La palabra freelancer o autónomo conjuga en la actualidad los temores y las aspiraciones de la masa laboral del mundo. En el fondo, cualquier trabajador sueña con independizarse para administrar su propia clientela de acuerdo con sus necesidades y tiempo personal. Sin embargo, también sabemos que, de este modo, los ingresos que generemos dependerán tanto de nuestro esfuerzo como de la capacidad para conseguir clientes y mantenerlos en el tiempo. Esto nunca es fácil; por eso, muchas veces los freelancers terminan cayendo en la modalidad de la subcontratación para alguien que les ofrece asignaciones constantes, a distancia y con “libertad” horaria, pero sin beneficios de ley y con una remuneración por debajo de lo merecido.
Evitemos terminar de nuevo como un dependiente que además está perdiendo los derechos laborales formales a cambio de una aparente libertad (porque podría llegar a trabajar más de ocho horas y quedar sometido a una supervisión a distancia mediante videollamadas o aplicaciones instaladas en el computador). Analicemos a la luz de estos hechos por qué los independientes no logran conseguir proyectos de manera regular o ganar dinero suficiente para mantenerse y llevar una vida digna y cómoda.
No conocer o no saber emplear las herramientas del marketing digital que difundan sus servicios o productos es el principal problema de los freelancers en la actualidad. Para no someterse a la tercerización o subcontratación, el autónomo necesita convertirse en su propia empresa, no solo creando lo que va a ofrecer, sino convirtiéndose también en su propio representante.
Venderse en realidad significa que el freelancer sabe cómo encontrarse con sus clientes potenciales en la red. Lo contrario pone en peligro las oportunidades de conseguir proyectos monetariamente valiosos y continuos. Por lo tanto, presentaremos algunas recomendaciones básicas para que un autónomo entienda ese proceso de salir al encuentro de esos consumidores que buscan el servicio o producto que él les puede ofrecer.
Crear una marca personal
En este enlace puedes conseguir información detallada de cómo establecer y hacer brillar tu marca personal. Si todavía no lo sabes, una marca personal son todas las condiciones que posees (fortalezas, aptitudes, experiencia y destrezas adquiridas) y que deseas ofrecer desde una visión empresarial como un servicio o producto de valor único para tus clientes. Ellos están buscando en la red una solución a sus necesidades y tú debes estar visible y posicionarte para que te encuentren.
Cuando hablamos de visibilidad, nos referimos a tu presencia bien definida en forma de páginas web, blogs y redes sociales. Hoy en día, el buscador por excelencia es Google, con 95% de preferencia entre los usuarios, convirtiéndose en el idóneo para mostrar tu marca personal.
Las páginas web y blogs te permiten una plataforma más amplia para darte a conocer. En ellos podrás contar la historia de tu producto o servicio, permitir que tus clientes obtengan información detallada y entren en contacto contigo para futuros proyectos. En los próximos apartados verás algunos aspectos importantes de esa relación online que debes mantener con ellos cuando te encuentren.
Las redes sociales, por su parte, son el medio para captar o “enganchar” a los visitantes de las distintas comunidades digitales. Por supuesto, no puedes estar en todas haciéndolas funcionar con igual utilidad y al mismo tiempo. Además, algunas sirven mejor que otras a los intereses de tu marca y del público que la visita. Escoger y mantener activas las redes sociales, manejando información básica y estableciendo un contacto inmediato con esos posibles clientes, es parte del secreto de hacerlas trabajar para tu producto o servicio freelance.
El poder del SEO
SEO (Search Engine Optimization u Optimización de posicionamiento en los motores de búsqueda) es una estrategia de posicionamiento que te ayuda a mejorar tu presencia online. Ubicar tu página en puestos más altos de las listas de búsqueda que Google ofrece a sus usuarios es determinante para tu marca. Cuando los usuarios escriben términos o palabras clave para resolver sus necesidades, tus oportunidades de ser escogido aumentan en la medida en que apareces en los primeros resultados. Para lograrlo, tu página debe tener los elementos que los motores de búsqueda emplean. Así podrás estar entre las primeras opciones cuando alguien busque, por ejemplo, “Redactor con experiencia en…”.
