🔴 [Sócrates lo Advirtió] Este Secreto Cambiará tu Vida (Dr. Bruce Lipton)

Esa parte más poderosa está en la mente y cada función que observas en el cuerpo humano ya está presente en cada célula.

Cada célula tiene un sistema digestivo, uno respiratorio y uno nervioso, de manera que es más fácil entender cómo cada célula trabaja en vez de tratar de comprender como lo hacen 50 billones de ellas.

Hay dos creencias acerca de cómo funciona la vida, dos creencias opuestas que vienen de la antigua Grecia, antes de Cristo.

La primera creencia se debe a un hombre llamado Demócrito, el hombre que nos dio la palabra Adán.

Esto es lo que nos dijo acerca de cómo funciona la vida: todo lo que eres físicamente es lo que hay, no hay nada en el espacio vacío.

De modo que si quieres entender la vida tienes que comprender el átomo, y ello significa que la parte más indivisible es un átomo.

Hay átomos y espacio vacío; los átomos están en el espacio vacío y el movimiento se produce cuando los átomos chocan unos contra otros como una bola de billar.

De modo que la vida son átomos chocando entre sí.

Un punto de vista completamente diferente es el aportado por Sócrates, que tenía una visión dualista.

Una de ellas es que hay una energía que él llamó una forma o un alma que informa a la materia. Esta energía ya estaba aquí antes de la vida y va a estar aquí para siempre.

La energía está separada de la materia de manera que es perfecta, ideal e inmodificable.

Así que hay dos creencias acerca de cómo las células son controlables: una es que el control viene del exterior y la otra es que viene del interior y emerge, obteniéndose así ese control que, desde Sócrates, es una forma o alma que toma posesión de la vida.

Los seguidores de Sócrates son espiritualistas, en contraste con los seguidores de Demócrito, que hablan acerca de átomos y mecanismo. En el mundo de hoy la religión sigue el planteamiento de Sócrates, en tanto que la ciencia sigue a Demócrito.

De modo que la ciencia convencional es reduccionista, toma las cosas aparte y estudia las piezas, pero la nueva física dice no: tienes que estudiar la totalidad porque no puedes separar la energía.

De modo que cuando un doctor ve un paciente en su consultorio, observa su cuerpo físico y trata de entender que está pasando.

Pero lo que sabemos acerca de la totalidad es que lo que afecta a los pacientes es su trabajo, su familia, su comunidad, de manera que estudiar la enfermedad no puede ser visto solo en el cuerpo físico.

Las ondas de energía interactúan. Si dejan caer dos rocas del mismo tamaño y del mismo peso y ellas golpean el agua y las ondas se aproximan una a la otra.

La cuestión está en cuando las ondas se encuentran de manera que las dos señales interfieren entre sí y el resultado es que cuando están juntas la onda resultante es más poderosa.

Eso es lo que se llama interferencia constructiva.

Ahora, hay un efecto contrario: cuando dejo esta vez caer las dos rocas desde la misma altura, pero permito que una caiga antes de la otra, ambas ondas se aproximan entre sí pero están desfasadas, de modo que las dos ondas pueden interferir y cancelarse mutuamente.

Eso es lo que se llama interferencia destructiva.

En las dos y tienes toda la experiencia constructiva, en tu vida se llama buena vibra, en tanto que la interferencia destructiva es denominada mala vibra.

Digamos que es sábado por la noche y vas a una fiesta y estás cansado pero igual vas. Te encuentras con alguna gente que está en armonía contigo y con tu energía. Como sus energías coindicen, tendrás más poder y te moverás de una manera altamente constructiva.

Pero hay también malas vibraciones. Tú estás en un lugar desagradable y sientes que la energía se desplaza, lo que ocurre es que hay energía en el campo que entra en conflicto contigo y cancela tu cuota energética.

Todos los animales y las plantas se comunican a través de vibraciones, la gacela no tiene que ir donde el león y preguntarle si es su amigo porque la energía puede sentirse a la distancia y la gacela evitará ir allí a causa de las malas vibraciones.

Por eso, si a nosotros se nos enseñara cuando jóvenes a ser sensitivos a las vibraciones no nos hallaríamos en malas situaciones y malos lugares. Pero usualmente no se nos enseña  a percibir porque en general el lenguaje ha sido diseñado para ocultar nuestros sentimientos.