estado estimulan su cuerpo para adecuarlo a esta situación y, dado que su atención está en la forma física, con base en su propia experiencia se identifican con su cuerpo. Pero no son su cuerpo. Creen que su identidad está conectada con relaciones, personas, cosas y lugares en su vida, pero no es así.
Cuando las personas viven en piloto automático y hacen lo mismo todos los días desde el momento en que salen de la cama, tal vez a lo largo de 20 o 30 años, en su mayor parte sus cuerpos están también en piloto automático, y se dirigen a un futuro predecible basado en lo que han hecho en el pasado.
Lo que ocurre con estas personas es que están encerradas en una línea de tiempo, donde su futuro y su pasado parecen ser iguales.
Muy pocas personas viven en el momento presente, y si no estás ahí puedo decirte que, sin lugar a dudas, estás ejecutando algún tipo de programa. Es decir, no estás presente y tu cuerpo ya está programado para estar en el futuro o en el pasado.
Algo que podemos predecir en la actualidad con un escáner cerebral es que, en uno de esos instantes elegantes de meditación, llega un momento en que la persona se olvida de su cuerpo, pues está tan involucrada en su mundo interior que es como si su cuerpo dejara de existir.
Se olvida de que tiene una identidad, ya que no está prestando atención a las personas que conoce, a los lugares a los que va, a las cosas que tiene que hacer o a lo que posee. Se convierte en nadie, no va a ninguna parte, sus actividades habituales y su pasado dejan de tener importancia y se torna independiente del tiempo.
Ese es el momento en que se vuelve consciencia pura, es el momento en que empieza a desconectarse de su biología.
Quien en verdad eres es una consciencia que está manipulando al cerebro y al cuerpo para producir diferentes niveles mentales. Solo cuando eres consciencia pura puedes empezar a cambiar tu cuerpo, solo cuando estás más allá de tu cuerpo puedes sanarlo, porque el cuerpo no puede sanarse a sí mismo, tienes que ir más allá de él para poder sanarlo.
Del mismo modo, para que puedas crear una nueva experiencia en tu vida, tienes que ir más allá de los problemas que hay en tu vida. Para que puedas crear algún nuevo evento en el futuro tienes que ir más allá del tiempo lineal predecible.
Por eso, si solo con el pensamiento vas a sanar tu cuerpo, vas a crear alguna experiencia nueva en tu vida o vas a crear algún evento nuevo en tu futuro, entonces tienes que convertirte en pensamiento puro.
En ese momento, en que te conviertes en consciencia pura, ya no eres nadie, no eres ninguna cosa, no estás en ninguna parte. Así que no estás limitado por las leyes del mundo físico.
Es el momento en que tu consciencia voluntaria y subjetiva, la consciencia humana, se funde con el campo cuántico, la consciencia universal objetiva. Cuando se unen y vuelves a la consciencia humana te llevas una porción de esa consciencia universal contigo, de modo que te asemejas más al campo cuántico.
Después de esto, te transformas en un ser más voluntarioso, más atento, más consciente, mas amoroso y más generoso, ya que eres parte de una mente infinita, con una consciencia inmensa, amorosa y dadora de vida. Por lo que la naturaleza de esa mente infinita se convierte en tu naturaleza y te encuentras libre de adicciones.
Así que enseñar a las personas a hacer eso es el objetivo, y ahora sabemos que hay ciertas maneras de hacerlo, para ayudar a la gente a lograr esto con rapidez y eficacia.
Vive una vida libre de estrés
De acuerdo con el modelo psicológico y científico, la mayoría de las personas, en un día normal, durante la vigilia, se pasan alrededor de 70 % de su tiempo viviendo en estrés.
Vivir estresado es vivir en estado de supervivencia. En realidad, el estrés es el estado en el que tu cuerpo ha interrumpido la homeostasis. Esto significa que tu cuerpo está en desequilibrio, pues se suspenden las funciones de autorregulación.
La respuesta al estrés es todo lo que tu cuerpo hace de manera instintiva para volver a equilibrarse.
Existen tres tipos de estrés. Está el estrés físico, producido por cosas como traumatismos, lesiones, accidentes o caídas.
Está el estrés químico, ocasionado por bacterias, virus, niveles alterados de azúcar en la sangre, contaminación de los alimentos por metales pesados o intoxicación por alimentos o bebidas.
Por último, está el estrés emocional, que puede ser ocasionado por las reacciones ante atascos de tráfico, conexiones a internet, segundas hipotecas, crianza monoparental, tragedias familiares y todas esas cosas que afectan al cerebro y al cuerpo, desequilibrándolos.
Ahora bien, todos los organismos en la naturaleza pueden adaptarse al estrés a corto plazo. Si una manada de coyotes persigue a un ciervo en el interior del bosque, y el ciervo supera a los coyotes, el estrés se desvanece. Así que el ciervo vuelve a la homeostasis y comienza a pastar de nuevo. El evento estresante se da por terminado.
Cuando el ciervo percibe una amenaza en su entorno externo, activa un sistema nervioso primitivo llamado el sistema nervioso de lucha o huida, y ese sistema nervioso autónomo simpático comienza a movilizar enormes cantidades de energía para enfrentar esa amenaza que se detectó en el exterior.