Pero el posicionamiento implica más características: Hay que tener un contenido interesante y sin saturación de términos (conocido como densidad de palabras clave) en las publicaciones, utilizar adecuadamente las etiquetas HTML, agregar palabras clave a las imágenes, no escoger los términos más populares sino aquellos específicos que guíen al cliente hacia ti. Tal vez no te encuentre con el hastag #redactor, pero sí con #redactor conocimientos filología.
A continuación, veremos qué otros elementos debes tener en tus publicaciones digitales de cualquier tipo para ayudar a tus clientes a que se decidan por ti.
Vende lo que sepas hacer
Muchas veces, para ayudar a que los visitantes nos escojan y decidan seguir nuestras actualizaciones, ofrecemos información “en exceso” sobre lo que sabemos hacer. Es decir, por el afán de convertirnos en un blog útil e interesante, revelamos los secretos de servicios que podríamos monetizar.
Por lo tanto, evaluemos conscientemente qué es lo que podemos ofrecer como material libre en nuestro posts y reservemos lo que sabemos hacer mejor como un servicio para los clientes que se enganchen a nuestra marca. Aquí las estrategias de los publicistas tradicionales sigue siendo valiosas: anúnciate explicando en detalle todo lo que haces y ofrece muestras atractivas de tu trabajo en tu página web o blog. Más abajo, añade un enlace o llamada en el que digas algo como “Esto puedo hacerlo para ti” o “Si esto es lo que buscabas, hagamos contacto”.
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Detalla tus servicios
Tú sabes todo lo que puedes hacer y la calidad de tu trabajo, pero tus clientes están tratando de conseguir la mejor opción entre tantas que le han arrojado los motores de búsqueda. Si ya has hecho la tarea de mantenerte en los primeros lugares de búsqueda, el visitante seguro pasará por tu página o te habrá visto en sus redes sociales, pero ahora es el momento de demostrarle que lo puedes hacer mejor que los demás. Crea un apartado específico para cada servicio, diciendo en qué consiste, cómo funciona, a quién va dirigido, precios, etc., para que decida si tú eres el trabajador que necesita.
Mantén el contacto inmediato
Esto es fundamental para los freelancers de cualquier especialidad: cuando algún visitante te escriba, responde lo antes posible, no solo cuando se trate de un posible proyecto comercial, sino por comentarios de cualquier tipo. Esto demostrará que tu marca está presente y activa en la red.
Lo ideal es que contestes el mismo día en el caso de las redes sociales, y máximo dos días en el resto de tus páginas. Si no puedes mantener este ritmo, tal vez necesites la ayuda de un community manager que cumpla esa función.
Piensa como un cliente que busca los servicios que ofreces: qué querrías ver y saber de esa página, cómo quisieras ser tratado y el tiempo de respuesta. Recuerda cómo te has sentido cuando no has recibido una respuesta a una consulta por correo electrónico (muchas veces ese es el único intento de contacto que harás ya que tu vida diaria es complicada y terminarás trabajando con el primero que te responda, aunque no sea el mejor). Pensar de esta manera hará que des valor a tu formulario de contacto (correos electrónicos, teléfonos, páginas, blogs y redes sociales).
Por último, no temas poner precio a tus servicios
Este ha sido el eterno dilema. Cuando eres independiente, hay una competencia por ofrecer “el mejor precio” para que te acepten. Muchas veces los freelancers, desesperados por captar clientes, prefieren “venderse mal” para ser tomados como opción, y ahí es cuando empieza a desmejorar sus posibilidades laborales. Trabajar por volumen para ganar la misma cantidad de dinero que si estuvieran contratados, ¿no desvirtúa el objetivo del trabajo independiente? Queremos vivir mejor como autónomos, no peor que cuando éramos empleados.
Lo anterior no significa volverse una diva del mercado, pero sí entrar en una escala de costos justa para el cliente y para ti, donde sientas que tus precios representan la calidad de tu trabajo y el esfuerzo invertido.
También hay que dejar de temerle a colocar los precios de tus productos, incluso si eso te obliga a revisarlos con alguna frecuencia. Por un lado, evitas responder el mismo correo de “cuánto cuesta” una y otra vez (un filtro para consultas innecesarias), y ayudarás a tu potencial cliente a tomar una decisión, si acepta el monto que ve en las descripciones.
En el caso de los servicios, no es tan simple, pero dar algunos precios orientativos, sujetos a un presupuesto final que puede variar, dará de todos modos al cliente una idea de si estás en su rango de precio previsto para el proyecto.