Cómo Pedirles a tus Amigos que te Devuelvan un Préstamo sin Romper con Ellos

Pedirles a tus amigos que te devuelvan el dinero que les prestaste puede ser un asunto muy delicado e incómodo.

Llegar a este punto siempre es negativo, sin importar cuántos elementos entren en juego. Tanto si no te preocupaba la fecha de devolución, pero de repente te urge la cantidad, como si esa persona incumplió con lo pactado y te ha pedido muchas prórrogas (o ni siquiera lo hizo, sino que simplemente nunca se apareció para dar una explicación). Tampoco hay demasiada diferencia en que se trate de alguien que conoces hace pocos años o si jugaron a pelota o a las muñecas en la infancia.

Por otro lado, puede que tus finanzas hayan sido lo suficientemente sólidas para brindarle ayuda a este compañero o compañera. En este caso, reclamar la deuda es más un problema de valores que de necesidad. Pero si no te negaste a ayudarlo o ayudarla cuando tú también estabas pasando por problemas económicos, hablar de ello se vuelve más desagradable.

Para salir de esta situación estresante y aprender a no caer nuevamente en ella, te ofrecemos algunas ideas para hacer esta solicitud de devolución más fácil, sin arriesgar meses o años de una buena amistad.

 

Lo que debes pensar antes de dar un préstamo

Tal vez dirás que es muy tarde para este debate porque ya estregaste el dinero. Estás en la fase en que no te lo han devuelto (sin ningún aviso o con excusas dilatorias), o que por confiar en tu amigo no estableciste ningún plazo de cancelación y ahora estás empezando a preocuparte.

Sin embargo, con seguridad no será la única vez en tu vida en la que tendrás que lidiar con alguien pidiéndote prestado. Por eso esta información será valiosa para el futuro.

En primer lugar, debes pensar quién es la persona que te presta, y luego quién eres tú, las características de la deuda y cuánto estás dispuesto a perder.

Pensar en las características de tu amigo, cuánto lo conoces, si es responsable, cómo lo has visto manejar sus finanzas, por qué y para qué te pide el dinero, cuánto necesita, cómo y cuándo se ofrece a pagar, si ya ha intentado otras opciones para conseguir el dinero, te ayudará a responderte a ti mismo si vale la pena invertir esa suma a favor de él y de la relación de ambos.

No es garantía, de todos modos, de que vaya a cumplir su palabra. Mucha gente ha terminado peleada con un hermano o conocido de la niñez por problemas similares.

A veces, no había una intención previa de faltar al pago. Por ejemplo, si tu amigo pidió el dinero para una inversión, la misma podría resultar en fracaso. La consecuencia sería quedar en deuda contigo.

Incluso hasta un mal entendido en las características del acuerdo podría llevar a que alguien considere erróneamente que la cantidad era tan insignificante que podía ser tomada por un regalo, o que se podría retornar posteriormente como un favor de otro tipo.

Sobre cómo te encuentras tú al momento del préstamo, debes preguntarte cuánto significa ese dinero económica y emocionalmente para ti: cómo lo ganas, a qué querías destinarlo, si era un ahorro o si puedes sobrevivir sin él.

En especial, necesitas pensar si estás dispuesto a perderlo por cualquier motivo.

Si estás planeando prestar el dinero con el único propósito de demostrar que valoras esta relación de amistad, es mejor que no lo hagas. Aunque tus intenciones son muy nobles, no puedes hacer de esta tu razón principal para hacer el préstamo, a menos que de verdad no te importe perderlo.

 

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El préstamo está poniendo una carga pesada sobre la relación y podría tener un impacto negativo en ella si no es cancelado. Entonces deberías imaginarte cómo te afectaría ese posible escenario y si en verdad crees que la amistad podría sobrevivir.

Si aspiras a recibir tu dinero de vuelta, lo más importante que debes hacer es hablar sin temor sobre la naturaleza del préstamo, el monto exacto, a qué se destinará, la fecha de cancelación, los riesgos posibles de que se pierda (por ejemplo, si es una inversión o para pagar una enfermedad que podría agravarse); qué está dispuesto tu amigo a hacer en ese hipotético caso negativo, y si te pagará intereses mientras la deuda perdure.

También es recomendable que trates de tener un testigo o dejar un registro escrito del acuerdo de palabra. Por ejemplo, logrando que tu amigo mencione el préstamo por correo electrónico o mensajes de texto. Así tendrás una prueba de la deuda en caso de necesitar encarar a la persona o como pruebas en una instancia legal.

 

Lo que debes hacer al solicitar la devolución

Es recomendable que cites a tu amigo a hablar en un sitio tranquilo donde puedan conversar sin interrupciones. Si asiste a la reunión es porque parece no tener intenciones de esconderse de ti.

Luego de los saludos de rigor, menciona el motivo de la cita y al hablar toma en cuenta estas sugerencias:

 

1. No seas agresivo

Si valoras esa amistad, controla tu carácter. Puedes tener razones para estar molesto o ansioso porque tu amigo te ha puesto en esta penosa situación, pero tal vez hay razones que desconozcas. Entonces permítele explicarse.

Has sido generoso al prestar el dinero, entonces ten también una naturaleza compasiva y empática. Además, es más probable salir bien librado de este conflicto si mantienes la cabeza fría.

 

2. Empieza con insinuaciones

Si bien a nadie le gusta solicitar su dinero, tampoco es agradable que te lo pidan. Por eso, en lugar de empezar la discusión diciendo: “¿por qué no me has pagado?” o “devuélveme mi dinero”, menciona al descuido que has tenido malos días por estar corto de plata.

Si está consciente de su deuda y te tiene aprecio, él se verá obligado a sacar el tema a relucir, librándote de esa incomodidad. Vale la pena probar esta opción.

 

3. Sé flexible

Dependiendo del monto del préstamo, de la actitud de tu amigo sobre reconocer su fallo, las razones que haya esgrimido, puedes ofrecer una solución flexible para ambos, por ejemplo, estableciendo el pago por unas pocas cuotas.

De esta manera, comenzarás a ver por lo menos parte de tu dinero de nuevo, y tu amigo comprenderá que lo aprecias y has sido comprensivo hacia su situación.

 

4. No olvides agregar un sentido de urgencia

Ser flexible no significa que tu amigo se escape ileso del problema. Debe entender que ha hecho mal en fallar a su compromiso o esquivar tu responsabilidad con excusas. Por eso su plazo tampoco debe demasiado cómodo.

Una manera de colocar un poco de presión sin lucir agresivo es decirle que necesitas realizar un pago, por ejemplo, la factura de la luz, y quieres saber si puedes contar con el dinero en cuestión para entonces.

 

5. Obtén el nuevo compromiso por escrito

Si no sientes que tu amigo no es honesto del todo, que tiene problemas de responsabilidad y que en el futuro esta deuda se va a volver más problemática, trata de que acepte firmarte un acuerdo. No importa si lo hacen de modo informal, como un compromiso de pago escrito a mano con la firma de ambos.

En caso de no darte esta muestra de buena voluntad, puedes intentar enviar una solicitud de dinero a través de PayPal o, si tienen Gmail, haciendo clic en el símbolo de la divisa en la parte inferior del mensaje (que te vincula con Google Wallet).

Esperemos que estas sugerencias te ayuden en el presente o en el futuro a no perder ni tu dinero ni a tus amigos.

 

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