Durante el evento estresante, el ciervo cambia toda su fisiología, toda la sangre se dirige a las extremidades, la frecuencia cardiaca y la frecuencia respiratoria aumentan y las pupilas se dilatan.
En cuestión de segundos se crean 1300 productos químicos que tienen la función de permitir que el ciervo pueda sobrevivir ante una situación difícil.
Los seres humanos tenemos los mismos mecanismos, y cuando percibimos una amenaza en nuestro entorno exterior, reaccionamos como un animal: vamos a correr, a pelear o a paralizarnos.
Lo que pasa en muchos casos es que, si has tenido problemas con tu compañero de trabajo o has tenido una experiencia muy difícil con tu suegra, en el momento en que los percibes, después del incidente, activas el mismo sistema nervioso primitivo, como si te estuviera persiguiendo un león.
Entonces, lo que alguna vez fue en extremo adecuado para vivir una situación particular, ahora se vuelve muy inapropiado, porque cuando estás movilizando toda esa energía vas a operar de maneras muy predecibles, en las que vas a ser como un animal amplificado con un gran banco de memoria, de manera que tu flujo de sangre vaya al cerebro posterior y lejos del cerebro anterior, lo que significa que vas a reaccionar, en lugar de pensar o racionalizar.
Pero, además, el privilegio de ser un ser humano es que eres capaz de hacer el pensamiento más real que cualquier otra cosa. De manera que puedes comenzar a pronosticar algún futuro en el que se materializará la peor de todas las posibilidades, y puedes prestar atención a ese pensamiento, excluyendo todo lo demás.
Puedes llegar a concentrarte en ello hasta tal punto que comenzarás a anticipar el evento y a generar los mismos productos químicos que se producirían si estuvieras experimentando ese futuro imaginado y negativo.
Así estarías desequilibrando tu cerebro y tu cuerpo solo con el pensamiento.
Puedes empezar a desplegar un recuerdo amargo del pasado que está grabado en los recovecos de tu materia gris, y como por arte de magia puedes traerlo a la vida, y hacerlo real en ese momento.
Eso hará que crees en tu cerebro y en tu cuerpo las mismas sustancias químicas que produjiste cuando ocurrió ese evento en el pasado, y como tu cuerpo es la mente inconsciente, estará viviendo de nuevo esa experiencia.
Cuando estás viviendo bajo los efectos de las hormonas del estrés, y luego de activar esa respuesta al estrés no puedes desactivarla, te encaminas hacia alguna enfermedad, porque ningún organismo en la naturaleza puede tolerar vivir en modo de emergencia por períodos de tiempo prolongados.
Por lo tanto, si una persona vive en un estado de supervivencia, en estrés, el 70 % del tiempo, lo que hace para poder sobrevivir es seleccionar el peor de los casos posibles y planificar sus comportamientos y emociones para que se ajusten a esa experiencia.
Cualquier cosa mejor que ese peor escenario significaría que tendría mejores posibilidades de supervivencia. Pero esto entraría en contradicción con su estado predominante, que es el estrés.
Por eso se prepara para lo peor y lo asume a nivel emocional. De los potenciales infinitos en el campo cuántico, la ansiedad en verdad representa una imaginación muy pobre, pero es muy adaptable si vives en estado de supervivencia, porque sientes que tienes que prepararte para esa situación.
Así que el 70 % del tiempo la gente está seleccionando el peor de todos los posibles eventos que podrían ocurrirle en su vida y lo acogen a nivel emocional, con lo que están programando su sistema nervioso autónomo para un destino muy específico.
Si una persona sigue haciendo eso, creando las emociones de miedo, preocupación y ansiedad, a lo largo de varios años, su cuerpo va a programarse de manera inconsciente para tener miedo, por lo que podría tener ataques de pánico sin que le sea posible controlarlos con su mente consciente, pues es algo que ya habrá programado a nivel subconsciente y ahora el cuerpo, que es la mente, estará controlando la situación.
Las hormonas del estrés crean las emociones de ira, agresividad, hostilidad, violencia, frustración, odio, miedo, ansiedad, culpa, vergüenza, desesperanza, impotencia y depresión.
Eso es lo que provocan todos los productos químicos que se derivan del estrés, y al vivir bajo la influencia de estas sustancias te conviertes en un ser muy egoísta. ¿Por qué? Porque cuando estás en estado de supervivencia, tienes que cuidar de ti mismo. Tu atención está centrada en tu cuerpo y en tu entorno exterior, pues sientes que hay depredadores que te amenazan.
La descarga de adrenalina hace que los sentidos se intensifiquen y que seas un ser materialista que está tratando de predecir el porvenir, porque hay más posibilidades de sobrevivir si puedes predecir un futuro basado en el pasado.
Cuando esto se prolonga en el tiempo, el cuerpo comienza a colapsar, porque es un hecho comprobado que las hormonas del estrés producen una regulación a la baja de los genes para crear enfermedades a largo plazo.
Así que, si puedes activar la respuesta al estrés solo con el pensamiento y las hormonas del estrés pueden enfermarte, entonces tus pensamientos pueden, de manera literal, afectar tu salud.
Pero si tus pensamientos pueden enfermarte, ¿no es posible entonces que tus pensamientos puedan también sanarte?
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